11°SAN LUIS - Martes 16 de Abril de 2024

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"Argentina es uno de los países con más mujeres en la ciencia"

La biotecnóloga del Conicet ganó el premio internacional L'Oréal Ciencia Por las Mujeres en la Ciencia. La integrante del Laboratorio de Neuroinmunomodulación y Oncología Molecular habló con Tinta Violeta sobre el rol de la mujer, la maternidad y la invisibilización de la labor de las mujeres.

Por redacción
| 08 de enero de 2023
El laboratorio, su hábitat. "Los premios son una forma de meter presión y dar a conocer lo que hacemos las mujeres en la ciencia", contó Florencia. Foto: Gentileza.

Florencia Cayrol es biotecnóloga del Conicet y forma parte del Laboratorio de Neuroinmunomodulación y Oncología Molecular. Por sus estudios sobre cómo mejorar tratamientos oncológicos con bajos efectos secundarios de diferentes tipos de tumores malignos fue reconocida a nivel internacional en la categoría “Rising talent” (Talentos en crecimiento) en el premio internacional L'Oréal Ciencia Por las Mujeres en la Ciencia.

 

Ya son diez las argentinas merecedoras del reconocimiento internacional, todas ellas del Conicet, y que posicionaron al país como el mayor receptor del galardón en Latinoamérica.

 

La investigadora de Mar del Plata dialogó con Tinta Violeta sobre el rol de las mujeres en la ciencia, las dificultades con respecto a la maternidad y las diferencias que hacen las revistas y espacios publicantes de investigaciones entre puestos jerárquicos ocupados por mujeres y por hombres.

 

 

—Das charlas sobre las mujeres y la ciencia, formaste parte del ciclo que estuvo en Villa Mercedes Mujeres Protagonistas ¿en qué hacés foco?

 

—Habló del rol de la mujer en la ciencia y la medicina en general, particularmente toco un poco de la parte histórica, de cómo se la

 

invisibilizó a lo largo de la historia, a pesar de que haya participado en los descubrimientos más importantes en la historia de la ciencia mundial. Después cuento mi

 

experiencia y toco temas puntuales que tienen que ver con el género femenino en la ciencia.

 

 

—¿Cómo fue ganar el Premio L'Oréal Ciencia?

 

—La verdad es que fue una alegría enorme y un honor porque es una distinción muy prestigiosa. Existe hace más de 20 años y tiene como objetivo difundir y visibilizar a las mujeres en la ciencia para poder cambiar un poco de esa injusticia en cuanto a cómo definen a las mujeres en el área. Fue un orgullo y también una responsabilidad muy grande porque quedás en el foco de todo y muchas mujeres, así como hombres y jóvenes, lo toman como referencia para sus carreras. Fue y sigue siendo una experiencia enorme; en mi categoría que es “Rising talents” (talentos en ascenso) sigo haciendo cursos que están vinculados. Es todo un entrenamiento no solo es el premio y la difusión, también te forman en otras áreas y te ayudan luego para conformar todo tipo de investigación independiente y para el desarrollo de la profesión a lo largo del tiempo.

 

 

—Llama la atención que exista un premio exclusivamente para mujeres ¿es un reflejo de cómo, justamente, fueron históricamente excluidas?

 

—Sí, totalmente. De hecho por eso y así es cómo comenzó este premio que tiene en cuenta, por ejemplo, premios como el Nobel que es más conocido y en el que hay más hombres que mujeres reconocidas, sobre todo en la ciencias exactas y biológicas. Esos premios no representan lo que de verdad pasa. Inicialmente el L’Oréal se creó con ese objetivo, muchas mujeres que fueron primero premiadas se les terminó dando con el Nobel después. Es una forma de meter presión y dar a conocer lo que hacemos las mujeres en la ciencia. Depende también del país y las situaciones de desigualdades, hay muchos lugares donde se ha progresado por lo menos en algunos ámbitos. Argentina, en ese sentido, ha progresado muchísimo y está entre los países que mayor representatividad de mujeres tienen en la ciencia, hay muchas cosas por hacer, es bastante heterogéneo. O sea, a nivel global el 33 por ciento de los científicos son mujeres y en nuestro país ese no es el caso, sino que es cincuenta y cincuenta. De hecho, en las fases iniciales hay más mujeres que hombres. Todavía queda en los puestos más jerárquicos conseguir que ellas

 

accedan, cuestiones que tienen que ver con la maternidad, que es un tema que aún no se trabaja mucho en ningún lado. Hay que apoyar a las mujeres en esa etapa para que no nos quedemos atrás y podamos seguir trabajando. También están los temas referidos al maltrato, el sexismo y el acoso que eso se da en una cuestión general del género en todos los ámbitos, no solo en la ciencia.

