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Liliana Flores: con el teatro en la sangre

Fue alumna de la escuela de Bellas Artes. Se recibió de profesora de Teatro y Arte Dramático. Debutó con "Yerma" y actuó en cientos de obras teatrales en San Luis, Córdoba y Buenos Aires.

Por Johnny Díaz
| 16 de mayo de 2021
En su jardín. La destacada actriz tuvo varias actuaciones en películas filmadas en territorio sanluiseño. Fotos: Martín Gómez/Gentileza.

Nació en San Luis y fue alumna de la escuela de Bellas Artes, donde se recibió de profesora de Teatro y Arte Dramático. Debutó con "Yerma", de Federico García Lorca. Después llegó "La Isla desierta", de Roberto Arlt. De ahí en adelante son incontables las obras teatrales y películas en que la actriz sanluiseña Liliana Flores dejó su impronta.

 

Dice que para ella la actuación era algo natural, de hecho nunca faltaba en las fiestas patrias o los actos escolares. "Siempre me gustó y siempre dije presente", asegura.

 

 

 

Liliana formó parte de la primera promoción de la escuela de Comercio N° 5 Manuel Belgrano, que funcionaba en avenida Illia casi Lafinur, donde tuvo, entre otros, por compañeros a Sonia Bastia, Alejandro Constanzo y Cristina Lucero, y a los profesores Luis Gutiérrez, Oscar Miguel y Alberto Pérez.

 

"La Bellas Artes se abrió al año siguiente, cuando iba a cumplir 15 años, pero inscribían a partir de los 16. Así que me costó mucho lograr que me aceptaran. Comenzamos unos 50 alumnos y nos recibimos dos, Aurora Garro y yo. Una de las personas que me ayudó mucho fue la profesora  Angélica Alessio, quien nos daba Historia del Teatro, pero fue el licenciado Alejo Sosa quien me formó como actriz; ahí me recibí de profesora de Teatro y Arte Dramático", precisa.

 

Revela que era muy joven y a medida que pasaba el tiempo se fue dando cuenta del logro alcanzado. El título le abrió las puertas para dar clases de lo que más le gustaba: teatro, música, danzas, formación actoral, yoga, control de la respiración y caminar. "Tenía una materia para enseñar a educar la voz o a impostarla, había que saber hablar sin gritar para que el último de la fila pudiera escuchar", recuerda y cuenta una anécdota: "Muchas veces se ensayaba en el jardín de la escuela y en uno de esos ensayos, ya de noche, uno de mis compañeros tenía que hacer un papel en el que gritaba ‘¡Quiero sangre! ¡Quiero sangre!’. Fue tanto el alboroto que acudieron bomberos y policías que por aquella época tenían el cuartel frente a la escuela al igual que la Comisaría Primera…no lo podían creer".

 

 

 

Flores tuvo su estreno en "Yerma", de Federico García Lorca, y tuvo como compañera de escenario a Aurora Garro. La obra en cuestión estaba adaptada por Alejo Sosa para que pudieran hacer un buen papel. Se trataba de una mujer casada que no podía tener hijos, estaba tan obsesionada que cuando su vecina (Aurora Garro) trajo a su bebé para que lo conociera, Yerma se quiebra y hace un monólogo de su triste situación, que termina en una tragedia.

 

Su segundo papel protagónico fue en la sala teatral de la biblioteca de la Asociación Bancaria, de Chacabuco casi Junín, en "La isla desierta", de Roberto Arlt. "También hicimos el unipersonal ‘Datos personales', que en 1972 escribió el argentino Julio Mauricio", agrega.

 

La hija de Saturnina Baigorria y Domingo Esteban Flores manifiesta que al elenco, en el que estaban Oscar Di Sisto y Marcelo Di Gennaro, lo apoyaba la Dirección de Cultura. "Alejo Sosa, nuestro director, tomaba las mejores escenas de esas obras y nosotros las interpretábamos. Además, para enriquecer las veladas y mostrar lo que habíamos aprendido, se comenzaba con una presentación de danzas clásicas e inmediatamente subíamos a escena", puntualiza.

 

 

 

El golpe militar de 1976 trajo aparejado un quiebre en el teatro: muchos dejaron de hacerlo, otros se fueron y no los vieron más, pero en 1979, la Sociedad Italiana de San Luis armó su elenco estable y muchos se sumaron a Arturo Fernández y Raúl Martínez, como fue el caso de Liliana. "Hacíamos comedias y obras más light, había mucha actividad porque actuábamos en La Strega, en el cine Roma o en una sala que habían construido en la parte alta del edificio. Fue una rica experiencia porque nos iban a ver hasta 900 personas por noche. Fue algo espectacular. Una de las mejores comedias fue ‘Un cero a la izquierda’, de Eloy Herrera. Eran años en los que se necesitaba salir del ostracismo que se vivía", sentencia.

 

Volcada plenamente a la actuación, Flores y todo el elenco teatral de Sociedad Italiana recorrieron el interior de la provincia haciendo divertidas comedias, entre las que se destacaba "La pantera rosa". La actriz recuerda que en Concarán ocurrió algo impensado. "Cuando terminó la velada y al subir al auto, los niños corrían al lado y con su clásica tonada gritaban ‘No te vayas, panterita. No te vayas, panterita’. Y en Tilisarao se nos rompió el móvil de la publicidad callejera. Los organizadores, apurados, lo único que encontraron a mano fue un camión que vendía manzanas a granel y, de buena onda, el camionero accedió a hacer la publicidad. A mí me subieron en la parte alta, iba en medio de las manzanas, invitando al teatro. Fue una situación muy graciosa que pocos entendían".

