Salta a escena "Carnem levare: quitarse la carne"

Si a la ecuación del primer amor se le suma que sea durante la adolescencia, el resultado no puede ser menos que una entrega completa y un desnudar del propio ser desde el sentir y la carne. Pero ¿qué sucede cuando se pierde la huella propia por el deseo de complementar con otra? En esas situaciones solo queda abrir la herida y embarcarse en un carnaval de sanación.

Hoy, a las 22, llega a La Oveja Negra Teatro de Villa Mercedes el unipersonal “Carnem levare: quitarse la carne”. Con la dirección y el guion de Eva Palottini y la interpretación de Catalina Napolitano, la obra, que girará por el país hasta el 27 de marzo, hace parada en San Luis.

La narradora es una mujer que se desangra en el escenario mientras les cuenta a los espectadores su primera desilusión amorosa, a los 12 años. Durante 35 minutos intentará liberarse y detener la hemorragia.

 “‘Carnem levare’ es el origen etimológico de la palabra carnaval, lugar donde transcurre la obra y significa quitar la carne. Nosotras lo tomamos en varios sentidos, lo planteamos en una escena con un ritual de sanación y tiene varios textos del estilo de entregar su pecho y dejar la piel. También tiene algo de darlo todo y estar con la herida abierta”, explicó Eva.

La historia no se basa en una vivencia real de la creadora; sin embargo, sí está inspirada en conceptos e ideales pilares de la formación profesional y que forman parte de sus entrañas.

“Qué difícil encontrar en palabras de otros la propia voz”, razonó Eva en 2020. Inmediatamente descartó cualquier escrito que no fuera propio y se sentó a redactar.

La siguiente elección consciente fue la edad en la que su personaje se enamoraría por primera vez. La adolescencia es uno de los temas centrales de la obra, por ser una instancia fundamental en la construcción del “Yo”. Para Eva, no realizar este proceso en esa edad es como “nacer un poco débiles”.

“Está destinada a un público mayor de trece años que estaría muy bueno que viniera con sus padres. Es una obra que les toca a los adultos en algún lugar y para que los adolescentes hablen en esta etapa tan dolorosa en la que hay mucho miedo de poner los sentimientos en palabras”, explicó la creadora de la pieza, a la que calificó como “inmersiva”.