Coronada: Valentina Polanco ganó cuatro medallas de oro en atletismo

Valentina Polanco llegó a la línea de partida de los Juegos Binacionales con los ojos del atletismo puestos en su velocidad.

Candidata a ganar todo lo que corriese, se acomodó en su espalda esa mochila y la llevó sin sobresaltos.

Con paciencia, templanza y equilibrio se manejó afuera de la pista.

Fue punzante, se mostró firme y estuvo muy picante a la hora de correr.

Construyó un podio tras otro con marcas que fueron de muy buenas a fenomenales y ayer, antes de irse a Colombia con la Selección Argentina, cerró su tarea con cuatro medallas de oro en iguales presentaciones.

Valen arrancó el miércoles con el primer oro en los 100 metros con vallas: paró el cronómetro en 14"76, en una prueba en la que es recordwoman argentina juvenil.

El jueves ganó los 100 metros llanos con un tiempo de 12"08; y remató la posta 4x100 metros, que cerró con registro total de 49"25.

Ayer la atleta nacida el 4 de mayo de 2002, abrió la jornada con los 200 metros. Primero ganó su serie y después, en la final, se colgó la cuarta presea dorada y clavó su mejor marca personal, al parar el cronómetro en 25"13 (viento 0.8 ms).

"Me duele todo, estoy bien por lo que hice, tiré lo que quedaba y ahora veremos la marca", fue lo primero que dijo Valentina, ni bien terminados los 200. Lejos de subirse a la nube de las cuatro doradas, lo que tenía en su cabeza era la marca, que finalmente fue su récord.

"Ahora ya enfocada en Cali, a descansar, a recuperar las piernas que perdí en esta carrera", sentenció Polanco, quien descansar no pudo: a las 13 se fue de la pista rumbo al hotel, a almorzar. Luego tomó un remís que la llevó a Buenos Aires y esta madrugada voló a Cali, para competir en los Panamericanos de la Juventud.

"Más allá de los resultados, me quedo contenta y feliz por esta imagen, la de la gente en la pista de San Luis". Ése es el resumen de Valentina: la felicidad de todos.

Sonríe exultante. Voló en la pista y vuela a Colombia coronada de gloria.

Valentina Polanco es presente y tiene un enorme futuro.

Camina y corre con la simpleza y naturalidad con la que transita el día a día... tiene los pies en la tierra.