Benito Cerati y "Zero Kill": descontracturado e íntimo

Con una remera de Britney Spears, un pantalón negro a rayas y unos movimientos fluidos y descontracturados, Benito Cerati, junto a su banda “Zero Kill”, deslumbró nuevamente a los puntanos en su primer show del año. 

Cerca de las 22, los músicos se sentaron en una de las mesas de All Right y cenaron a la par de los fanáticos, un gesto que hizo sentir —ya desde la previa del espectáculo— una gran cercanía e intimidad. Una hora después, el conjunto brindó por el comienzo de su gira, que esta noche continúa en el Cosquín Rock.

En abril de 2019, Benito vino a San Luis por primera vez acompañado solo por dos integrantes de la banda. Esta vez, el equipo estaba completo y uno a uno subieron al escenario dispuesto en una de las esquinas del bar. Con luces tenues de tonos fríos y el resto del salón a oscuras, la privacidad se acrecentó y la conexión entre “Zero Kill” y la gente fue total.

El efecto hipnótico se completó cuando un relajado y silencioso Cerati subió a escena. Sin decir nada y con un instrumental de fondo, el joven cantante de 26 años bailó al ritmo de sus músicos, con unos movimientos tan espontáneos que por momentos parecía olvidarse del público, a quien le daba la espalda durante unos segundos.

Luego de la introducción, el hijo de Gustavo entonó los primeros versos de “Te amamos”, que estuvo seguido por “Sweetness means” y “I'm a still a man”. Los únicos momentos en los que el cantante frenó la catarata de temas fueron para agradecer a los asistentes o tomar agua.

No fue hasta “¿Are friend electric?” de Tubeway Army, único cover de la noche, que Benito presentó a su banda: Pedro Bulgakov en batería, Alfred García en guitarra, Lara Pedrosa en bajo y coros, y Diego Korenwaser en teclado.

“Creí que hablabas en serio” y “Siglos” fueron los siguientes temas que contaron con un enérgico Cerati. Benito saltaba en el escenario, bailaba e imitaba la forma de tocar de sus músicos. Mientras que los espectadores seguían el ritmo de las canciones con sus pies o dando palmas sobre la mesa, a la vez que tarareaban casi en silencio las letras.

“Corazón centrífugo” resultó ser el momento emotivo de la noche, con una voz melancólica y sentado en el suelo, el músico desplegó su gama de agudos acompañado de una única luz celeste que lo siguió durante los casi cuatro minutos que dura la canción. Con la última estrofa, el bar explotó en unos merecidos aplausos para el artista que, en ese instante, abrió su corazón ante sus fans.

Luego de “El final de una relación normal”, los músicos saludaron al público y se dispusieron a irse. Sin embargo, la gente estalló al grito de “¡una más!” y, bajo la advertencia de Cerati, (quien dijo “hacemos uno rápido porque se nos va el colectivo”), tocaron “Att-ention whore”.