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El quijote de la defensa de la Alianza puntana

Fue uno de los pilares del equipo que en 1979 jugó el Nacional. Su personalidad y entrega fueron su presentación. Deportivamente nació en Pringles y se consolidó en Juventud.

Por Johnny Díaz
| 05 de agosto de 2023
Sobre el DT. "Con la muerte de Guzmán, el fútbol de San Luis retrocedió un paso, era un adelantado", dice Gómez. Foto: Héctor Portela.

Esteban Hugo Gómez nació el 10 de mayo de 1956 en Los Barriales, Mendoza, y en esa provincia vivió, junto a sus padres, diez años. Siendo un niño, la familia decide retornar a San Luis y alquila una vivienda en el barrio Monseñor Di Pasquo. Años después, se traslada a la casa de una de sus abuelas en calle Mitre y posteriormente a la calle Martín de Loyola, casi avenida Italia.

 

Hugo es el "Toro" Gómez o el "Torito", un baluarte en la zaga central de la Alianza Futbolística Juventud Unida Universitario Pringles que coronó de gloria futbolística a San Luis, clasificando y jugando el torneo Nacional de 1979. En la revista El Gráfico, el reconocido periodista Ernesto Cherquis Bialo lo presentó en una nota bajo el título: “El quijote de la defensa de la Alianza”

 

“Nací en Mendoza por casualidad —se apura en decir—, mis padres María Luisa Muñoz y Víctor Esteban el ‘Negro’ Gómez se fueron a trabajar a las cosechas, allá vivimos un par de años, y tengo seis hermanos: Cristina, Marta Graciela, Víctor Alfredo, Enrique Omar, Adriana y José Luis”.

 

Sus comienzos en el fútbol fueron como la de todos los niños de esa época, jugaban todo el día en los potreros o en la canchita de barrio, en este caso del barrio Norte. "Es una zona de la ciudad que ha dado grandes futbolistas, como Julio César, Carlos, Miguel y Juan Carlos Sáez, el 'Ucu' Viera, el 'Torcido' Viera, Amado Viera y el 'Pequeño' Viera. También los Ledesma: Humberto, Hugo Arnaldo, que jugó en Instituto de Córdoba, Jorge Aldo y 'Caroso'. Me acuerdo además de 'Pancho' Lionti, Merty Pereyra que llegó a jugar en Godoy Cruz, Eduardo 'Zorrito' Alaniz y muchos más”.

 

 La hazaña. El diario Mendoza refleja en sus páginas el éxito de Juventud de San Luis. Foto: gentileza.

 

“En esos espacios, que nosotros llamábamos canchitas, siempre miraba cómo jugábamos don Juan Carlos ‘Toscanito’ Sáez que, con un medio habano en la boca y una bolsa con pelotas, nos entusiasmaba y nos acercaba a la Liga Puntana de Fútbol a ficharnos”, agregó.

 

Nunca entendió por qué esa barriada, que en su mayoría es gente que se identifica con los colores de Pringles, no lo hace con Estudiantes, que tiene su estadio en el corazón del barrio. "Creo que por eso el fútbol es un deporte que no tiene lógica”, cierra.

 

"Jugaba en quinta división cuando me citaron para hacerlo en primera, tenía 16 años. Todo sucedió de manera vertiginosa, se lesionó un jugador de primera y el 'Pelado' Sáez que estaba en la tribuna le gritaba a Cayetano Zavala '…ponelo al hijo del 'Negro'… ponelo al hijo del 'Negro'…’". Así debutó frente a Sol de Mayo sin pasar por la cuarta división, que era la telonera de la categoría máxima provincial.

 

“Zavala hizo —añade— que me quedara en el plantel junto a jugadores como 'Chiche' Sesmilo, 'Escuderito' —que trabajaba en una vidriería—, 'Toto' Quiroga —un gran jugador—, Merty Pereyra, Julio Sáez, el 'Pesado' Lucero y un muchacho de apellido Pollo. Era muy buen equipo, salimos campeones en 1976 de la mano de Antonio Camargo, exarquero de Sportivo Estudiantes”.

 

 1985. El "Toro" Gómez evita que Muñoz, de Victoria, convierta un gol. Foto: gentileza.

 

“Antes, todo era distinto, yo siempre acompañaba a mi viejo a la cancha, fundamentalmente cuando jugaban el verdadero clásico del fútbol local; Estudiantes y Pringles. Veía a jugadores como Viera, Humberto el 'Cogote' Ledesma, mi padre, Marcos el 'Hilacha' Guzmán, Carlitos Baudry, eran señores jugadores. Además, nunca olvidé a Archie More, el masajista del club, su apellido era Martínez, pero todos lo conocían así porque era entrenador de boxeo", detalló quien estuvo en Pringles hasta 1977.

