22°SAN LUIS - Jueves 25 de Abril de 2024

22°SAN LUIS - Jueves 25 de Abril de 2024

EN VIVO

El árbol de Navidad, una tradición cristiana de raíces paganas

Es una costumbre mundial con más de 13 siglos de antigüedad. Aunque tuvo algunas modificaciones, mantiene un significado universal de esperanza, sea cual sea el credo.

Por Romina Oddone
| 05 de diciembre de 2021
La tradición cristiana invita cada 8 de diciembre a armar el arbolito en cada hogar. Foto: Internet

La historia del árbol de Navidad está llena de conquistas y reapropiaciones. Su raíz se encuentra en la religión nórdica precristiana de los vikingos, que lo llamaban Yggdrasil, lo que se conoce como el árbol de la vida, y era un fresno perenne en el que estaba representada la cosmovisión de los pueblos del norte de Europa. Se utilizaba para venerar a Frey, su dios del sol y de la fertilidad, el señor de la naturaleza y poseedor de “la espada del verano”, que renacía en cada solsticio de invierno, del hemisferio norte. Cuando esa fecha se aproximaba —cercana a la actual Navidad— los nórdicos adornaban un árbol con símbolos fálicos, velas y metales que brillaban con el reflejo del fuego. También ponían ofrendas de alimentos para pedirle a Frey que los proveyera con una cosecha igual o mejor que la anterior.

 

Pero en el siglo VIII, el Papa Gregorio II le encargó a un obispo, San Bonifacio, una misión evangelizadora por el centro y el norte de Alemania. Cuenta la leyenda que este santo, cansado de sus muchos intentos por convertir a los paganos, un día tomó un hacha y taló un fresno sagrado, luego plantó un abeto en su lugar para que entendieran que nada podía contra este árbol de hoja perenne consagrado al único Dios. Además, lo adornó con velas, que representaban la luz que Cristo trajo al mundo, y con manzanas, que evocan al fruto prohibido del Edén, esa tentación a la que no se debía sucumbir.

 

Así, ante la imposibilidad de erradicarla, el cristianismo adoptó y transformó esta costumbre pagana. Con el paso del tiempo las velas se convirtieron en luces y las manzanas en bolas, se sumaron las boas y los moños, los pinos y abetos se convirtieron en imitaciones de plástico, de diferentes tamaños y hasta algunos blancos para simular la nieve. También el pesebre al pie del pinito para reafirmar la veneración al nacimiento de Jesucristo y la estrella en la punta que recuerda al astro que guio a los Reyes Magos hasta Belén.

 

Cada 8 de diciembre, en la fiesta de la Inmaculada Concepción, los católicos y creyentes arman el árbol de Navidad. Pero como tantas tradiciones, está atravesada por el marketing y es una gran oportunidad para las ventas. Así los escaparates puntanos, hasta los de los supermercados, se llenan de adornos navideños de todos los tipos, colores y precios.

 

Shopping navideño

 

Emiliano Silva acomodaba un rincón dedicado exclusivamente a los adornos de las Fiestas, en un local ubicado en San Martín y Ayacucho, en el centro puntano. Testigo de la “fiebre navideña'', Silva contó que los clientes comenzaron a comprar árboles y sus respectivas decoraciones desde fines de noviembre. “La gente está apurada, quiere armar el árbol ya y estar tranquilos para esa fecha”, dedujo el joven vendedor.  

 

Contó que los compradores buscan “calidad y precio”. “La mayoría compra adornos porque ya tienen su arbolito. Otros ven si pueden cambiarlo o se quedan con el que tienen. En cuanto a las formas de pagar, algunos abonan un poco en efectivo y el resto lo pasan con la tarjeta, pero si tienen el dinero en la mano, aunque les duela un poquito, prefieren pagarlo totalmente”, analizó.

 

Aseguró que en general suelen gastar unos 30.000 pesos en todo el kit. “Acá tenemos árboles ya armados que ponemos en la vidriera y viene una persona y nos dice: ‘Queremos llevar ese arbolito completo, así como está’, entonces les hacemos un precio y terminan ahorrando un poco”, comentó.

 

Allí los pinos de plástico según el tamaño van desde los 490 pesos los más pequeños hasta los $10.900 el más alto. También hay nevados medianos a 8.490 pesos. Los adornos van desde los 200 pesos en adelante. Las luces con pilas van desde los $690 hasta los 1.190 pesos, y una corona grande, bien ornamentada, puede salir casi 6.000 pesos.

 

En otro local céntrico de calle Colón, entre Junín y Pringles, su encargada Yamila Gil manifestó que los precios de los artículos navideños se mantienen en valores similares a 2020. “Tenemos una gran variedad que va desde los 500 pesos un arbolito de 70 centímetros a $1.000 uno de la misma línea económica, pero de 1,20 metro. También hay unos más caros que cuestan 3.700 pesos, con las ramas nevadas que con pocos adornos ya queda muy bien. Las luces, que son lo que más se vende, salen 1.000 pesos las que vienen con pilas, $500 las led y $300 las comunes. Hay blancas, azules y multicolores”, detalló.

