"El mayor empobrecimiento de Argentina es moral, no económico"
Antes de tocar en San Luis el domingo 24 de noviembre, Alejandro Lerner habló sobre su carrera, el Grammy que recibió, sus canciones y la situación general del país.
El recital que el domingo 24 de noviembre Alejandro Lerner dará en el Cine Teatro San Luis será el segundo tras la entrega del Latin Grammy a la Excelencia Musical, el máximo galardón que entrega la Academia Latina de la Grabación cuando quiere resaltar la labor compositiva de un músico. Por eso, el show en la provincia será de celebración.
Antes de volar a Los Ángeles para recibir la estatuilla, el autor de “Todo a pulmón”, “Mil veces lloro”, “La balanza del bien y del mal”, “Volver a empezar”, “Amarte así” y otros clásicos de la música nacional, emprendió una charla con “Cooltura” en la que habló del premio y de la gira “Vuelven los lentos”, en el que reivindica a la balada y al momento de bailar una canción de ritmo acompasado.
-¿Cómo estás para recibir el Grammy a la Excelencia Musical?
-Muy emocionado y muy nervioso. Es una celebración que después de muchos años de esfuerzo, de armar una propuesta artística la industria musical a nivel mundial me de un premio, que además es un gran premio. Como todos los reconocimientos, este me alienta a seguir para adelante, es un aliciente a mi profesión.
-Recibiste muchos premios ¿en qué lugar ponés a este?
-Creo que es el más importante de todos los que recibí en mi vida. Están premiando toda la trayectoria, no a un disco, no a una canción, no a un videoclip. Siento que están reconociendo la propuesta de los últimos cuarenta años de mi vida, que es casi toda mi vida. Es un control de calidad que me va a marcar. Por eso digo que me da mucha emoción. Todos los premios son importantes y me alegra recibirlos: yo tengo premios de la Sociedad de autores de mi país, Martín Fierro, ACE, Konex, de la Sociedad de Autores de Estados Unidos.
-¿Ya pensaste a quién se lo vas a dedicar?
-Más que dedicarlo, quisiera agradecerlo. A la Academia en primer lugar y a todos los colegas que han confiado en mí y con los que hemos compartido la vida y nos hemos nutrido cada vez, con cada colaboración. Pero antes que todo eso quisiera agradecerle a Dios, a mi familia y al público que me acompañó desde siempre y deja que yo sea parte de sus vidas a través de mis canciones.
-Algo así como lo que dice en “Algo de mí en tu corazón”
-Las canciones tienen esa cosa de reinventarse todo el tiempo y de llegar a un punto del ser humano que a veces es difícil comprender para los que escribimos.
-¿Con qué canción te pasó eso?
-Me acuerdo que hace mucho tiempo hice una que se llamaba “Canta una canción de amor”, que hablaba justamente de cantarle al amor en medio de la guerra. Tenía el mensaje de que cambiar el mundo empieza por uno mismo, por pequeños actos. Mi forma es hacer una canción. Hice canciones que creo que han sido constructivas y otras que escribí en momentos en que estaba más enojado.
-El año pasado, en octubre, estuviste en San Luis después de muchos años sin venir. Y ahora regresas rápidamente. ¿Qué tipo de vínculo preferís con el público, el espaciado o el constante?
-Los dos tienen su encanto y muchas veces no depende tanto del artista sino de los productores el regreso a un lugar. Lo que sí puedo decir es que el que estoy dando ahora es un show de otras características, con canciones que son ineludibles en mi repertorio y que tienen toda la mística de los lentos.
-¿Cómo surgió “Vuelven los lentos”?
-Estaba por empezar un show en Colombia y antes de empezar a tocar “Amarte así”, un hombre le pidió matrimonio a su pareja, con anillo y todo. Y la chica le dijo que sí y de inmediato se pusieron a bailar. Pensé que era el momento de volver a eso. Yo no veo que las personas mayores tengan la oportunidad de bailar lentos porque no hay ofertas para eso. Hoy nos rodea otra cosa, la cumbia, el reggaetón.
-Que no son géneros que te sean lejanos porque grabaste con algunos de sus exponentes
-Sí, claro, no tengo nada contra eso. Me parece que está muy bien que existan y tengan sus seguidores. Yo grabé con Rusherking, con El Polaco, con Los ángeles azules. Pero mi propuesta ahora es regresar a ese momento en que ella le pone los brazos en los hombros a él y el baile se genere de inmediato.
-¿Cómo reacciona la gente a la invitación?
-Al principio le da vergüenza, pero una vez que una pareja se anima, ya es posible que lo haga todo el resto del público. Es una propuesta atípica, por eso lo entiendo también.
-¿El show va a un público específico?
-Apunto a la gente que entendió que se perdió un momento muy interesante de las relaciones que es el bailar lento. Hoy las discotecas son todos temas para arriba, de música electrónica y falta la canción que te haga bajar las revoluciones, que te empuje a decir cosas al oído.
-Para una generación el momento de los lentos era el más esperado de una noche
-Era el momento de concretar lo que se había insinuado durante toda la noche. Ni más ni menos que eso. ¿Cómo no iba a ser un momento esperado?
-¿Qué quiere decir que la gira sea autogestionada para un artista mainstream como vos?
-Hace varios años que soy un artista que se mueve en forma independiente. En algunas etapa de mi carrera estuve bajo el cobijo de una compañía pero ahora tengo mi propio equipo de trabajo. Entonces todo lo que sucede en la gira lo financio yo. No pedimos subvenciones ni subsidios.
