La manera incorrecta de bajar los índices de inseguridad

El modo más efectivo de bajar las estadísticas de inseguridad en la provincia de San Luis es elaborar un plan serio, sistemático, que escuche a los vecinos y aborde soluciones. La otra manera es lo que sucede a diario en las comisarías de San Luis, donde los efectivos encargados de recibir las denuncias desalientan –a veces con métodos absurdos, otros directamente intimidatorios- a los ciudadanos a que dejen formalizado un delito.

Cualquier persona que llegue a una seccional en la provincia para dar aviso de un delito, se encontrará con una velada y muy bien preparada oposición de los efectivos a receptar la denuncia. Primero con preguntas del tipo “¿Y por qué no dio aviso de inmediato?”, “¿Está seguro que se lo robaron donde dice que se lo robaron? ¿No habrá sido en otro lado?”, “¿No pidió la cámara de seguridad de su vecino de inmediato?”, ¿Por qué no llamó al 911?”,“¿Esto es para presentar en el seguro?”.

Si el denunciante decide continuar con el trámite, comienza la segunda parte de la puesta en escena. Un oficial de mayor jerarquía empieza a ordenar a los gritos que se investigue en profundidad lo denunciado, como si eso no fuera la obligación de la fuerza de seguridad y como si todos en el lugar –incluido quien da las órdenes- supieran que eso no va a suceder nunca. La intención es generar la duda en quien ha sido víctima de un delito.

La tercera parte del plan policial es demorar el inicio de la denuncia todo lo que se pueda, con el objetivo de que quien llegó a la seccional a dar cuenta de un trámite de rigor se convierta en víctima de una acción sistemática, abandone su determinación de denunciar y se retire de la comisaría, que tendrá para mostrar, orgullosa, números muy menores respecto a la cantidad de delitos que se cometen.