 

Un año después, el club decidió venderlo a Juventud. Fue en medio de una controversia, porque las opiniones estaban divididas, pero el pase finalmente se hizo. Su traspaso fue, hasta ese momento, el más caro de la historia del fútbol sanluiseño. Lo que llamaba la atención es que el hito lo había conseguido un defensor.

 

"Por eso digo que tengo el corazón dividido, la mitad es de Pringles y la otra de Juventud. Rápidamente me adapté a ese club. Estaban Darío Cavallaro, 'Lalo' Zabala, Quiroga, por nombrar a algunos. Nos conocíamos de jugar siempre los fines de semana, estuve trece años en Juventud y fui campeón en ocho oportunidades”, contó.

 

Un año después se produce en San Luis lo que se denominó el salto de calidad que le estaba faltando al fútbol local. Juventud estaba a un paso de clasificarse al Torneo Nacional, pero para ello debía ganarle a San Martín de Mendoza en la casa de los “Leones" del este mendocino.

 

 1981-1982. Juan Gilberto Funes y el "Toro" Gómez jugando para Jorge Newbery de Villa Mercedes. Foto: gentileza.

 

La tarde del 16 de abril de 1978 arribaron a San Martín más de 10 mil sanluiseños, la vieja ruta 7 era una verdadera serpentina de autos. Todo parecía que iba a ser una fiesta, pero no fue así. A los doce minutos de iniciado el encuentro, el árbitro expulsó a Víctor "Vitrola" Sosa, a Alberto Arroyuelo y a Hugo Gómez mientras que Enrique “Chalita” Maldocena sufría una grave lesión y era reemplazado.

 

“A Sosa, que era nuestro mejor jugador, lo echó por protestar; a Arroyuelo, que si le ponían una pared por delante la tiraba abajo, por una falta común; y a mí por agárrarme de los pelos con Logiácono. Lo más triste y repugnante de todo esto fue que el árbitro tenía en la palma de su mano los números de nuestras camisetas, él sabía a quién echar, nos fue arrinconando en nuestro arco, nos ganaron, pero fue un verdadero robo a mano armada. Todo estaba digitado, nunca nos olvidamos de ese partido y de esa oportunidad”.

 

Juventud tenía un verdadero equipazo y se clasifica a un nuevo Regional. Para esa temporada llegaron de refuerzo Ricardo Santos Logiácono y Agustín Emilio el 'Huevo' Lucero. Los demás eran de San Luis. "Guzmán solía decir: ‘Tengo diez picapiedras y uno solo que sabe jugar al fútbol, Logiácono'”.

 

"Jugamos un excelente regional frente a San Martín de San Juan, Colegiales de Villa Mercedes, Estudiantes de Río Cuarto, Alumni de Villa María, que tenía un gran equipo y le ganamos 3 a 1 y creo que con ese triunfo comprendimos que podíamos llegar. Teníamos la posibilidad de acceder al Nacional si eliminábamos a Independiente de Neuquén. En el partido de ida nos ganaron 1 a 0 y acá le ganamos 3 a 1. Definimos por penales y ganamos 5 a 4. Los goles nuestros fueron de 'Lacho' Rosales, 'Jocho' Fernández, 'Huevo' Lucero, 'Pucho' Barrera y Logiácono", precisa. "Fue apoteótico, irrepetible e inolvidable, nunca más volví a vivir algo así, todo San Luis estaba en las calles, habíamos dado el salto de calidad que nos estaba faltando”, asegura.

 

 1979. Pese a su estatura, fue hombre clave en la defensa de la Alianza puntana. Foto: gentileza.

 

En el Nacional les tocó jugar con Ferro, Unión de Santa Fe, Gimnasia de Jujuy, San Martín de Tucumán, Independiente de Mendoza, Vélez Sarsfield e Independiente de Avellaneda. "Nunca imaginamos tamaña responsabilidad, me bajoneé un poco porque veía que Guzmán traía muchos esfuerzos, hasta que un día me llamó aparte y me dijo: 'mirá… ninguno de los que han llegado es mejor que vos, quedate tranquilo'. Guzmán era muy motivador, a veces llegaba a mi casa a las dos o tres de la mañana para saber si estaba durmiendo, nos cuidaba en todo sentido”, señala.

