Admitió que abusó a 3 de sus hermanos por 13 años de pena

F.N.P. llegó hasta la instancia de enjuiciamiento acusado de haber abusado no a una, sino a tres personas. Sus víctimas tenían que verlo a diario, porque convivieron con él, bajo el mismo techo, gran parte de sus vidas y siempre tendrán que cargar con el dolor de saber que hay algo que inexorablemente comparten con su abusador: el vínculo de sangre, ya que los cuatro son hijos de la misma madre. Este miércoles, ante un tribunal de San Luis, el acusado reconoció haber manoseado y violado a tres de sus hermanos, cuando ellos eran niños y él era adolescente. Pero reconoció tales delitos con una intención, que los magistrados que lo juzgan lo condenen a 13 años de prisión y no a 20, como había solicitado la fiscalía en un principio.

Ante los jueces María Eugenia Zabala Chacur, José Luis Flores y Jorge Sabaini Zapata, el hombre de 30 años admitió su responsabilidad en los delitos de "Abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo en concurso real, con abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el vínculo, en dos hechos", "Abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el vínculo, en un hecho" y "Abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el vínculo, en un hecho".

Los jueces informaron que en breve, quizás en lo que queda de la semana, confirmarán si finalmente aceptan la condena acordada entre el fiscal Esteban Roche y el defensor Esteban Sala.

El representante del Ministerio Fiscal y el abogado del acusado arribaron a ese acuerdo mediante un juicio abreviado. Tal procedimiento es aquel en el que las partes, tanto la fiscalía como la defensa, negocian una pena para el imputado con tal de que acepte su participación en los delitos de los que está acusado.

F.N.P. fue denunciado en diciembre de 2020 por su padre. El denunciante es el papá biológico de las tres víctimas y la persona que reconoció al imputado como si fuera su propio hijo, a los trece años, cuando le dio su apellido.

Según su denuncia y las posteriores que hicieron las víctimas, los abusos que marcaron la niñez de los hermanos salieron a la luz un día que E.P.O. tuvo un ataque de nervios.

Últimamente la chica, que en 2020 tenía 16 años, estaba muy alterada. Su padre contó que tenía mal comportamiento, les contestaba mal, se enojaba y era agresiva con el resto de la familia.

El día previo a la denuncia, la madre de E.P.O. le llamó la atención por estar tanto tiempo con el celular. La joven reaccionó de una manera impensada: lanzó el teléfono contra la pared.

V., su hermana de 13 años, vio todo y le contó a su padre. El hombre, entonces, fue hasta el dormitorio de su hija y le preguntó qué era lo que le pasaba. La chica no soportó más y rompió en llanto. "F. abusaba de mí cuando iba a primer grado y jardín".

Cuando la joven confesó eso, su otro hermano, F.P.O., por ese entonces de 18 años, contó que él también había sido ultrajado por el imputado. Dijo que su hermano le pagaba dinero a cambio de que lo manoseara y le hiciera lo que él le pedía.  

Tales vejámenes ocurrieron cuando tenía entre cuatro y seis años.

Escuchar todo eso animó a hablar a A.P.O., la mayor de las víctimas, que en 2020 tenía 23 años. La mujer dijo que también fue abusada por su hermano. En su caso, los ultrajes, que incluyeron besos y tocamientos en diversas oportunidades, empezaron cuando tenía entre cinco y seis años y se prolongaron hasta que cumplió los 11 o 12 años.

F.P.O. manifestó que cuando su hermano se mudó de la casa, a los 18 años, porque formó pareja con una mujer, sintió un gran alivio. Pensó que todo su calvario había llegado a su fin.

Ahora, el acusado está casado y tiene dos hijos de 10 y 7 años, contó ayer en la audiencia.