Aprendices cuentan su primera vez al volante, en la escuela de manejo

La Escuela Municipal de Manejo ya comenzó con sus clases prácticas y más de una decena de alumnos condujo un automóvil por primera vez. Los aprendices se mostraban entusiasmados y algo tensos antes de asumir la tarea de estar a cargo del volante. “Es un lujo aprender así, con este ambiente y con gente que sabe. Antes había intentado, pero terminé peleando con quien me quería enseñar”, dijo Simón Castellano, vecino del barrio Manuel Lezcano, al culminar el primer recorrido.

Ante la alta demanda, que sorprendió a los funcionarios, “las inscripciones están cerradas con casi 450 alumnos y cuando los grupos avancen serán reabiertas”, dijo Pedro Liborio Saá, subsecretario de Transporte de la Municipalidad de San Luis.

Las primeras prácticas transcurrieron este viernes en el playón del Centro Cultural “José La Vía”. Allí los aprendices hacían un breve recorrido conduciendo los automóviles que la Comuna dispuso para la Escuela de Manejo.

“No estoy nerviosa, con lo que nos han explicado los instructores es más fácil entender cómo se comporta el auto”, dijo una vecina del barrio Félix Bogado, Abigail Videla, antes de manejar por primera vez un vehículo en soledad. Una vez finalizado el recorrido agregó: “Es importante saber conducir y mejor es poder aprender de forma gratuita y con gente que sabe mucho”.

La mayoría de los aprendices coincidió en que “aprender así, en un lugar especial y con instructores, es más sencillo”. Incluso muchos manifestaron haber intentado antes con un familiar, pero la poca paciencia del instructor atentó contra el propósito.

“El curso está a cargo del licenciado en Seguridad Vial Rubén Espinosa y eso se nota en la pedagogía y en la forma de explicar todo”, indicó Liborio Saá.

Todos los cursantes coincidieron en la importancia de saber manejar y ese fue el principal motivo para tomar la instrucción. “Decidí hacer el curso porque es importante saber manejar, hasta puede abrir puertas laborales”, dijo Simón.

Yanina Quiroga, otra alumna, dijo: “Había intentado manejar antes, pero desistí”. “Ahora —agregó— me pude comprar un auto y ahora estoy obligada a manejarlo”.