Violó la cuarentena y seguirá detenida, pero en su casa

María Verónica Romero no le negó al juez Leandro Estrada lo que protagonizó la mañana del martes en la playa de estacionamiento del Carrefour de Villa Mercedes y luego en las calles de la ciudad, cuando la Policía la persiguió para que se detuviera, ya que había violado la cuarentena para evitar la propagación del coronavirus. Ella reconoció que no reaccionó bien. Pero, según dijo,  sus problemas personales y el encierro la llevaron a alterarse de esa forma.

La mujer de 47 años fue indagada por "Violación de medidas contra epidemias", "Atentado contra la autoridad" y "Daños calificados por impedir el libre ejercicio de la autoridad", detalló Estrada, quien por estos días subroga el Juzgado Contravencional y Correccional 2 de Villa Mercedes.

Romero contó que el martes, alrededor de las 10, fue hasta el hipermercado ubicado en la avenida 25 de Mayo, entre Juan Llerena y Libertad. "Necesitaba hacer unas compras y retirar dinero para pagar en efectivo", argumentó.

Estuvo 40 minutos en la fila para poder ingresar al comercio, dijo. Durante la espera, un policía que controlaba la cola le pidió el documento de identidad para verificar si terminaba en un número impar, puesto que solo quienes tienen documento con esa terminación pueden circular los martes, para disminuir así el tránsito de las personas en las calles y así, también, de la COVID-19.

El efectivo, al ver que su DNI finalizaba en número par, le pidió que se retirara de la fila. "Yo no sabía qué día era, no sabía el tema del orden", explicó.

Dijo que, "sobrepasada por tantos cambios y restricciones" se subió a su Volkswagen Gol. "Estaba tan enojada que di una vuelta en el estacionamiento y, cuando salí, en la esquina de Juan Llerena y 25 de Mayo, un policía me hizo seña", relató. Eso la alteró, admitió.

"Maniobré, lo esquivé y seguí andando. Fui esquivando, ni me acuerdo por qué calle, hasta que en un momento crucé un semáforo", narró Romero. Fue allí cuando, según dijo, "le cayó la ficha". "No podía seguir con ese lío y llevarle ese problema a mis hijas. Entonces decidí parar y entregarme", refirió. Eso ocurrió en Sargento Baigorria y 3 de Febrero, a unas diez cuadras del comercio donde había empezado todo.

"Soy docente. Soy muy activa en la vida y este encierro me sacó", le aseguró Romero al juez.

 

Comentó que cuando los uniformados se acercaron, la sacaron de manera violenta de su auto. Según ella, la tomaron de los cabellos, la tiraron al piso y la insultaron.

"Soy docente y coordinadora académica. Nunca tuve antecedentes ni problemas con las autoridades. Soy muy activa en la vida y este encierro me sacó", agregó.

Cuando terminó de declarar, su defensora, Karina Montes de Oca, solicitó ocho días de prórroga del arresto. Eso quiere decir que el juez tiene tiempo hasta el jueves de la semana que viene para definir si la procesa por los tres delitos.

No obstante, a diferencia de la mayoría de los detenidos, que suelen esperar la resolución de los magistrados en alguna comisaría, Estrada decidió que Romero lo haga en su casa.

"Dispuse la detención domiciliaria porque la imputada tiene dos hijas discapacitadas con un problema de movilidad serio. Ambas son menores, tienen 15 años, y están a cargo de su madre", dijo el juez.

Estrada aclaró que, de todos modos, la mujer estará bajo la tutela de su hijo mayor, quien se hizo cargo de sus hermanas las 24 horas que su madre estuvo detenida en la Comisaría 12ª.