Después del papelón del domingo pasado, no habrá voto electrónico en la Ciudad de Buenos Aires para las generales. Al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta no le quedó otra que aceptar que fue un fracaso el sistema de votación elegido, tras el lapidario informe que emitió la jueza electoral federal, María Servini de Cubría, en el que consideró que fueron "los comicios más problemáticos de los últimos treinta años".
La experimentada magistrada sugirió "hacer un solo acto comicial" porque "ya sabemos que con dos votos en dos urnas fue un desastre". "Nunca se me descompuso en más de treinta años una autoridad de mesa, el domingo se descompusieron y tuve que enviar empleados a ayudar a autoridades de mesa que no daban abasto", relató sobre uno de los tantos efectos que provocó el combo compuesto por las múltiples fallas en las máquinas contratadas para la ocasión, las demoras de hasta más de dos horas para poder sufragar y las colas de votantes que llegaron a más de una cuadra en algunos establecimientos.
En notas dirigidas al juez electoral porteño, al director del Instituto de Gestión Electoral y al presidente de la Cámara Nacional Electoral, Servini de Cubría advirtió que mantener las elecciones concurrentes en las generales sería "volver a someter a la ciudadanía a las mismas condiciones que padecieron para sufragar el 13 de agosto, constituiría una burla para una sociedad cansada de la ineficiencia de sus funcionarios".
Las consideraciones de la jueza obligaron a las autoridades porteñas a reconsiderar la ingeniería electoral para definir al sucesor de Rodríguez Larreta. Se espera que la sensatez prime y en los próximos días se conozca cómo y cuándo será el comicio.
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