Prisión preventiva por pegarle a su pareja, amenazarla y dejarla encerrada

Todavía es materia de investigación el tiempo desde el que una mujer de Villa Mercedes era víctima de la violencia de su pareja. Lo que sí está claro, para la fiscalía que tiene a su cargo la causa, es que al lado del hombre sufrió violencia y de distintos tipos.

La cúspide de esa relación de sometimiento fue el 7 de marzo, cuando la amenazó con un cuchillo, la golpeó y la encerró en su casa. Desesperada, la mujer no dejó pasar la primera oportunidad que tuvo enfrente para pedir socorro. Cuando fue con su pareja a un kiosco, a escondidas, consiguió pasarle a la empleada del comercio un papel, en el que le pedía que por favor llamara a la Policía.

La posterior aprehensión del hombre fue el inicio de una causa judicial que ya le valió, en principio, cuatros meses en la Penitenciaría de San Luis. El juez de Garantías de Villa Mercedes, Matías Farinazzo Tempestini, decidió reformular los cargos en su contra por los delitos de "Privación ilegítima de la libertad" y "Lesiones leves agravadas por el vínculo", e hizo lugar al pedido de los fiscales de dictarle 120 días de prisión preventiva.

El magistrado entendió que es necesaria la medida de coerción, porque si el imputado recupera la libertad en este momento, eso podría poner en riesgo a la víctima y las reglas de conducta que la Justicia podría imponerle no resultarían eficaces en este caso.

La mujer y el acusado convivían. El fiscal instructor Maximiliano Bazla y la adjunta Cecilia Framini relataron, según la denuncia y la evidencia reunida, que el jueves 7, aproximadamente a las 13:30, la damnificada, cansada de la violencia que sufría a manos de su pareja, le pidió que se fuera de la casa. El imputado se tornó más agresivo: la amenazó con un cuchillo, la golpeó y no la dejó salir del domicilio.

Pero hubo un momento en que sí le permitió irse de la vivienda: fue cuando ambos salieron para ir hasta un kiosco para comprar cigarrillos. "Fue allí, en un descuido del acusado, que la víctima le entregó un papel a la comerciante, en el que le pedía auxilio", contaron los representantes del Ministerio Fiscal. En el mensaje había anotado su domicilio y le requería que llamara a la Policía.

Los fiscales dijeron que la causa debía ser analizada con perspectiva de género y en un contexto de violencia de género. Bazla remarcó que existe "violencia física, moral, económica, sexual y que esto no le permite actuar a la víctima con libertad, porque hay un sometimiento".

Asimismo, señaló que aún hay evidencia por recolectar y destacó que el informe hecho por el Departamento Interdisciplinario de Riesgo de Violencia señalaba que existe "un riesgo inminente con repitencia de violencia física de alta intensidad".

La defensora oficial Ximena Bertoli dijo que el día del ataque hubo un incidente y una discusión desencadenada por varios factores. También sostuvo que la denuncia tiene contradicciones.