La nueva vida del circo
Luego de un año de incertidumbre, Cirque XXI disfruta de una temporada en la que puede mostrar su show.
Así como pasó con todo el mundo, el 2020 fue un año especial para la troupe de Cirque XXI, la compañía que en marzo del año pasado llegó a Merlo con la intención de hacer temporada en la localidad y luego seguir con su itinerario nacional. La pandemia, la cuarentena y todo lo que trajo el año pasado no les dejó hacer ni una cosa ni la otra. Once meses después, el grupo de artistas circenses empieza a tomarse revancha.
Junto con el año nuevo, y de manera escalonada en cuanto a horarios y cantidad de funciones, Cirque XXI pudo por fin presentar en la localidad, en su carpa y con todos los implementos necesarios, "Antiquus", el espectáculo que trajo en febrero pasado y que se quedó con las ganas de estrenar. "Siempre respetamos los protocolos nacionales, provinciales y municipales. Por eso nos costó tanto volver a trabajar", dijo Fabián López, el propietario del circo.
Ahora que la situación parece más clara, la carpa abre sus puertas en la entrada de Merlo, por la ruta 1, todos los días a las 22, con una única función que tiene la separación de las sillas que marca el Comité de Crisis y un promedio de 150 espectadores por presentación en su enorme predio.
Desde que llegaron el año pasado hasta hoy, los artistas del circo pasaron por diversas situaciones —algunas de profunda angustia— que no hicieron más que sellar con más fuerza la sólida convivencia grupal. Al principio del aislamiento, algunos tuvieron que salir a vender artesanías o pastelitos por la calles merlinas y otros tomaron la decisión de radicarse definitivamente en la provincia.
Cuando en mayo el grupo hizo historia al ser el primer espectáculo en el país que se animó a las presentaciones en vivo en el balneario de Merlo, la sensación de liberación invadió a la familia circense; pero en el fuero íntimo se sabía que aquel show al aire libre, en formato autocirco, que se repitió algunos fines de semana, no era lo que habían venido a mostrar. "Ahora estamos en nuestra carpa, con todos los elementos y presentamos el show completo, no por fragmentos", señaló López, quien por ser el referente máximo de la compañía no se priva de cortar las entradas o atender el kiosco.
El show lleva el hilo argumental de un anciano que recuerda su pasado circense gracias al hallazgo de un cofre donde había guardado sus olvidadas pertenencias. A partir de allí se suceden todas las acrobacias del circo moderno: tela, malabares, payasos, saltos, fuego, minibicicletas —en uno de los números más destacados—, baile, humor y juegos en las alturas.
Además de la calidad de esas habilidades, la puesta, el vestuario, el maquillaje y la iluminación están a la altura de cualquier espectáculo nacional.
Los movimientos relacionados con la infraestructura no representan la única novedad del circo respecto a las presentaciones que hicieron en mayo. El elenco muestra a algunos artistas que no estuvieron a mitad de año y que le aportan una brillantez extra a un espectáculo que no tiene fecha de caducidad en la provincia. La intención de la compañía es permanecer en Merlo en la temporada veraniega y luego recalar en San Luis y Villa Mercedes.
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