Prisión para siete sospechosos de integrar una "narcobanda"

Seis de los siete sospechosos de integrar una "narcobanda", que efectivos de la Subdelegación de la Policía Federal de Villa Mercedes ubicaron en San Luis, ya ocupan celdas en la Penitenciaría Provincial. El juez federal de Villa Mercedes, Juan Carlos Nacul, los procesó y les dictó la prisión preventiva por infringir la Ley 23.737, de tráfico y tenencia de estupefacientes. Para seis de ellos, la medida significó un cambio rotundo en sus vidas, dado que de un día para el otro perdieron la libertad. No sucedió lo mismo con el principal sospechoso de liderar ese grupo, ya que se encuentra detenido, condenado en otra causa por comercio de droga.

De los acusados, solo trascendió el nombre del presunto cabecilla de la banda, Matías Daniel Sosa. Los otros procesados son su pareja, una hermana, dos hombres de Mendoza que fueron sorprendidos con tres kilos de cocaína, un remisero de San Luis que iba a encontrarse con esos dos últimos sospechosos, al parecer, para el trasbordo de la sustancia, y una mujer "allegada a la hermana" de Sosa, detalló el secretario Felipe Díaz Lanes.

A diferencia de los otros, la "allegada a la hermana" no fue detenida sino hasta el lunes 22, cuando fue notificada del procesamiento. Al igual que el resto, es de San Luis capital. Por otro lado, el único de ellos que sobrellevará el procesamiento fuera del Penal es el remisero, ya que, debido a su edad y a la diabetes, la Justicia le concedió la prisión domiciliaria, confirmó Díaz Lanes.

Si bien la resolución del juez federal no significa un cambio en lo inmediato para Sosa, sí alargaría su estadía en la cárcel. Como está próximo a cumplir su condena, a partir de septiembre hubiera tenido derecho a salidas transitorias, si no hubiera sumado este procesamiento por narcotráfico.

La banda cayó el sábado 6 de marzo. Pero, en realidad, la investigación comenzó en 2019, explicó el fiscal federal Cristian Rachid. El funcionario siguió el rastro de la banda en San Luis porque, en un primer momento, se presumía que el grupo se movía en la capital puntana. Pero las averiguaciones le indicaron después que la distribución de la droga se extendía hasta Villa Mercedes. Entonces, con la apertura del juzgado federal en esa otra ciudad, la causa fue girada a los tribunales federales villamercedinos a fines de 2019.

A los efectivos de la Subdelegación les llevó un año completo hacer el seguimiento de la banda. A través de escuchas telefónicas y otras fuentes, el viernes 5, con la autorización del juez Nacul, viajaron hasta San Luis. Tenían el dato de que la pareja de Sosa recibiría cocaína desde Mendoza. La transacción se llevaría a cabo, como acostumbraban, en un lugar despoblado, en la ruta.

El intercambio sería el sábado 6 a la madrugada, en las afueras de San Luis. La mujer estaría allí esperando por el estupefaciente en un coche blanco. Pasadas las 3, el auto blanco apareció y se estacionó en la banquina. Luego, otros dos vehículos se detuvieron y uno de sus ocupantes se bajó a hablar con quien estaba en el otro rodado blanco.

Al ver esa secuencia, los policías creyeron que esas otras personas eran quienes traían la droga y se dirigieron a ellos. Pero al ver a los efectivos, que estaban armados pero no uniformados, los ocupantes de los dos autos se fueron rápidamente del lugar.

Uno de los oficiales hizo un disparo intimidatorio al piso y una de las esquirlas del proyectil saltó y rozó sobre el codo de una de las mujeres que iba en uno de los coches. Después, cuando los investigadores hablaron con ellos, determinaron que, en realidad, ellos nada tenían que ver con los narcos. Solo eran dos familias de Córdoba que, al ver el vehículo blanco en la banquina, se bajaron para preguntar si necesitaban algo. Cuando vieron a los policías vestidos de negro se asustaron y se fueron, porque pensaron que eran asaltantes.

Los federales continuaron con la identificación de personas y el control de rodados, a la espera de un rodado que llegaría de Mendoza con droga. Un camión fue interceptado cerca de las 11:30, a 18 kilómetros de la ruta 7, a la altura de Balde, en un desvío que conduce a las Salinas del Bebedero. "Detuvimos a sus dos ocupantes, que estaban armados con dos revólveres, llevaban más de 300 mil pesos y tenían tres kilos de cocaína en la parte trasera del camión", contó una fuente de la investigación.

Mientras secuestraban la sustancia, ya distribuida y acomodada sobre el piso, se acercó al lugar un remisero. Era la persona que los policías esperaban, a quien la pareja de Sosa había enviado a buscar el estupefaciente.

A partir de ese procedimiento, que resultó positivo para los investigadores, entre la noche del sábado y la madrugada del domingo 7, hicieron cuatro allanamientos en distintos puntos de San Luis. El primero fue en la celda de Sosa, en la que secuestraron papeles con los datos de los distribuidores de la droga y los contactos para hacer esos intercambios.

Seguidamente, requisaron la casa de la novia del preso, en La Punta, y la detuvieron. Allí incautaron celulares. Luego, requisaron el domicilio del padre del supuesto líder narco, y le encontraron un arma de fuego. Por último, revisaron la vivienda de la hermana de "El Número 1". A ella le hallaron unos 80 mil pesos, trozos de marihuana y "piedras de cocaína", que pesaban unos 300 gramos. Al parecer, comercializaba la droga en su casa.

Para Rachid, Sosa cumplió el papel de organizador, ya que "distribuía roles y funciones entre sus integrantes, organizando la logística para el traslado de la mercadería prohibida y los cobros de la misma, y asignando dichas tareas a diversos integrantes de aquel grupo". Su rol de mando sobre el resto de los partícipes estaba a la vista, remarcó.