La escuela y el barrio, donde los puntanos forjan sus amistades

Se viene una jornada muy especial para miles de personas. Es el día —o la noche— donde solo hay espacio para esos hermanos que uno elige. El próximo jueves se celebra el Día de la Amistad y eso para los puntanos, los hijos del "pago tranquilo, de buenos amigos", es como una religión. Sin importar la edad, el sexo o las condiciones económicas, es el momento para reunirse y celebrar la amistad. Al margen de ese festejo, El Diario de la República indagó mediante una encuesta dónde forjaron esos vínculos tan valiosos los sanluiseños: la escuela y el barrio fueron las respuestas más frecuentes, aunque la gente también contó los otros ámbitos donde tejieron ese lazo mágico que los hizo inseparables.

La universidad asomó como el tercer sitio donde varios comienzan a conocer personas con convicciones, valores y gustos similares. Pero los lectores también acotaron como sitios cuna de amistades a la iglesia y el club. También porque otra amiga o amigo los integró a un grupo que ya se veía o se juntaba y tras ello, la amistad con el resto brotó de forma natural.

La consulta realizada por las redes tuvo buena respuesta en la gente y en la cuenta de Facebook de El Diario se animaron a más y compartieron los nombres de sus amigas o amigos o dónde comenzaron a frecuentarse.

“Nos conocimos en la escuela, nos separamos por distintos motivos, pero después de tantos años volvimos a coincidir. Y el cariño y la amistad siguen igual e intactos. Te adoro mi loca más bella, Debo”, escribió María.

“Nacimos juntas prácticamente jaja! Llevamos 31 años de amistad, ella nació el 19 de diciembre, yo el 20. Ambas solo tenemos un hijo de la misma edad y trabajamos en estética y nuestras parejas son del mismo signo del zodíaco jaja! Somos las de la famosa frase ‘yo hago ravioles, ella hace ravioles, yo hago puchero, ella hace puchero’ jaja. Te quiero un montón Deo, hermana de mi alma”, contó con mucho humor Gianina.

“Éramos enemigas de esas que se odian. Hoy somos mejores amigas”, destacó Celeste, en referencia a su amiga María Belén.

“La amistad que tengo con mi comadre comenzó cuando ella tenía 10 años y yo 11. En sexto grado de primaria. Hoy las dos ya tenemos hijos y ella es madrina de uno de mis niños”, compartió Andrea.

Con Dios como testigo

Justamente, la frase de esa lectora permite abrir un paréntesis en cuanto a testimonios, sacar el lápiz rojo y subrayar por qué, para los cuyanos, celebrar la amistad es un culto.

Todo radica en que, a muchas amigas y amigos, se los consagra como comadres o compadres a medida que van llegando los hijos.

Allí, ante la pila bautismal —en presencia de Dios— junto al sacerdote, los pequeños no solo reciben el sacramento del bautismo. También, ese amigo o amiga elegidos para el rol de madrina o padrino del niño, como una escarapela invisible, reciben un valor superior para quien los eligió. Son algo más que un amigo. Son compadres o comadres. Ese factor, para los católicos cuyanos, es un vínculo importantísimo.

Asado en casa, la opción

Hacer la reunión en casa de uno de los miembros del grupo es una opción siempre válida y un poco más económica que salir a comer afuera. El asado siempre fue la comida “reina” en estos casos y los costos son variados, según las bebidas que se le agreguen al menú. Actualmente, en San Luis, solo en la carne y embutidos para un asado para 10 personas, el gasto oscila en promedio los $18.000. A eso deben sumarle el resto de los insumos. Pero al margen de unos pesos más o unos pesos menos, la comodidad de compartir esa comida en una casa, sin miradas indiscretas, es impagable.

Según los libros, Aristóteles sostuvo que “sin amigos nadie querría vivir” porque “son el único refugio”. Y, por otro lado, Sócrates decía que la “amistad descansa en el amor y se regula por la virtud”, dos frases que invitan a reflexionar sobre el tema.

De todos modos, en San Luis es aún más simple. Es estar para el amigo. Más en las malas que en las buenas. Y si es para compartir una comida y un brindis, mucho mejor.