José Antonio Grillo: eterno personaje del boxeo puntano

José Antonio Grillo nació en San Luis el 5 de junio de 1926 y murió el 30 de agosto de 2006 en el lugar que lo vio nacer. Fue bombero, policía (se jubiló con el cargo de suboficial mayor), promotor de boxeo, fabricante de churros y excelente bailarín de tango.

Respetuoso, ceremonioso, educado y de hablar mucho, Grillo —que estaba casado con Luisa Fernández— volcó su amor por el deporte de los puños en su propio gimnasio, que en forma precaria y artesanal había montado en el fondo de su casa de la calle Pringles 1695, histórica vivienda que perteneció a sus padres: Ángela Flores y Francisco Grillo.

Hoy, a 15 años de su fallecimiento, su familia lo recuerda como lo que era: buen padre, emprendedor y de nunca bajar los brazos ante la adversidad.

Su hija Gladys, quien es maestra, dice que su padre era una persona muy buena, querida y respetada en todos lados. "En la escuela 'Misiones' todos lo querían porque estaba siempre atento y respondía con amabilidad", recuerda. Por otro lado, su hijo José Alberto, "Cachimba" para todos, comenta que de chico seguía la actividad deportiva de su padre, quien como boxeador amateur había hecho más de 100 peleas en categoría Medio Mediano (72,560) y entendía mucho de esa disciplina. "Había montado en el fondo de la casa un precario lugar para entrenar al aire libre. El espacio era carente de muchas cosas, pero el empeño y la garra que le ponían quienes venían a entrenar suplía todas esas necesidades", dice con orgullo.

"Por ese gimnasio pasaron varios boxeadores que después fueron importantes en la historia de ese deporte a nivel provincial, entre ellos puedo nombrar a Basilio Ocaña, Victoriano García, Gabriel 'El Tano' Rubiani, Rubén Gil, que falleció hace poco; Gustavo 'Mastodonte' Jofré (hermano por parte de padre) y Abraham 'Chiqui' Valenzuela", enumera "Cachimba".

Su hijo amplía los recuerdos y apunta que su boxeador preferido era Abel Celestino Bailone, a quien de chico lo traía a boxear al Guaycurú. Fue una relación de amistad que se mantuvo en el tiempo, al tal punto que Bailone cuando venía a San Luis lo visitaba y, en uno de esos encuentros, le regaló su libro "De puñetazos y utopías".

La charla, en la que también participan sus nietos Luciano y Francisco, su bisnieto Nacho Grillo Lorca y sus hijas Ángela "Titina" Isabel y Gladys, se extiende en el tiempo y en el recuerdo. Los más jóvenes escuchan y miran atónitos las fotos del abuelo, tal vez nunca imaginaron todo lo que hizo por el deporte de los puños.

Mientras tanto, las anécdotas van y vienen, "Cachimba" y "Titina" ofician de voceros, mientras Gladys, emocionada, evoca recuerdos del púgil puntano.

En agosto de 1997, Grillo y su hijo "Tonino" idearon y formatearon el primer campeonato provincial de boxeo de los últimos 50 años, denominado "Ricardo Rodríguez Jurado", que contó con la esponsorización de la Municipalidad de la ciudad de San Luis.

Grillo dijo en aquel momento: "Este campeonato apunta a promover el desarrollo del boxeo en la provincia y darles espacio a las nuevas figuras que a diario  incursionan en este deporte. Es la primera vez en la historia del boxeo sanluiseño que se realiza mediante un sorteo el desarrollo de un campeonato, tratando de asegurar una total equidad para todos los participantes".

Grillo contaba por ese entonces con el apoyo de los gimnasios de "El Zorro" Muñoz, Adrián Soria, Abraham Valenzuela y el de Victoriano García. El torneo en su totalidad se realizó en el "Pablo Zorrilla", ubicado en la Sociedad Española. Después de diez jornadas, se coronó a los mejores. Los Grillo muestran orgullosos la documentación que acredita a los campeones. En Mosca, el campeón fue Alberto "Pelusa" Lucero y el segundo, Nelson Alaniz.

