La UNSL mantendrá abierto el comedor universitario

Pese al duro momento que vive la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) con una emergencia económica declarada, en este 2024 logró mantener vigente un servicio clave para su comunidad en Villa Mercedes.

Por tercer año consecutivo, el comedor abrió sus puertas y recibe a cada vez más alumnos, profesores, no docentes y hasta particulares que buscan un almuerzo accesible.

"Hemos trabajado muchísimo durante enero y febrero para poder mantenerlo. Los costos se han multiplicado por siete o por ocho y es totalmente autogestionado, porque se hace cargo completamente la Universidad", explicó Matías Funes, el subsecretario de Asuntos Estudiantiles y Bienestar Universitario (Saebu).

No solo aumentó el precio de los ingredientes para preparar las comidas, sino todos los gastos que se generan alrededor: los sueldos del personal a cargo, los productos de limpieza, la electricidad y el gas, entre otras tarifas. "Son licitaciones grandes que se realizan, literalmente millonarias, que se van armando a treinta o cuarenta días y que son muy difíciles de solventar", agregó.

El comedor en el centro mercedino, ubicado en el campus de la autopista 55, comenzó a funcionar en abril de 2022, después de aproximadamente veinte años de tener un servicio tercerizado y mucho menos completo. Luego de ese primer cuatrimestre, el año pasado la cantidad de comensales se duplicó y más de quinientas personas se acercan todos los mediodías para acceder al menú, que hasta el momento tiene un valor de 1.000 pesos para los estudiantes.

"Con ese monto cubrimos menos del 50% del costo real del plato. Lo demás lo subsidiamos con lo que pagan los aportantes y todos los demás recursos que puede generar la institución", dijo.

El menú que ofrecen está diseñado por nutricionistas y cuenta con tres pasos: una entrada, un plato principal y de postre, una fruta de estación.

El espacio reabrió la semana pasada y, aunque el flujo de alumnos todavía no es tan grande porque algunos recién empiezan a volver desde sus respectivas localidades, ya tienen una gran concurrencia del personal.

"Asisten docentes y no docentes, que por la calidad del servicio eligen pasar a comer en el establecimiento o buscar una vianda. Cuando empieza la cursada, se eleva mucho la cantidad de tickets a cortar cada jornada", comentó Funes.

El servicio es posible también gracias a que muchos de esos trabajadores de la institución realizan un aporte para subsidiar el funcionamiento. Ellos, a su vez, tienen la posibilidad de almorzar por un valor de $2.200. Mientras que todas las personas externas también pueden aprovechar la comida, pero a un precio mayor, que es de $3.000.

"Por la situación que vivimos en el país, notamos ya desde fines del año pasado un incremento y que no es solo un beneficio para estudiantes, sino una ayuda social. Muchos aprovechan la oportunidad de acceder por una cuestión de costos", analizó.