"La sábana corta" del poggismo solo alcanza para familiares y amigos
Mientras docentes y trabajadores del Estado siguen con sueldos congelados, el Gobierno agranda la estructura pública con familiares, allegados y exfuncionarios caídos.
En San Luis, la sábana siempre parece corta, pero no para todos. El Gobierno repite que “no hay plata”, que hay que ajustar, que el Estado está al límite, pero la austeridad tiene excepciones cuando se trata de premiar a los propios, colocar familiares, amigos o rescatar aliados políticos.
El caso de Adriana Correa, esposa del ministro de Ciencia e Innovación, Delfor Sergnese, contratada como asesora dentro del mismo ministerio, es apenas un botón de muestra. Lo mismo ocurre con Agustina Arancibia Rodrígurx, ex presidenta del Concejo Deliberante de San Luis, reubicada en el Ministerio de Salud con un contrato de más de 10 millones de pesos, pese a una gestión marcada por escándalos y divisiones internas.
Son nombres distintos de una práctica vieja: todo queda en familia.
Mientras los hospitales reclaman insumos y los docentes exigen sueldos dignos, el poggismo sigue ampliando su red de cargos para amigos, esposas, primos y militantes. La familia Poggi vive del Estado, la familia Endeiza vive del Estado, y otros ministros también tienen medio gabinete armado con parientes.
No hay plata para reabrir paritarias ni para reforzar guardias médicas, pero sí hay para crear asesorías, coordinaciones y direcciones nuevas, todas ocupadas por nombres conocidos, cercanos o directamente familiares.
El discurso de la “austeridad” se deshace frente a los decretos oficiales: los de arriba se abrigan con una frazada larga y mullida; los de abajo siguen peleando con una sábana cada vez más corta.
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