La categoría Gallo fue para Mario Sánchez, de Villa Mercedes; y el subcampeonato para Mario Espinosa. La corona en Pluma fue para Alejandro Assat, seguido de Alfredo Olmos. En Liviano el campeón fue Juan Lucero, de San Luis, y Alberto "El Toro" Amitrano, de Villa Mercedes, segundo. En Medio Mediano Liviano se clasificó campeón Alberto Sombra y segundo fue José Benítez.

En la categoría Medio Mediano el titular fue Billy Assat, de Villa Mercedes; y Orlando González, de San Luis, resultó subcampeón. Entre los Medio Liviano el mejor fue David Calabrini, seguido de Pablo Gatica, de Villa Mercedes. El título en Mediano quedó para Darío Rodríguez y subcampeón, Arnaldo Vega. Miguel Cerda González, de San Luis, se adjudicó la corona en Medio Pesado y segundo fue Omar Vega. Entre los Pesados, el mejor fue Roberto Ceballe, de Justo Daract, y subcampeón Ricardo "El Oso" Morandi, de Villa Mercedes.

Fue el éxito más resonante que tuvo Grillo en su papel de promotor a lo largo de su extensa carrera una vez que dejó los guantes.

Un párrafo aparte merece su afición a las milongas o bailes populares, en los que era común encontrarse con su figura en la pista del salón Maipú, el club La Merced o en el Sporting Club Victoria, del cual era muy hincha. "Había grandes bailarines y como si se pusieran de acuerdo, bailaba una pareja en cada esquina de la pista. Como dice la letra de un tango 'se armaba rueda pa' verlos bailar'. La gente los premiaba con un aplauso. También tuvimos una fábrica de churros, pero funcionó poco tiempo; las ventas eran escasas y no cerraban los números", aporta su hija.

Las evocaciones continúan mientras las fotos y recortes periodísticos armoniosamente ordenados se esparcen sobre la mesa y se miran con nostalgia. Su hijo agrega que por esos años las veladas eran fiscalizadas por personas relacionadas con el boxeo, conocedoras del reglamento o por funcionarios de la Comisión Municipal de Deportes de la Municipalidad de San Luis. Entre ellos estaban Domingo "Pipi" Pérsico, experiodista y empleado del Banco Nación, quien firmaba con el seudónimo de "Walter Silva"; José Alberto Grillo, que tenía un programa de boxeo en una FM local; Jorge Funes Gez y Antonio del Río, mientras que las peleas eran arbitradas por Raúl Correa y Pablo Altavilla (fue internacional, el único de San Luis hasta hoy).

Años después, en septiembre de 1997, se creó la Federación Sanluiseña de Box (Fesabox), que es la única entidad que rige los destinos del boxeo en la provincia.

"Cachimba", quien lleva ese apodo debido a su abuelo, agrega: "Todo se hacía a pulmón, nada era fácil y el boxeo tenía poco apoyo. Nosotros, sus hijos, y algunos de nuestros amigos o boxeadores amateurs salíamos a buscar sponsors para hacer los volantes, las entradas o los afiches. Después salíamos a pegarlos en lugares estratégicos, mientras que mi papá muchas veces sacaba dinero de su jubilación para pagarles a los peleadores. Todos cobraron, jamás les falló, porque era un hombre recto y de bien".

"Mi padre siempre la remó fuerte y contra el viento para lograr que el boxeo fuera reconocido en zonas aledañas y en otras provincias. Hubo noches que el público no respondió como era de esperar  y las recaudaciones eran flojas, pero él siempre trató de hacer y estar con los mejores y de hecho lo logró, porque su nombre es recordado en este ambiente. Además, vinieron a San Luis campeones argentinos, sudamericanos y hasta mundiales que él invitaba para jerarquizar sus veladas".

José Antonio Grillo, más allá de todos los estamentos, fue un lírico en el mundo del boxeo. Antes y después de su trayectoria, los viejos amantes del deporte de los puños lo recuerdan con afecto y mucho respeto.

Un legado muy difícil de igualar pese a que uno de sus hijos, "Tonino", incursionó en la promoción y esponsorización de boxeadores, pero nada fue igual.

El querido Grillo marcó una época primaria, que dio el espaldarazo a muchos púgiles que llegaron a lo más alto de sus carreras gracias a su empuje.