Francisco Sáez se consagró campeón nacional de malambo

Apenas su bota apretó con firmeza el piso del escenario del Campeonato Nacional de Malambo en Laborde por última vez y su mirada celeste se elevó por encima de la altura de sus ojos; en ese momento donde por fin los músculos y la mente se permitieron una relajación, Francisco “Panty” Sáez rompió el llanto. Había llegado al escenario con postura firme y un traje impecable de gaucho que terminó de convencer a quienes lo observaron. Quizás, las lágrimas fueron un punto extra. 

En enero, las esperanzas y la disciplina que acompañan a Sáez cada verano en su adolescente ambición de hacer historia llegan a su punto más alto. El bailarín puntano se preparó durante todo el año pasado para participar nuevamente en Laborde, Córdoba. El esfuerzo tuvo sus recompensas y en la madrugada del sábado, se consagró campeón en la categoría juvenil. Otro logro de un joven que, junto al apoyo incondicional de su familia, está aferrado a la superación constante.

La alegría y la emoción de Francisco traspasaron la pantalla de quienes lo vieron competir a la distancia, mientras a su lado, como siempre, su familia y los profesores, lo abrazaron una vez que se anunció el triunfo.

Francisco zapateó durante cinco días frente a un jurado exigente que le siguió los pasos y lo llevó a la final, que disputó contra representantes de Buenos Aires, Santiago del Estero y Córdoba. Todos los demás bailarines representaron su provincia y demostraron que por algo llegaron a la última instancia de competencia. 

No es la primera vez que Sáez se consagra campeón en el festival, que lo vio crecer. La primera vez que participó fue en el 2014, cuando recibió una mención en la categoría “Solista infantil” y obtuvo el tercer puesto en “Cuarteto de malambo infantil”. 

En el 2018, Francisco salió campeón nacional en la categoría menor y repitió la consagración en 2019 pero en la categoría “Cuarteto de malambo”. El triunfo se volvió a repetir este año, pero en la categoría juvenil, donde la exigencia es mayor. “Panty” tiene 15 años y las ganas intactas de seguir por el camino del arte y el malambo. 

El joven es además un ejemplo de constancia y dedicación. Empezó con el malambo a los cuatro años cuando acompañaba a sus hermanos Tomás y Facundo. Al ser el más chico, solo iba a jugar. De a poco, el zapateo se hizo presente en su vida y siempre le pidió a sus padres que lo acompañaran en esta pasión. 

Fueron ellos los primeros en alentarlo en este nuevo objetivo superado y hasta pintaron una bandera argentina con su apodo para corear su nombre después de la presentación final del sábado. El joven subió con la insignia al escenario y terminó de conmover al público presente. 
 

Para la premiación “Panty” –que el sábado viajó a la costa con su familia para unos días de descanso- subió al escenario ya sin su traje tradicional y con la sonrisa relajada. La tiene merecida.