La interna fogoneada por la señora de la capelina
El combo que provocó el hartazgo y, el "hasta acá llegó" de la directora del Hospital de La Toma, Celeste Fernández, tuvo un fuerte ingrediente político. Diversas fuentes de la capital del mármol ónix, coincidieron en señalar que la directora renunciante fue víctima de una feroz interna en el partido gobernante Avanzar y sus aliados, alentada por la exsenadora Dominga Torres y ejecutada por una de sus hijas, Ana Novillo. Observadores de la vida política e institucional de La Toma dan cuenta que la drástica determinación de Fernández era algo así como una fruta madura que en cualquier momento caía y, sucedió. Incluso ella misma le había adelantado a sus más cercanos que en cualquier momento dejaba el cargo. Una insuperable mala relación con la jefa de Inclusión Social en Pringles (con injerencia en San Martín), precisamente Ana Novillo precipitó de igual modo que la renuncia fuera de carácter irreversible.
Dicen que Ana le hacía “la vida casi imposible”, mediante decisiones que afectaban el funcionamiento del centro asistencial. Entre otras cuestiones que enfurecían a la directora, estaba que sacaba o rotaba personal sin consultarle, como ocurrió en las últimas semanas con los dedicados a la limpieza.
Otro antecedente que dejó incurables secuelas fue un fuerte entredicho que protagonizaron en la puerta del hospital y que fue la comidilla del pueblo. El motivo fue un inconsulto y desubicado anuncio que hizo Novillo informando de la llegada del camión sanitario con vacunas contra el dengue, cuando en la provincia no hay vacunas contra la enfermedad. Ello obligó a que Celeste Fernández tuviera que salir a desmentir el erróneo anuncio, lo que profundizó las diferencias con la jefa regional de Inclusión Social, que quedó muy mal parada con este yerro.
Trombotto chocó con una pared
El ministro de Desarrollo Pro[1]ductivo, Federico Trombotto, que según se sostiene, tiene propiedades en las inmediaciones de La Toma, es otro de los más golpeados por este escándalo que marcó un quiebre en el sistema sanitario. Al exdiputado, que de vez en cuando se viste de gaucho, le achacan que no supo advertir a tiempo la interna que terminó con la renuncia de Celeste Fernández. “A qué vas tanto a La Toma… esto no lo viste”, dicen que le reprocharon con dureza.
Por eso se consideró como a destiempo y desubicado un llamado que, tras este reto, Trombotto le hizo a uno de los familiares cercanos a Celeste Fernández, cuando él y la diputada Ingrid Blumenweig, deberían haberse adelantado para evitar el temporal que se les venía capítulos de este papelón.
Tiempo de silencio
Fernández, que supo ser directora de Admisión del Hospital Central “Ramón Carrillo”, proviene de una familia que integra un grupo calificado como “poggista de paladar puro” y que era considerada como posible candidata a intendente de La Toma. Su padre, Juan Fernández, es el director de Minería de la provincia y también, presidente de la Junta Departamental de Avanzar. Aún no ha dicho una palabra de lo acontecido con su hija, ni de los retos y actos de prepotencia que el jueves sufrió en el transcurso de una inesperada visita al hospital de la ministra Nigra.
No todo es de color 'celeste'
Quienes han seguido desde una posición equidistante el conflicto que definitivamente estalló en Avanzar de La Toma, sostienen que era algo que se veía venir.
Si bien reconocen que la jefa regional de Inclusión Social, Ana Novillo, fue la piedra de la discordia con sus permanentes avanzadas sobre la autoridad de Celeste Fernández como máxima autoridad del hospital, también se sostiene que la médica en algunas ocasiones no tuvo la suficiente muñeca para evitar la fuga de médicos, especialistas y enfermeros.
“Celeste tiene su carácter y algunos optaron por irse. Ello llevó a que se saturara el sistema de atención. No todo lo que se dice es favorable a Celeste”, le apuntó una fuente a Mesa Cinco.


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