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Fiorella y Lorenzo sellaron su historia de amor en medio del Aconcagua

La joven mercedina le propuso matrimonio a su novio pampeano a miles de metros de altura. Él le dio el sí.

Por redacción
| 16 de enero de 2023
Un paisaje soñado. Los futuros esposos, con la postal que guardarán de por vida, en un parque del Aconcagua. Fotos: Gentileza

Probablemente haya pocos escenarios más bellos y adecuados para una propuesta de amor que el que Fiorella Poggi eligió para dar un paso más para sellar su relación con Lorenzo Re. La joven mercedina le pidió matrimonio a su novio entre el paisaje nevado y majestuoso del Aconcagua, a miles de metros de altura, el lugar que se convirtió en el símbolo y la metáfora perfecta de que su unión es sólida, gigante y mira hacia arriba.

 

Fue justamente la pasión por el montañismo lo que los acercó, hizo que se conocieran y empezaran una escalada sin pausa hasta enamorarse.

 

Aunque ya habían intercambiado algunos mensajes en las redes sociales, todo comenzó a principios de 2022, cuando Fiorella pudo concretar uno de sus grandes anhelos junto a su padre Ricardo y su hermano Astor: hacer cumbre en el cerro más alto de América.

 

"Cuando él se enteró que estaba por ir para allá, me escribió y me preguntó si necesitaba algún equipamiento, porque son cosas que generalmente no las comprás porque son caras, sino que las alquilás. Él, muy predispuesto a ayudar, me mandó por encomienda camperas y bolsas de dormir. Eso ya fue algo inusual, que él me preste todo eso desde otra provincia, sin conocerme", relató la mujer de 27 años.

 

Lorenzo tiene 29 años y es de General Pico, La Pampa. Es farmacéutico y tiene un local junto a su familia. Ya había concretado antes la experiencia de haber llegado a la cima del Aconcagua, y ese fue el pretexto ideal para entablar un vínculo con la mercedina.

 

"Cuando bajé, empezamos a hablar más seguido por las redes, pero todavía sin vernos personalmente. Hasta que en marzo del año pasado, él pasó por acá porque corría en montaña y nos pudimos encontrar", recordó ella.

 

Sin embargo, la semilla del amor floreció con fuerza cuando compartieron un viaje juntos y solos a El Chaltén, uno de los destinos más elegidos por los amantes del trekking por sus hermosos paisajes, en el sur del país. "Pagamos los vuelos, los hoteles y mis amigas me decían que estaba loca por ir con alguien que prácticamente no conocía. Pero mi mamá tenía una conocida en común en La Pampa que le había dicho que era muy buen chico, y eso les dio tranquilidad", reconoció.

 

La aventura salió bien y ese intercambio de mensajes en Instagram y Twitter se convirtió en un noviazgo que crecía cada vez que los chicos emprendían una nueva subida hacia algún cerro.

 

"Nos empezamos a ver cada vez más seguido. O él viajaba o lo hacía yo, y comenzamos a tener muchos proyectos juntos", contó Fiorella.

 

Fue así que idearon un emprendimiento para organizar excursiones con un grupo de pampeanos y llevarlos a subir a diferentes lugares. Fueron a Buenos Aires, a Córdoba, a San Luis y el proceso concluía en el primer campamento del Aconcagua.

 

 

 

 

Un amor elevado

 

"Ese fue el lugar que hizo que nos conociéramos y me parecía que era el momento indicado. Además, habíamos tenido algunas charlas en las que él me decía que si alguna vez nos íbamos a casar, me tocaba a mí hacer la propuesta porque él me había pedido ser su novia. Todo a modo de risas, pero me animé y lo planifiqué con mis amigas y parte de mi familia para que se diera ahí", describió la joven.

 

El fin de semana pasado, cuando habían arribado al mirador de plaza Francia, después de haber tenido ratos de nieve, lluvia y hasta sol, a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, Fiorella desplegó una pequeña banderita con una foto de ambos y la ansiada pregunta: "Lolito, ¿te querés casar conmigo?". De su bolsillo sacó el anillo y no alcanzó a mostrárselo a su novio que ya estaban sellando el momento con un beso y un abrazo.

 

"Nos habían acompañado mi papá y mi tía, que también hacen montañismo. Y también parte del grupo que habíamos llevado de La Pampa, además de otro contingente de San Luis con el que nos habíamos juntado. Los demás no sabían nada, solo mi familia. Todos se pusieron muy contentos, estaban muy emocionados y nos tiraron muy buenas energías", recordó.

 

Después de esos días de emociones fuertes, ahora los futuros esposos tienen la tarea de conversar y acordar una fecha para el casamiento, el lugar y todo lo que conlleva una celebración así. Incluso todavía deben analizar en qué parte del mundo se unirán, ya que por ahora cada uno sigue viviendo en su provincia, él con su farmacia y ella, que es profesora de Educación Física, con un gimnasio propio.

 

Lo que ya saben es que tienen proyectos juntos por delante. Con su perfil de Instagram @almasverticales planifican un viaje largo para noviembre de este año, en el que apuntan a escalar diferentes cerros de América.

 

"Para nosotros este es un estilo de vida y creemos que nos va a ayudar mucho en nuestra relación. Tenemos muy en claro la importancia del compañerismo, de hablar, de ayudarnos y de expresar lo que nos pasa, al igual que cuando estás en la montaña. En solitario nunca lo hemos hecho, y en nuestra pareja va a ser igual, siempre juntos", cerró.

 

Redacción/MGE

 

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