El panchuque tucumano llegó a Justo Daract gracias a un colegio

Desde comienzos de año, un bocadillo causa sensación entre los habitantes de Justo Daract. El panchuque, uno de los platos típicos de las calles de Tucumán, llegó a la ciudad del tango de la mano de las promos del Centro Educativo N° 11 "Inspector Sócrates Cortines", más conocida como la “Comercio”, en su intento de recaudar fondos para viajar.

Los alumnos de las diferentes divisiones de sexto, que este año egresarán, decidieron juntarse y trabajar en equipo para ganar dinero y solventar los gastos que tendrán a lo largo del ciclo lectivo, como la estadía en El Trapiche para el Día del Estudiante.

"Ese es el objetivo que tenemos todos en común, porque al no poder realizar un viaje de egresados a Bariloche o Camboriú por los costos, tenemos la ilusión de poder ir a disfrutar dentro de la provincia", contó Luciana Cruceño, una de las estudiantes que este año culminarán la secundaria.

Entre los del turno mañana, los de la tarde y los de la noche, completan unos 90 jóvenes, pero son unos 35 los que están más abocados a la meta. Para ello, preparan diferentes platos dulces y salados, y arman ferias en las diferentes plazas de la localidad y en eventos que se los permitan.

Pero el as bajo la manga que tenían los alumnos era el panchuque, gracias a que Regina Jerez, la madre de uno de los egresados, es oriunda de Tucumán y les hizo conocer uno de los platillos más comunes y aclamados en el norte del país.

"Allá es algo que podés encontrar en la calle o en la cancha. Es muy económico porque la masa es como la de los panqueques, se hace solamente con harina, agua, sal y mostaza", describió la mujer.

Para cocinarlos, utilizan una máquina que Regina trajo de sus pagos y que es similar a una waflera. Tiene hendiduras en las que se introduce una capa de la mezcla, luego se coloca una salchicha y finalmente se agrega una segunda base. Al cerrar el aparato, que es eléctrico, todo se cocina en unos diez o quince minutos.

"En algunos lugares los entregan con un palito tipo brochette, pero nosotros lo hacemos como es el original, con una servilleta. Sale nada más que 150 pesos y es barato porque es algo que puede pagar una familia. Ese es uno de nuestros objetivos, que todos puedan disfrutar de la feria", agregó.

La repercusión ha sido muy buena y ya ha ganado cierta fama en Justo Daract. Reciben muchos mensajes positivos y se forman filas de hasta quince personas para comprar un sabroso panchuque.

Más allá de eso, Jerez destacó el compromiso y la responsabilidad con la que se manejan los chicos, tanto para organizar las ferias, como para atender al público y dividir los ingresos. Necesitan al menos unos $40.000 cada uno, en tiempos en los que cada vez es más difícil ahorrar y contar con dinero extra. "A veces la sociedad piensa que la juventud está perdida, pero realmente ellos demuestran cómo pueden trabajar por un objetivo y ser un ejemplo para otros", expresó.