SAN LUIS - Viernes 03 de Mayo de 2024

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Agresión a Soloa: las pruebas que llevaron a la cárcel a tres jóvenes

Los testimonios y el informe médico sobre la salud del jefe policial complicaron a los detenidos.

Por redacción
| 02 de enero de 2021
Al Penal. Según la reconstrucción hecha en el expediente, los procesados le pegaron trompadas al comisario. Foto: Dirección de Investigaciones.

El informe que firmó la médica forense Patricia Gallardo, sumado a las diversas testimoniales que quedaron incorporadas al expediente fueron lapidarias para Diego Nicolás Magallanes, de 18 años, Lautaro Mauricio Cruz, de igual edad, y Gianfranco Arce, de 28, tres de los cuatro jóvenes que fueron procesados por darle una feroz paliza al comisario general y jefe de la Unidad Regional de Orden Público (Urop I), Hernán Soloa, en un ataque que se dio mientras otros policías detenían a  Lucas Gastón Arce, un allegado de los agresores que, minutos antes, le había robado el celular y la billetera a un chico que había salido de su fiesta de egresados. 

 

El cuarto procesado es un adolescente de 17 años, J.G.M, que por su edad no fue a prisión. Estuvo demorado unas horas y luego fue restituido a sus padres. A los mayores, el juez Penal 2, Ariel Parrillis, los procesó por "Lesiones graves triplemente calificadas por ser criminis causa, por el concurso de dos o más personas y por ser a un miembro de las fuerzas de seguridad, en perjuicio de Hernán Soloa, en concurso ideal con el delito de atentado a la autoridad, doblemente calificado por ser cometido por dos o más personas, y por poner manos en la autoridad; todo agravado por la participación de un menor", detalló el magistrado en su resolución.

 

La golpiza al comisario Soloa fue el 20 de diciembre poco después de las 6:30 en la zona del Puente Derivador. Enfrente, en una casa de estilo alpina, los agresores participaban de una fiesta clandestina. Cuando observaron que Lucas Arce, de 26 años, quien había estado reunido con ellos, era arrestado, cruzaron la Avenida del Fundador y agredieron a Soloa, quien recién llegaba al lugar en una camioneta. 

 

Si bien el comisario no declaró aún —continúa internado en una clínica privada a raíz de los múltiples traumatismos que sufrió, fundamentalmente en el rostro, y está a la espera de una cirugía maxilofacial— las testimoniales de los efectivos que actuaron en el procedimiento por el robo, de los familiares del chico que sufrió el atraco y el informe de la médica forense (que da cuenta de la gravedad de las lesiones del jefe policial) empujaron a los tres amigos al pabellón de procesados de la cárcel capitalina.

 

El jefe de la Urop I, según el dossier médico, sufrió rotura en los huesos de su nariz, un hematoma en el pabellón auricular derecho —con sangrado—; fractura de maxilar superior parte frontal;  hematomas en las partes anterior y lateral derecho del tórax, fruto de puntapiés, lo mismo que en la región renal, lesión que le generó una hematuria, es decir, sangre en la orina. 

 

Cuando Soloa estuvo internado en el Hospital San Luis, donde recibió la primera atención médica, le indicaron una tomografía computada cerebral que, por fortuna, no mostró lesiones severas. Pero sí permitió constatar múltiples fracturas óseas en el rostro, que exigirán cirugías. Lo mismo que la pérdida de piezas dentarias, por lo que se sugirió una interconsulta con Odontología. 

 

El policía también fue evaluado con una ecografía en su abdomen, que no arrojó secuelas serias en el hígado. Podría decirse que ese informe médico también compromete a los sospechosos, porque permite inferir que la paliza fue feroz y que no hubo un mano a mano entre Soloa y uno de los sospechosos, tal como lo argumentó en su momento uno de los defensores, José Olguín.

 

El presunto asaltante, Lucas Arce, fue procesado con prisión preventiva por “Robo simple”. Cuando era detenido por dos policías, llegó el padre del damnificado, quien golpeó al ladrón ya esposado. Eso generó la reacción de sus tres amigos, que fueron a defenderlo. En ese momento habría llegado Soloa, quien se trenzó en lucha con uno de los jóvenes, pero luego recibió varias trompadas que lo noquearon. Al parecer, ya en el piso recibió patadas. Fue allí cuando policías motorizados del DRIM llegaron en refuerzo. Los agresores huyeron a la carrera, pero fueron detenidos a los pocos metros, según refirieron los agentes que participaron del procedimiento.

 

Aún no está establecido de forma fehaciente cómo y por quién recibe la noticia del robo Soloa. Pero, según lo referido por el muchacho asaltado, Soloa guarda relación con su familia, ya que es pareja de una pariente de él.

 

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