Una renuncia que generó un culebrón en Salud y en Avanzar

La renuncia indeclinable de Celeste Fernández a la dirección del Hospital de La Toma generó un verdadero culebrón político e institucional en las fibras más profundas del gobierno provincial. En su texto, la médica dejó en una situación muy incómoda no solo a los responsables del Ministerio de Salud, sino que también a los principales referentes que el poggismo tiene en el Departamento Pringles, dígase el ministro de Producción Federico Trombotto –uno de los nuevos hacendados (vecinos) de la región-, a la diputada –exambientalista- Ingrid Blumenweig y a todo el grupo de dirigentes tomenses que integran la exsenadora Dominga Torres, sus hijas y familiares.

Oídos que nunca escucharon

Específicamente, analizando el impacto en la cartera sanitaria a partir de las afirmaciones de Celeste Fernández que habla de falta de gestión, de objetivos y trabajo en equipo, quedan muy desacomodadas la exministra, Claudia Spagnuolo; la directora de Medicina del Interior, Stella Esnaola; la nueva titular de esta cartera, Teresa Nigra; y la coordinadora Médica, Sandra Ottoviani.

Nigra suma una nueva mancha a su gestión que será difícil de borrar, después de los cachetazos que recibió de todos los sectores por abandonar su función para asistir, en Córdoba, a un recital del ex The Beatles Paul McCartney, cuando en Villa Mercedes se desarrollaba un paro de trabajadores del sector que claman por diversas mejoras, entre ellas salariales.

El problema que ahora tiene por delante, viene de arrastre de los nueve meses que estuvo Spagnuolo al frente de Salud, porque Fernández fue una de las primeras en solicitar auxilio y nunca fue escuchada, al punto que entre otras cuestiones, en una oportunidad tuvo que organizar un bingo para poder comprar elementos de limpieza para la higiene del hospital y la comida para los médicos.

Además, con la renuncia de médicos y profesionales por la precarización de sus haberes, inevitablemente el sistema de atención se vio seriamente resentido y, pese a reiteradas solicitudes que la directora le hizo a la Coordinación Médica del ministerio, las respuestas muchas veces no fueron las esperadas.

Los pacientes cuentan que con frecuencia se le veía cubriendo guardias porque los reemplazo médicos no llegaban (Timbre para Esnaola y Ottoviani). Y, en lo económico también estuvo sujeta la renuncia de Fernández.

Todo indica que la gota que llenó y rebasó el vaso fue un compulsivo descuento en sus haberes, producto de una resolución de la ministra Teresa Nigra retroactiva a los nueve meses de gestión de Spagnuolo. "Esto generó un daño a mi persona y a mi familia", escribió en su renuncia y portazo.

Situaciones que se repiten

Así de precario, como si estuviera atado con alambres, está el sistema sanitario provincial. Salta nuevamente a la luz por el escándalo en el Hospital de La Toma, pero casos similares se dan en otros puntos y centros asistenciales de la provincia.