 

 

 

Cuando regresó Alejo Sosa de su involuntario encierro, entre otras cosas, había escrito "Gritos al amanecer" y "Vencer la espera". Al retomar la actividad teatral, fueron invitados, junto a elencos de todo el país, a unas jornadas de teatro abierto en Córdoba. Ahí vivieron otra experiencia inolvidable. "Hicimos ‘Gritos al amanecer', 'Vencer la espera’ y la noche que presentamos ‘Datos personales’ cuando comienzo a bailar el tema ‘Nueva York, Nueva York’ el público se vino encima del escenario a hacer palmas y cantar conmigo… fue increíble, gustaba mucho lo que hacíamos y arriba del escenario teníamos buena química", agrega orgullosa.

 

Cuando San Luis se preparaba para festejar el bicentenario de su fundación, una delegación compuesta por 150 personas, entre artistas, músicos, bailarines, escenografistas, técnicos, maquilladores y colaboradores, viajó a Buenos Aires para presentar "Canto al pueblo puntano" en el teatro San Martín. El elenco contó con el apoyo de Cultura y también dejó su huella en el teatro homónimo de Córdoba. "La obra trataba de lo mucho que aportó San Luis a la gesta patriótica del General San Martín", precisa.

 

 

 

Hasta 1985 Liliana trabajó con Alejo Sosa. Pero, además, incursionó en la radio; fue locutora en los primeros tiempos de FM Máxima y en Nacional. También, presentadora del festival del Valle del Sol en Merlo, donde además hizo teatro. Ahí hay un quiebre voluntario por un par de años. "Estaba de novia y me casé en 1989, prioricé mi familia, mi hogar antes que el teatro. Además llegó mi primera hija, Guadalupe, quien estudia en Córdoba. Después vino Rocío, quien sigue la carrera de maestra jardinera, y Carlos, quien estudia Comunicación Social en la Universidad Nacional de San Luis", detalla.

 

"Se me hacía muy difícil —añade— entre mi familia, trabajar (era empleada del Instituto de la Vivienda) y ensayar, que por lo general lo hacíamos de noche debido a que todos teníamos distintos horarios laborales. Entonces se me complicaba demasiado. Además, ingresé al banco Hipotecario, donde me jubilé y todo fue diferente".

 

Según contó, siempre tuvo el apoyo de sus hermanos José, Rosa, Oscar, Jorge, Mary, Perla y Silvia, quienes muchas veces asistieron a sus espectáculos mezclándose entre el público sin entorpecer su labor de actriz.

 

 

 

"De vuelta a la actividad, hice varios papeles en el cine, fue una grata experiencia. Nunca lo imaginé, porque yo venía del teatro y eso me sirvió mucho en mi carrera actoral, tuve la suerte de hacer roles importantes que me llenaron de satisfacción", agradece.

 

Diego Musiak la dirigió en "Cartas para Jenny", con Gimena Accardi, Fabio Di Tomaso, Manu Fullola y Martín Seefeld. También tuvo participación en "Sálvame María", dirigida por Nicolás del Boca, que contó con la actuación de Juan Palomino, Andrea del Boca, Norma Cárpena y Jorge Mayorano; en "Chiche Bombón", de Fernando Musa y protagonizada por Andrea Galante, Ingrid Pelicori, Gonzalo Urtizberea , Vivian el Jaber y Miguel Dedocich; y en "Túpac El Grito", bajo la dirección de Oscar Di Sisto y encabezada por Norma Aleandro, Norma Argentina, Gustavo Machado y Ricardo Galli.

 

"Volví al teatro para hacer ‘Bodas de sangre’, de Federico García Lorca. Esa fue mi última actuación y tuvo una buena aceptación del público que ama este tipo de presentaciones", admite.

 

 

 

Sobre su futuro, responde que siempre va a estar ligado al teatro, a la actuación y hasta se anima a deslizar que junto a Di Sisto y a Norma Argentina tiene proyectos o planes que están en un paréntesis por el coronavirus.

 

"Hacer teatro hace 30 años era más difícil porque carecíamos de todo, había que arreglarse como se pudiera, éramos una conjunción de personas, nos manejábamos de otra manera, un actor podía ser un iluminador, colocar una escenografía o viceversa. Hoy lo veo más fácil por esto de la tecnología y porque los tiempos han cambiado", considera y ahonda su comparación: "Hoy nuestra actividad tiene más apoyo a nivel general, es como que hay cosas que se facilitan más. Si bien es cierto que no suben a escena tantas obras teatrales, por la situación que vive el país, todo es muy distinto".

 

 

 

Fiel a su estilo, Liliana cierra la entrevista con un pensamiento que transcurre entre la reflexión y un deseo personal: "Antes se iba midiendo el pulso de la audiencia, que es muy importante, repetíamos la obra cuantas veces fuera necesario, pero cuando veíamos que la audiencia aflojaba, cambiábamos. Uno siempre está en deuda con el público que siempre nos apoya y a ellos nos debemos, ya veremos cómo sigue todo esto. Buscaríamos —en la medida que se pueda y protocolo mediante— hacer comedias u obras más distendidas y divertidas. Creo que eso serviría para quitarnos un poco la angustia que llevamos dentro".

 

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