15°SAN LUIS - Lunes 29 de Abril de 2024

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Dar y recibir

En todo vínculo humano, el orden de dar y recibir es el que sostiene la permanencia y evolución del lazo. Sin este orden activo todo vínculo o tejido amoroso se rompe o se pierde. Este orden aplica a todo por igual: amistades, pareja y familia. Pero en un caso, y solo en uno, este orden no se contempla tal cual. Y es en el de los padres con sus hijos e hijas, y también de los profesores con sus alumnos y alumnas. ¿Por qué? 

 

Los padres nos dan la vida y de allí en adelante todo lo demás, la crianza, la supervivencia, el estudio, las costumbres, el idioma. Estos padres pueden ser biológicos o adoptivos, lo mismo vale. Los hijos, en cambio, nunca pueden ofrecer eso mismo a sus padres, pueden darles amor y agradecimiento, pero nunca van a poder equiparar todo lo recibido por ellos. 

 

El destino de todos los hijos e hijas es dar, o sea devolver, todo lo recibido a su comunidad. A través de la formación de una nueva familia, de profesión, de trabajo, de inventos que sirven a la sociedad, de ser un ciudadano/a productivo. En cambio, los padres dan de manera infinita, y ese es el orden sano. 

 

Lo mismo aplica para los docentes y sus alumnos/as. Un alumno nunca podrá devolverle a su profesor todo el conocimiento dado, pero sí podrá transmitirlo. 

 

Para todas las otras relaciones, el dar y recibir es necesario. Una pareja se estructura y crece, cuando este orden está en un equilibrio constante. Uno da un poco, y el otro devuelve más, así, la pareja se construye. 

 

En una amistad sucede lo mismo, uno llama, el otro responde; a uno le toca dar esta vez y el otro recibe; luego, intercambian los roles, uno recibe la llamada, y el otro la devuelve. 

 

En el mundo del trabajo, el dinero y el reconocimiento forman parte de este orden. La empresa paga y reconoce con ese pago a su trabajador y el empleado, con gusto, da mucho más. Si el pago es pequeño, el trabajo es pequeño. Los grandes personajes del mundo, que han transformado la humanidad a través de su profesión, de sus aportes, de su conocimiento son buenos hijos. 

 

¿En qué términos buenos hijos?

 

Han podido reconocer con honor todo lo que sus padres les dejaron como legado, y con eso multiplicarlo al mundo como bien común. Piensen en grandes personajes actuales, por ejemplo, Messi o, en menor escala, alguien de su comunidad que brille por eso que realiza con amor. ¿Qué siente por sus padres? ¿Rechazo y queja o amor y agradecimiento?

 

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