Solari, orgullo sanluiseño, con la "Albiceleste"

El siete en la espalda. Y sí. El DT de la Selección Sub 23, Javier Mascherano, no dio sorpresas en la lista para el Preolímpico y confirmó a Pablo Solari. El pibe de River tiene 22 años y va a tener su experiencia internacional con la “Albiceleste”.

Se lo ve contento y no es para menos. Casi se lo lleva Chile, porque este pibe, aunque sea un pibe, era figura e ídolo de Colo-Colo. Y coqueteó con la posibilidad de representar a ese país, pero para mí que no estaba convencido. Lo bien que hizo, si eso es así.

Ahora va a representar a su país, a su gente, a su pueblo. Porque Solari es Arizona, Talleres de Córdoba, el amor de su abuela, y la "banda roja". Oriundo de una familia cuya cuna “millonaria” lo llevó a asentar en el DNI como Pablo César, al igual que Aimar, ahora campeón del mundo en Qatar 2022. Hay que soñar.

Tuvo que irse de la provincia para ganar rodaje futbolístico de mejor calidad. Así fue cómo llamó la atención desde Córdoba. Pero el pibe se mantiene firme a su terruño. En cada una de sus vacaciones o en sus ratos libres, ahí está con su pueblo, con sus vecinos, con su hermano Santiago, que ahora está en Racing Club.

Hay que disfrutarlo. No importa los colores que defienda, es nuestro, es sanluiseño. Made in San Luis. Los medios nacionales hablan del pibe como si nosotros estuviéramos jugando en una canchita del barrio. Hay que admirarlo.

Si hasta vino Los Ángeles Galaxy con sus tentadores verdes y no lo sedujo. No importa si son diez, veinte o treinta millones. Para él, River es River. Y hay que bancarlo. Para nosotros su pase debería costar más que esos millones.

“Masche” lo convocó desde el vamos, siempre lo quiso. El jugador participó hasta de la gira por Japón, siempre estuvo como titular. Le dieron la “siete”.

El 7 es considerado un número mágico porque se compone del sagrado número 3 y del terrenal número 4. Así, de esa manera, establece un puente entre el cielo y la tierra. Los sabios aseguran que, para Pitágoras, el 7 era “el número perfecto”; Dante Alighieri lo usaba en sus obras; y la Biblia lo menciona con frecuencia.

Pablo es tan sanluiseño como los melones de Candelaria, las papas fritas “Emmy” o Canal 13. También como el Rally de La Toma, los juguitos “Nora” y la leche “Lila”.

No hay que dejarlo “Solari”. Bueno, en serio. Banquemos lo local.