Las casas de música de la ciudad vuelven a la normalidad

Tras la inhibición de conciertos y ensayos debido a la pandemia, los músicos puntanos que cumplen el aislamiento social encontraron “en casa” la excusa perfecta para transmitir shows y cantar con colegas vía online, y también  ensayar.  El problema aparecía cuando una cuerda se estiraba de más o un parche no resistía otro golpe. Entonces necesitaron la asistencia de las tradicionales casas musicales.

Los primeros días de la cuarentena los pedidos se hacían por delivery, entrando a las páginas oficiales. “Pero los músicos necesitaban el contacto con el instrumento;  quieren probarlo y comparar”, aseguró Ricardo Demarco, propietario de La Tienda.

“Siempre necesitan insumos para componer y practicar con sus instrumentos. El objetivo primordial es no desabastecernos de los insumos básicos para que sigan haciendo música sin interrupciones”, enfatizó, ya que “todavía queda una serie de complicaciones en el país para abastecerse”.

“Creo que la mayoría se reencontró con tocar el instrumento”, dijo Demarco, quien citó el caso de un cliente que les contó que tocaba el piano hace años,  pero lo dejó. “En estos últimos días retomó el gusto que había dejado pendiente y apenas pudo, se compró un teclado”, aseguró.

“En este tiempo extra, felizmente, se encontraron con la música, que era algo que habían dejado de lado”, dijo, y agregó que continúan enviando insumos a domicilio, pero la atención en el local de Pringles 1136 volvió a ser una realidad, respetando los protocolos de seguridad y la atención según la cifra final del Documento Nacional de Identidad.

A pocas cuadras de distancia, otra casa fundamental para los artistas volvió a sonar en el tono adecuado. Desde la vereda se podía observar cómo un joven con la guitarra al hombro se dirigía a “Pentagrama”. Jonathan explicó que los últimos días escucharon música en su casa tocada por su madre, hasta que el ritmo se cortó. Literalmente, colapsó la cuerda de la guitarra y pararon las melodías. En su día permitido por el DNI, se acercó para que personal entrenado le cambie el encordado. “Esperamos que vuelva a sonar otra vez”, ansió el joven, preparado para un fin de semana musical.

“Con algo de inventiva ofrecimos nuestros productos vía web desde nuestra página, pero ahora se abrió otro panorama”, destacó Carlos Guzmán, dueño del espacio que funciona en San Martín 417, en el cual recibieron pedidos por cambios de plugs y cables, o parches y cuerdas, por ejemplo, y la primera medida fue el delivery, sin estar abierto el local.

“Mientras tengamos cuarentena el público estará restringido por el DNI y también por la escasa llegada de productos nuevos”, dijo preocupado, pero señaló que cuentan con insumos para sobrellevarlo. “Tenemos a favor los años que llevamos en vigencia”, afirmó Guzmán, quien señaló que el local tiene treinta años de trayectoria a cuestas, siempre atendiendo en familia. Y aunque por edad -él y su esposa tienen 60 años y están en zona de riesgo- sus hijas Karla y Natalia están detrás del mostrador.

Ambos responsables de las casas de música sostuvieron que a pesar de la flexibilización que tiene la provincia, no es masiva la llegada de insumos pero que pueden continuar en actividad por el momento, “para solucionar este tema y el de nuestros clientes, debido a la relación y las continuas consultas”, describió Guzmán.

“Estamos en una nueva normalidad en la que aparecieron ciertas dificultades pero se puede seguir trabajando, sobre todo proyectándonos, porque esto va a seguir”, sostuvo Demarco.