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Tensión entre productores y exportadores por la soja

Las cámaras aceiteras dicen que el ritmo de ventas es menor al de 2019 y los agricultores contestan con datos.

Por redacción
| 30 de abril de 2020
Delincuentes. Algunos cortan silobolsas para presionar las ventas.

Como ocurrió en 2008, cuando el enfrentamiento entre el campo y el gobierno kirchnerista estaba en su apogeo por la Resolución 125 que intentaba imponer las retenciones móviles, otra vez comenzaron a verse en los últimos días silo bolsas destrozados por manos anónimas, en clara alusión a que los productores están reteniendo soja con la intención de perjudicar las arcas del Estado, que se privan de recibir los dólares que provienen de las retenciones.

 

Sin embargo, los números indican otra cosa en lo que va de la cosecha, que avanza a paso redoblado ayudada por el buen tiempo y, con ella, también siguen produciéndose ventas de soja y maíz de parte de los agricultores argentinos, que no están en condiciones de especular debido a lo precario de sus economías.

 

En general, los dueños de la soja y el maíz están muy lejos de retener los granos, como dicen algunos que están identificados con el oficialismo, ya que llevan comercializado un volumen mayor que en otros años.

 

Datos oficiales

 

De acuerdo a los informes que publica el Ministerio de Agricultura, este año los productores no retuvieron tanta soja como en otras campañas, debido a que la vendieron en buenos volúmenes a los exportadores (que la embarcan como grano) o a la industria aceitera (que lo hace como subproductos luego de agregarle valor). Para que quede claro: los productores llevan vendida más soja que en la campaña 2019/20.

 

Los datos oficiales dicen que al 22 de abril (la información disponible recién se va a actualizar hoy), los productores habían vendido 6,4 millones de toneladas de soja a la exportación y otros 14 millones a la industria para su transformación en aceite, harina o biodiésel. Como la cosecha de este año se estima en torno a las 50 millones de toneladas (algunos especulan con que será algo menor) estas ventas representan el 41% de la producción esperada.

 

Al 22 de abril del año pasado, en cambio, las ventas al sector exportador eran de 3 millones de toneladas y la industria había absorbido un volumen similar al de este año: 13,85 millones. Para ese momento, esas compras representaban el 30% de la producción esperada de soja, que finalmente llegó a las 55 millones de toneladas, ya que fue un gran año en materia climática.

 

O sea que este año los productores ya vendieron más en términos absolutos y en términos porcentuales. Y eso tiene mucho que ver por un lado con la malaria económica (no hay financiamiento accesible y se deben pagar las deudas), pero también con los temores que hubo el año pasado, justificados por cierto y comprobados luego, por la suba de derechos de exportación, que terminaron en el gobierno de Mauricio Macri en casi 25% y ahora llegan al 33% con Alberto Fernández.

 

El ruralista Néstor Roulet, funcionario en el anterior gobierno, le confirmó al sitio Bichos de Campo que “el productor ya vendió 19 millones de toneladas de la soja de la campaña 2019/20, que es un 38% de la producción estimada de 50 millones de toneladas. Es cierto que le falta vender otros 32 millones de toneladas, que evaluada en dólares (a 310 de la moneda estadounidense la tonelada) serían 9.920 millones”.

 

Ese fue el argumento utilizado por la cámara que agrupa a exportadores y aceiteras, Ciara-CEC, para denunciar días atrás que existe “una retención de 9.000 millones de dólares por parte de los productores”. Las cámaras reducen su mirada el período en el que comenzó la cuarentena para argumentar que los negocios registrados para venta de soja entre el 15 de marzo y el 12 de abril fueron de 2,42 millones de toneladas, cuando para el mismo período del año pasado ascendieron a 5,27 millones de toneladas.

 

Pero ante esta acusación sobre un “menor ritmo de ventas”, Roulet aclaró que “el patrón de ventas de la producción es muy similar todos los años: un 50% entre abril y junio para pagar los gastos directos y los insumos de la actual campaña, un 20% entre julio y agosto que generalmente van a alquileres, un 20% entre septiembre y diciembre para afrontar los gastos directos de implantación de la nueva campaña y deja un 10% para futuros gastos”.

 

“Si ya se vendió un 38% es de esperar que hasta fin de junio las ventas serían alrededor de 6.000 millones de dólares”, aclaró el productor cordobés. La Mesa de Enlace también salió en defensa de los productores. Negó que especulen, porque entiende que en plena cosecha, el grano constituye la caja que el campo usa para cancelar sus compromisos.

 

 

 

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