 

Sería interesante que haya políticas públicas  en los colegios para que niñas y niños tengan mayor acceso a la ciencia (Florencia Cayrol)

—Sos mamá ¿cómo es el momento en el que tenés que vincularlo o equilibrarlo con tu carrera?

 

—Con mi marido estamos en pareja hace 15 años y programamos todo. Durante el doctorado y postdoctorado coordinamos, y yo lo tenía muy claro, que quería esperar hasta llegar a cierto punto de la carrera para que no se me complique, así que un poco sí elegimos el momento. Igualmente, digamos que las mujeres, biológicamente, tenemos un período para ser madres. Elegimos ser padres y me estoy adaptando, porque la verdad es que es difícil y tengo otra responsabilidad, aunque mi hijo fue buscado y estamos felices, estaría bueno que haya políticas públicas positivas y activas que nos ayuden a poder en esta etapa, por lo menos el primer tiempo que es el más difícil, no quedarnos atrás.

 

 

—Se habla mucho de la investigación, pero la difusión es una parte muy importante de tu trabajo ¿cómo es el acceso de las mujeres a revistas científicas?

 

—Uno envía su trabajo a las editoriales y dependiendo el tema será en qué revista va más acorde. Una vez presentado vas a la etapa de los referees, ellos te hacen preguntas y pueden aceptarlo, lo rechazan o te piden correcciones. En todo ese proceso hay cifras a nivel mundial en que se hace una diferencia entre el primer autor, que es quien lo lleva a cabo, y el último autor, que es el jefe del grupo. Son las posiciones más importantes y se sabe que si alguna es mujer tiene más probabilidad de rechazo; lo mismo para conseguir financiamiento. A mí no me ha sucedido puntualmente, pero sé que pasa.

 

 

—¿Cómo es la retribución para las mujeres a nivel económico, en relación a los hombres?

 

—Acá en Argentina el Conicet tiene el mismo sueldo para todos independientemente del género. Quizás ahora se está revirtiendo, pero a los puestos de mayor jerarquía accedían, y por ende cobraban más, los hombres. En las empresas es otra cosa, conozco casos en la parte privada en las que los sueldos sí varían.

 

El premio. "En mi categoría es un empujón muy grande. No solo mostrás tu trabajo, te da prestigio, te da reconocimiento", confesó al recibir el galardón.

 

—¿Por qué la elección del Conicet y no una empresa privada que tiene más recursos y mejores sueldos?

 

—Hay dos cuestiones: una es la parte académica, la investigación básica que podés hacer perteneciendo al Conicet no necesariamente podés hacerla en una empresa, está mucho más dirigido a lo que ellos necesitan. Después yo estudié en la universidad pública de Quilmes e hice el doctorado, si bien viajé a Estados Unidos por un convenio, en la universidad de Cornell, mis becas fueron siempre desde el Conicet. De alguna manera la mayoría de los científicos estamos muy agradecidos de esa oportunidad que no pasa en todo el mundo, en ese sentido apoyo que se haga ciencia de esa manera y es una forma de retribuirle al país lo que nos dio.

 

 

—¿Por qué crees que no es común escuchar a niñas o adolescentes decir que quieren ser científicas?

 

—Para mí no hay, o no se les muestra, información tanto en niños y niñas, pero más para estas últimas. A partir de estos premios uno va revisando, encontrando más información y analizando cómo es la situación en cada caso. La verdad es que sería interesante que haya políticas públicas en los colegios, en las que los niños en general tengan mayor acceso a lo que es la ciencia y lo científico desde chiquitos. Eso va a ayudar a que tanto niñas como niños quieran acceder a ciertas carreras que son necesarias para el futuro del país.

 

 

—¿Cómo se presentó la biotecnología en tu vida?

 

—Siempre me gustó todo lo que tenía que ver con lo médico, era muy curiosa y después tuve la oportunidad de tener un profesor en biología —por eso digo que es tan importante la escuela— donde en ese momento la parte molecular, el estudio de las células en sí y la parte genética no eran tan conocidas, nos lo mostró y nos enseñó sobre eso y la verdad que me fascinó. Después seguí averiguando y biotecnología era una de las carreras más nuevas y que iba directo a lo que a mí me gustaba. Fue influencia de mis padres, del colegio, de curiosidad y gustos personales.

 

 

—San Luis tiene una plaza grande de carreras científicas…

 

—Es buenísimo que exista ese espacio y que se fomente a las mujeres científicas.

 

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