 

“Luego están los arbolitos de mesa, de 50 centímetros y salen 600 pesos. En cuanto a los adornos, las punteras o estrellas salen 150 pesos; los moñitos, que se usan mucho, salen $170 el blister de 8 unidades; y por tres, $130 o $150. Hay variedad para todos los bolsillos. Las boas cuestan desde 40 a 240 pesos las más gruesas. Y también tenemos árboles que ya vienen decorados que van desde los 2.400 pesos en adelante”, continuó. Y aseguró que, llevando todo lo básico, decorar un pino navideño puede costar como mínimo unos 3.000 pesos. “Los precios varían en unos pocos pesos, por ahí algunas boas que el año pasado estaban a 15 pesos, hoy cuestan 40; por ejemplo, un árbol que teníamos a 300 pesos hoy sale 500, y así”, afirmó Gil.

 

Con precios muy similares a su competencia, un comercio emplazado en calle Belgrano, entre San Martín y Chacabuco, también luce en sus escaparates toda la parafernalia de Navidad. Elías Quiroga repasó los precios del local que atiende desde hace más de 3 años. “Tenemos arbolitos de 60 centímetros a 500 pesos, otros nevados a 960. Hay unos de 90 centímetros que cuestan 1.250 pesos. La variedad es vasta, por ejemplo, hay de 2.500 y 3.400 pesos hasta los 8.000 que son los que miden 2 metros”, describió.

 

En cuanto a los adornos, en este local hay bolas desde 150 pesos en adelante, guirnaldas de 30 pesos y boas de 80 y 70 pesos. “Tenemos de todo, moños de 150 pesos y de 120. Y por supuesto, también están los árboles armados que salen 1.650. La gente está llevando muchas guirnaldas, boas, bolas y luces, porque la mayoría tiene arbolito y lo van rearmando”, afirmó.

 

Quiroga sostuvo, al igual que sus colegas, que no vio un incremento en los precios que fuera “realmente significativo”.

 

 

Con espíritu festivo

 

La curiosidad de conocer los precios de los elementos navideños comenzó temprano para los puntanos y puntanas. Ya unas semanas antes de la fecha en que se arma el pino, se pudo observar cómo los vecinos de la ciudad visitaban los locales para embellecer sus hogares en diciembre.

 

Nora Viviana Colicchia acomodaba sus lentes para inspeccionar los precios de los árboles. “De acuerdo a los precios que he visto, me parece que me voy a quedar con el que tengo y haré unos caseros con lana y tela. Me parecen muy caros y prefiero invertir en otras cosas”, dijo la mujer que ama esta temporada.

 

“Conservamos intacta la tradición en nuestra casa, la misma que viene de mis abuelos. Mi abuela armaba un árbol alto, grandote y lo llenaba de regalos para los nietos. Ahora visto de Navidad la casa, lo armo todo el 8 de diciembre y con mi esposo ponemos el pesebre. Este año tenemos la idea de invitar a los vecinitos a rezar la novena, es una tradición muy bonita”, expresó.

 

“Me gustaría que todo esté más barato”, dijo Robinson Campoverde y soltó una risa mientras miraba los precios de las luces para su árbol. “Todo es importado y supongo que está a precio dólar”, reflexionó. El ecuatoriano que reside en San Luis desde hace 25 años contó que fabrica su propio pino navideño. “Todos los años corto un ramillete de árbol seco y lo adorno a mi manera; lo pinto de blanco para simular la nieve y trato de ponerle semillas de pino, las amarro con un alambre finito y las voy colgando. Después le pongo las luces. Tengo la duda de comprarlas, porque generalmente reparo las que tengo, pero ahora supongo que debo conseguir unas nuevas. Las de led duran un poco más, pero están un poco caras”, agregó.

 

“Con mi familia mantenemos la tradición, hasta tenemos un pesebre con todos los animales del bosque, el burrito, el perrito, armo la casita con paja y en el piso pongo las ramas de pino. Trato de que sea menos comercial y más propio. Mi mamá tenía una costumbre muy particular: invitaba a todos los niños del barrio, allá en Ecuador, para que cantaran. Venían a las 6 de la tarde y les daba un refresco”, recordó nostálgico.

 

Mariela Peres y Alfredo Enriz también pispeaban los precios navideños. “Somos muy tradicionales, armamos el arbolito el 8 de diciembre y lo dejamos hasta el 8 de enero. El año pasado cambié las luces, pero tenemos el mismo árbol desde hace dos años. Es grande y por ahora le vamos agregando cosas. Pero la verdad es que todos los años suben mucho los precios, seguro igual alguna pelotita nueva le vamos a poner. En casa tiene un lugar especial, lo ponemos en un rincón y va acompañado de su pesebre, hacemos una corona y le prendemos velas. Siempre esperamos al 24 de diciembre para poner al niño Jesús y los regalos, todo muy tradicional como estamos acostumbrados”, expresó.

 

Redacción/MGE

 

LA MEJOR OPCIÓN PARA VER NUESTROS CONTENIDOS
Suscribite a El Diario de la República y tendrás acceso primero y mejor para leer online el PDF de cada edición papel del diario, a nuestros suplementos y a los clasificados web sin moverte de tu casa

Suscribite a El Diario y tendrás acceso a la versión digital de todos nuestros productos y contenido exclusivo