SAN LUIS - Viernes 17 de Mayo de 2024

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Dos condenados y dos absueltos por el homicidio de Enzo Funes

Cristian Funes y Maycol Orozco recibieron una pena a 10 años. Matías Cepeda y Cristian Sosa quedaron libres.

Por redacción
| 13 de diciembre de 2023
Culpables. Cristian Funes, de remera blanca, y Maycol Orozco, de rosa, al momento de escuchar la sentencia. Foto: Inés Cobarrubia.

La sentencia por el homicidio de Enzo Funes y por el intento de homicidio de su hermano Exequiel no fue lo que su familia esperaba. Los cuatro imputados llegaron al banquillo con un pedido de pena a prisión perpetua, pero al momento de los alegatos, el fiscal de Juicio bajó la calificación legal y solicitó 10 años de cárcel; las defensas, la absolución. Pasadas las cuatro de la tarde de este miércoles, el tribunal reingresó a la sala con el veredicto: condenaron a 10 años a Cristian Funes y Maycol Orozco, y absolvieron por el beneficio de la duda a Cristian Sosa y a Matías Cepeda.

 

La última audiencia del debate comenzó con la declaración de Cepeda, quien tiene 30 años y es hermano de Cristian Funes e hijastro de Sosa. El joven contó que el día del crimen, el 23 de febrero de 2021, pasó la tarde ayudando a Sosa a desarmar unos gallineros en el patio de su casa en el barrio Solidaridad de la capital.

 

También dijo que hasta antes de ser detenido se dedicaba a los trabajos rurales y que no solía estar mucho en la ciudad. Fue una vecina quien les avisó por el patio que Cristian estaba siendo atacado a una media cuadra de allí, por lo que salieron en su auxilio. Según el relato, cuando él llegó a la escena el enfrentamiento había terminado, su hermano regresaba caminando, solo, sin lesiones y sin armas, y que vio tirado en el piso a la víctima, pero que no se le acercó.

 

Solo contestó preguntas de su abogada, Mirtha Esley, quien le hizo varias consultas sobre su hermano Cristian, quien tiene un Certificado Único de Discapacidad por un problema de nacimiento en los intestinos. La letrada quiso agregar como prueba esos certificados médicos, pero el tribunal se los rechazó.

 

La última declaración del juicio fue la de Cepeda, quien se desligó del hecho y defendió a su hermano.

Ese acto cerró la etapa probatoria y dio paso a los alegatos.

 

El primero fue el fiscal de Juicio Fernando Rodríguez, para quien el hecho quedó acreditado en las pruebas ventiladas y consideró a los cuatro imputados como coautores pero no del delito original por el que fueron acusados (homicidio agravado), sino por “Homicidio simple en concurso real con lesiones graves”, y pidió una década de encierro para todos.

 

Le siguieron los abogados querellantes Carlos Varela y Hugo Scarso, quienes disintieron con la posición de la fiscalía. El primero se encargó de repasar las pruebas y testimonios que para ellos acreditaron que el grupo actuó con premeditación, que parte de ellos estuvieron provocando a los hermanos víctimas desde temprano y que actuaron con alevosía, ya que la víctima no tenía lesiones de defensa y, para la forense, fue reducido por dos o más personas para ser apuñalado.

 

El letrado también recalcó la hipótesis de la forense de que hubo dos armas blancas, una un cuchillo tipo carnicero, con el que Exequiel Funes, el sobreviviente, fue apuñalado por la espalda. “Tuvieron un dominio total del hecho y tuvieron la única intención de matar a ambos”, sostuvo Varela.

 

Cepeda. Dio su declaración, pero no respondió preguntas de los abogados. Foto: Gabriel Lucero.

 

Premeditación y alevosía

 

Scarso amplió el concepto de su colega y dijo que los hermanos víctimas fueron separados en el ataque para que pudieran defenderse entre sí; que apuñalar a alguien por la espalda con un cuchillo de carnicero no puede tener otro fin que matar, y que la conducta de todos fue planificada y premeditada. “Hubo un preordenamiento para arremeter contra la vida de ambos”, dijo y solicitó que sean condenados por el delito de “Homicidio calificado por el concurso de dos o más personas y por alevosía” por Enzo y la misma figura pero en grado de tentativa por Exequiel.

 

A su turno, Cándido Assat, abogado de Orozco, planteó la nulidad de un testigo clave: un niño que era hijastro de la víctima fatal y que al momento de los hechos tenía 11 años. Ese niño declaró que fue Orozco quien apuñaló en el pecho a Enzo, pero para el letrado sus dichos no fueron incorporados de manera correcta. Remarcó que el móvil del crimen nunca quedó claro, que en el juicio no surgió una sola prueba indubitada que señalara a su cliente y que hablar de un hecho premeditado le hacía pensar en crímenes de sicarios y no en un hecho barrial.

 

Esley, quien asistió a los otros tres acusados, les pidió a los jueces considerar el contexto socioeconómico en el que ocurrió el crimen, un sector social flagelado por la droga, la falta de educación y la ausencia del Estado. Dijo que en su opinión el expediente del caso fue armado por la Policía y luego, ratificado en sede judicial.

 

Cuestionó que Cristian Funes, con su discapacidad y contextura, podría haberles hecho frente a los hermanos víctimas: “¿Este niño va a estar provocando a dos adultos?”, se preguntó. Sobre Cepeda y Sosa, remarcó que solo salieron de su casa para rescatar al otro joven y que no lo hubieran hecho si una vecina no les hubiese advertido del ataque, por lo que descartó la premeditación.

 

Para ellos dos pidió la absolución lisa y llana, y para Cristian, una pena por lesiones graves por las heridas que sufrió Exequiel, y absolución por el beneficio de la duda por el crimen de Enzo.

 

Finalmente, el fallo, que fue unánime, se dividió entre las posturas de acusación y defensa.

 

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