La venta de cerveza artesanal cayó un 90% en cuarentena

La crisis económica que generó el coronavirus golpea fuerte a todos los sectores que no pudieron continuar con su labor. Uno de ellos es el de las fábricas de cerveza artesanal, que tiene pérdidas de hasta un 90 por ciento por falta de ventas. La mayoría trabaja con stock y ofrecen delivery para mantenerse en el rubro.

El socio de “Kerze”, Fernando Caballer, expresó que la imposibilidad de vender sus productos no solo en sus bares, ubicados en San Luis, La Pampa y Córdoba, sino también a negocios gastronómicos que hoy están totalmente cerrados, les implicó una gran pérdida económica. “El 90 por ciento de las ganancias era por fuera de la fábrica y el 10 restante eran los consumidores que venían al lugar. Pasamos de una facturación normal a cero. La situación es angustiante”, dijo preocupado.

Con una temporada de verano que fue medianamente buena, el 20 de marzo cuando el gobierno nacional decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio en todo el país en “Kerze”, al igual que en otras fábricas, dejaron de producir. Ante este panorama, Caballer precisó que al tener que proveer a otros comercios tenían en stock cervezas enlatadas y en barril. Destacó que estas en refrigeración duran hasta seis meses sin deteriorarse.

Las ventas de cerveza artesanal repuntarían si abren los bares y otros locales gastronómicos.

 

En tiempos de pandemia el delivery fue una opción para seguir en contacto con los clientes. “Nos adaptamos y lo hacemos nosotros, con nuestros autos, no es lo mejor, pero tuvimos muchos problemas para conseguir el permiso para circular”, dijo el comerciante.

El mes pasado abrieron al público, pero los consumidores solo podían retirar la cerveza. De igual manera el socio de "Kerze" señaló que lo hacen en un horario poco habitual para su rubro, que es de 13 a 17. Aseguró que a raíz de la prohibición de reuniones y fiestas, el consumo se volvió más personal, lo que los limita a la hora de vender.

En coincidencia con Caballer, el gerente comercial de “Un Tal René”, Cristian Moleker, detalló que la mayoría de las fábricas de cerveza artesanal venden el 100 por ciento de sus barriles a los bares. Luego ellos los pinchan y los ofrecen en pintas. “Al haber cerrado este sector dejamos de generar ganancias y las ventas cayeron cerca de un 90 por ciento. De igual forma el consumo bajó porque la gente tenía miedo”, dijo.

En marzo la baja demanda de su producto hizo que se cortara la cadena de pago. “Veníamos de una situación compleja, los márgenes de rentabilidad eran muy bajos y la gente cada vez tenía menos dinero. Es muy probable que muchos bares no reabran sus puertas”, manifestó el gerente.

Agregó que el delivery es un paliativo, pero no una solución, ya que es muy difícil generar ganancias con el volumen de ventas que tienen a través de este servicio.

De igual manera precisó que trabajan en conjunto con algunos gastronómicos para que en sus cartas también ofrezcan sus productos. “Buscamos estrategias comerciales para lograr una complementación y ayudarnos. Hoy subsistimos. Lo importante es seguir en pie y salir de esta situación lo menos dañados posible”, resaltó.

El dueño de “Laterne”, Marcos Diep, explicó que dependen del funcionamiento de los bares y que al estar cerrados se corta la cadena de ventas. “Es muy poca la cantidad que se maneja en latas o botellones. Necesitamos que de a poco se reactiven, adaptándonos a los protocolos pertinentes, como por ejemplo respetar las distancias, reducir la capacidad al 50 por ciento, la utilización de barbijos, alcohol en gel, entre otros”, acentuó.

Señaló que la crisis golpea fuerte a su sector y a modo de ejemplo comentó que en estos días cerraron restobares en la ciudad de Villa Mercedes.