-Es la forma de trabajo que exigen estos tiempos
-El año pasado hicimos lo mismo, aun con la certeza de que era difícil hacerlo. Nuestra intención es generar trabajo. La posibilidad de que un organismo contrate nuestro show para festival, por ejemplo, es poca. Eso es accesible para para otro tipo de artistas.
-Te costó mucho comprender o aceptar esa situación
-Hace poco tiempo hicimos un gira por España y por Israel, donde al ser países tan lejanos al mío, tocamos para 300 personas, para 500 personas en teatros más chicos. Eso me dio una bohemia de volver a los lugares chicos y me propuse producir una gira por los teatros más lindos del país. Así llegamos a San Luis el año pasado.
-¿Qué recordas del recital?
-Muy poco. Tendría que entrar a mis redes sociales porque ahí están registrados todos los pasos que dimos en la gira del 2023. Siempre que vamos, llevamos un dron para filmar la ciudad desde el aire y mostrar al mundo las bellezas que tiene Argentina. Por supuesto que también mostramos el momento en que llegamos y la prueba de sonido, pero nuestra propuesta es mostrarle al mundo y al país lo que tenemos acá. Recuerdo particularmente de San Luis la hermosura de su teatro, algo que me llamó la atención.
-Ahora van a tocar en el mismo lugar
-Menos mal porque era un lugar bellísimo. Esa es otra gran cosa que tiene la Argentina: cada localidad marcaba su desarrollo en base a la construcción de sus teatros, eso marcaba el grado de educación que había en cada ciudad, porque Argentina tuvo una época en la que fue un bastión de avanzada en cuestiones culturales. En lo personal, me encanta que se renueven los teatros, que se cuiden las salas y que la comunidad vuelva a los teatros.
-Pareciera que ahora está en duda esa idea de que los espectáculos generan trabajo
-Justamente, el hecho de que haya gente trabajando es una de las razones de las giras. Mientras tengamos la posibilidad de hacerlo vamos a continuar con esta forma de vivir. Un show nuestro moviliza a cientos de personas en cada localidad, en trabajo. Nosotros nomás somos 20. Después hay que sumar al iluminador, al del catering, a la gente del teatro. Tenemos que recuperar la idea de patrimonio cultural, la capacidad de trabajar.
-Algo de eso decís en “Mi Argentina”, una de tus canciones más nuevas
-Yo creo que el modo es poner la atención en la educación de nuestros niños, en hacer que los jóvenes piensen en la posibilidad de una justicia más rápida. Sin eso, es muy difícil recuperar la escala de valores. Argentina se empobreció moralmente, no tanto económicamente. Si uno ve los campos, están bien trabajados. En esa canción yo le hablo al país como si fuera una amiga y le digo que nos merecemos vivir mejor.
-¿Crees que se puede?
-Yo vengo de recorrer otros países y si bien tienen problemas, o los tuvieron, consiguieron salir adelante. Es muy lindo ver a los chicos caminar por las calles y no tener miedo a la inseguridad. Es muy lindo ver a la gente mayor bien vestida, feliz porque después de trabajar toda la vida se pueden dedicar a vivir bien. Lo que más me preocupa de todo es la decadencia moral a la que nos estamos acostumbrando. Hasta el paro de aviones es una demostración de eso.
-Recién mencionaste la justicia, un tema que te preocupa desde que grabaste “Indulto”
-O tal vez desde antes. Lo que hice en “Indulto” fue marcar una posición, decir que no se puede olvidar ni perdonar. También denunciar la tortura y las persecuciones, porque no todos eran soldados, hubo pérdidas de un lado y del otro. Por lo general, las canciones no tienen un objetivo que vaya más allá de documentar algo que creo que está pasando, porque si no lo hago, exploto.
-¿Cómo es tener en la banda a Gringui Herrera?
-Es un lujo, un placer. Es mi mano derecha, mi gran maestro y mi gran amigo.
-Tu primer disco fue con “Soluna”, una banda que armó Gustavo Santaolalla que tenía un notable trabajo coral ¿Vos ves que haya en la actualidad algún grupo que trabaje las voces de esa manera?
-Creo que, si hay, viene del lado del folclore, como Los nocheros o Los tekis, que tienen un desarrollo armónico muy trabajado, que puede ser legada, a su vez, de gente como “El Chango” Farías Gómez.
-¿Cómo fue trabajar con Gustavo Santaolla cuando los dos eran tan jóvenes?
-Apenas lo conocí me dí cuenta que no abunda en el medio gente que tenga esa preparación musical. Dentro del rock argentino, Gustavo marcó una diferencia por su capacidad, por el profesionalismo que puso en cada proyecto. No es casualidad que esté donde está.
-¿Qué crees que vio en vos? Porque te permitió grabar tu primera canción…
-No lo sé, sí puedo decir que yo tenía muchas ganas en ese momento y tenía, además, muchas canciones ya escritas, como “Mil veces lloro”, “La balanza del bien y del mal”. De todos modos, yo no cantaba en “Soluna”, solo era parte de la banda.
-¿Por qué no cantabas?
-Porque era muy tímido. Incluso muchos años después, con mi carrera solista ya consolidada, cantaba con los ojos cerrados, porque no quería ver al público. Con los años fui tomando experiencia y cambié esa costumbre.


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