 

Con el paso del tiempo, reconoce que al grupo le costó sentir que eran profesionales, pese a que Barrera los aconsejaba y siempre les decía qué estaba bien y qué, mal. "San Luis ha dado buenos jugadores, pero no había disciplina, todo era jarana", admite.

 

"Por el contrario, Guzmán, a la hora de la comida, preguntaba qué tomaban y era medio vaso de vino o gaseosa para cada uno y dos rodajas de pan. Nos enseñó a sentarnos en una mesa, viajar en ómnibus y en avión, alimentarnos, estaba en todos los detalles. Acá no están en un cumpleaños, solía decirnos", acota.

 

 1985. Juventud gritó campeón provincial de la Liga Sanluiseña de Fútbol. Foto: gentileza.

 

El "Torito" cuenta algunas anécdotas de los viajes de la Alianza. "En la concentración teníamos horario para irnos a dormir, una noche, un grupo se quedó jugando al monte. En eso apareció Guzmán y de un simple manotazo hizo desaparecer la plata, las cartas y los mandó a dormir".

 

"Nos tocó jugar en Jujuy, el viaje hasta Córdoba era en ómnibus y de allí en avión, Logiácono y Bergara lloraban porque tenían pánico de subir, Olmo les gritaba 'no suban que se cae el avión', una vez arriba tomaban unas pastillas para tranquilizarlos, Olmo era tremendo. Siempre nos acompañaron Hugo Marín, Hugo Zangrandi, Antonino Aversa, el 'Pelado' Diez, 'Tachi' Fontana y Guzmán viajaba en auto, odiaba los aviones”, recuerda.

 

Gómez cuenta que el club funcionaba en la casa de Luis Lépori y allí estaban los vestuarios. "Cuando llegaba el pagador, Guzmán se encargaba de todo, planilla en mano, nos iba llamando uno a uno y del sueldo nos sacaba un billete marrón. Qué le íbamos a decir, él nos dio todo y estábamos felices", rememora y agrega lo que el DT les decía: "Muchachos no se olviden que yo los hice grandes y por mi están donde están”. Dada la gran ascendencia que tenía en el resto del plantel, la muerte del entrenador los sorprendió.

 

El "Toro" colgó los botines en 1984. "Ya todo había cambiado, tuve varios técnicos como Juan Carlos Forti, Eduardo Curia, 'Pucho' Barrera, 'Vitrola' Sosa. Gané otros regionales e incluso fui compañero de Juan Gilberto Funes en Jorge Newbery de Villa Mercedes. En esa época vivíamos en el hotel Palace, pero cuando éramos visitante, después de jugar, Juan se quería volver a San Luis, hacíamos dedo para que algún camión nos trajera, se quería venir a su casa y estar con sus padres, era un niño”, relata la anécdota.

 

 1983. Gómez también fue jugador de la selección sanluiseña de fútbol. Foto: gentileza.

 

“Era un verdadero hinchapelotas, jugaba con las almohadas y a veces caían a un gallinero, las reclamaba y tenía suerte, todos lo querían. Un día los dirigentes se quejaron por los gastos, debían más de helados que de comida, Juan se comía un kilo o más por comida”, menciona sobre cómo era el "Búfalo" Funes y añade: “Juan había armado un buggy con motor de un Ford Falcon, y antes de salir, doña Marta me dice, ‘cuídemelo al Juancito por favor’. Salimos de San Luis como locos, nunca más quise volver a viajar con él, imagínese por qué”, dice con una pícara sonrisa.

 

Luego de cerrar su etapa como jugador, Gómez fue director técnico de Deportivo Trapiche en la Liga Valles y Sierras, con el que salió campeón en dos divisiones y con jugadores de la zona. También fue ayudante de campo de Osvaldo "Pucho" Barrera en Juventud, en un equipo que clasificó a otro Torneo Regional. "Ahora me dedico al campo donde paso lindos momentos junto a amigos y vecinos", dice quien está casado con Dory Sosa y tiene dos hijas, Sol de 30 años y Ana Luz de 20, además de un nieto; Franc, que sigue la herencia familiar y juega en las inferiores del "Juve".

 

 Familia. Hugo, su esposa Dorita, su nieto Franc y sus hijas Ana Luz y Sol, en un cumple. Foto: gentileza. 

 

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