Un viaje sin intermediarios

La experiencia de ser parte de un encuentro artístico masivo y con las características del BADA fue el mayor aprendizaje que ocho artistas puntanos, seleccionados por la Secretaría de Cultura, trajeron de vuelta a la provincia de la feria que fue recorrida por más de 80 mil personas que observaron las obras de casi 300 artistas.

Susana Sendón, Ariel Zavala, Paula Nader, Graciela Barón, Julio Melto, Alejandra Etcheverry, Nicolás Varvara y Carina Levin expusieron sus obras en el stand 7, ubicado a la izquierda del acceso principal. La asistencia en curaduría de Neda Olguín conjugó las diferentes disciplinas y creó para la presentación del stand un recorrido sutil y atractivo que hizo que el espacio de San Luis viva momentos de muchísima concurrencia.

Con la premisa de que no haya mediador entre el artista y el comprador, Ana Spinetto, la artista plástica fundadora del BADA, recordó el recorrido hecho tras una década de feria e invitó a repensar "el arte y la manera de comunicarnos".

Y destacó que fue "la primera vez en la historia de la feria que un gobierno provincial ayuda a artistas para exponer sus creaciones".

Milo Lockett, Luisa González, Camila Vilar, Pablo Salvador Rocha, Débora Staiff y Yayo Castillo, entre otros artistas nacionales, estuvieron en los pasillos del extenso galpón de La Rural, dispuestos al intercambio de ideas y conocimiento.

"Generamos nuevas rutas donde ahora transita el arte puntano porque hubo una intensa presencia de público interesado en nuestra obra. Todos vendimos, pero lo más conmovedor fue ver el nivel que tienen los colegas del interior del país", dijo el puntano Julio Melto, escultor y dibujante presente en la feria.

La concurrencia fue creciendo progresivamente hasta que el fin de semana se colmaron las instalaciones.

El requerimiento impulsado por la organización del BADA (Buenos Aires Directo Arte) para los artistas era tener en venta 10 obras con un valor inferior a los 15 mil pesos, lo que fomentó la accesibilidad del público a un mercado selecto.

Carina Levin, artista plástica puntana, dijo que su experiencia fue muy positiva y que encontró "un espacio donde conectar con colegas, coleccionistas y público". Para ella, escuchar la opinión de la gente fue muy nutritivo. A su lado, el arquitecto Ariel Zavala también destacó el contacto con los colegas como una de las alegrías salientes de la feria.

Durante las jornadas hubo también charlas y performances en vivo, entre las que se destacaron la exposición de Elba Marcovechio sobre el derecho de autor en el arte y la del muralista Alfredo Segatori, quien realizó una intervención en ropa, calzados, mochilas y paraguas, con salpicaduras en tonalidades vívidas, para el deleite de chicos y grandes.

A su regreso, Graciela Barón resumió lo vivido en cinco días: "La gente estuvo sobreestimulada de arte, muchos manifestaban sus ganas de aprender y algunos se sorprendían cuando les decíamos de dónde veníamos. Vendimos obra y concretamos conexiones importantes para nuestra carrera".