Temblores y barbijos
La alerta sísmica se hizo escuchar, con ese sonido que los capitalinos mexicanos guardan entre sus recuerdos más dolorosos.
23 de junio, 10:29 de la mañana. Desayuno interrumpido. La alerta sísmica se hizo escuchar, con ese sonido que los capitalinos mexicanos guardan entre sus recuerdos más dolorosos, que provoca que la mandíbula se trabe y las manos empiecen a sudar. La tierra se desplaza, los pies buscan la puerta de salida. Barbijos, sollozos, una plegaria al cielo para que no se vuelva a repetir un 19 de septiembre. Apagón eléctrico.
Un sismo de 7,5 grados en la escala Richter se registró la mañana del martes en México. El Servicio Sismológico Nacional (SSN) indicó que el temblor ocurrió a las 10:29 hora local (16:29 GMT). Su epicentro fue a 23 kilómetros al sureste de Crucecita, en la localidad del estado de Oaxaca. El movimiento se percibió en Chiapas, Guerrero, Veracruz, Morelos, Estado de México, Puebla y Ciudad de México.
Los últimos informes del gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, confirman el fallecimiento de una mujer y cuatro hombres, daños estructurales; derrumbe de rocas en carreteras, bardas y muros destrozados. Por la tarde, Estados Unidos emitió una alerta de tsunami para las costas del Pacífico de México, América Central, Ecuador, Perú y Hawái, sin embargo, a las pocas horas la retiró, puesto que se modificaron las condiciones.
-¿Están bien?- mensaje de WhatsApp.
La razón por la cual la mayoría de los mexicanos pudo contestar “sí” ante tal pregunta fue porque el temblor fue oscilatorio. En 2017 fallecieron 471 personas a causa de tres sismos, los días 7, 19 y 23 de septiembre. La incertidumbre ante las réplicas sísmicas no para, el confinamiento tampoco.
Más Noticias