Radiografía de Villa Mercedes
Los delincuentes no tienen freno y su blanco preferido son los domicilios particulares.
En la ciudad de la Calle Angosta el delito que más se repite y no discrimina zonas es el robo. A los delincuentes no los frena nada. Su blanco preferido son los domicilios particulares, en el que viven familias o incluso si los moradores todavía no se han mudado allí, algo que puede verse en los numerosos saqueos en casas en construcción, de las que se llevan herramientas de albañilería, sanitarios y griferías para luego venderlos puerta a puerta o a través de los grupos de Facebook.
En el caso de las viviendas que ya están habitadas, por lo general, hacen tareas de vigilancia. Esperan que las víctimas salgan y aprovechan para violentar aberturas y sustraer todo lo que puedan mientras no hay nadie dentro. Hay hasta vecinos que han tenido que cambiar los reflectores de la entrada principal de su domicilio hasta dos veces en un mes, porque los ladrones se los desconectan y se los llevan.
Las cámaras de vigilancia del gobierno provincial, bien gracias, si el damnificado no tiene dinero para instalar su propia videocámara no contará con registros fílmicos de ese hecho y la investigación de su denuncia seguro no avanzará.
Hechos con fuerte repercusión
-La gruesa confusión de harina por droga.
-Ataque de motochorros.
-Un joven matrimonio, con su hijo, que al evitar un asalto chocaron contra una camioneta.
-El caso del chico que fue asesinado apuñaladas en un asalto en el 1.000 Viviendas.
Barrios 960 Viviendas e Hipólito Yrigoyen
-Continuos robos y daños en domicilios particulares, cocheras y vehículos como bicicletas, motos y automóviles.
-Peleas entre vecinos a puño limpio, con trompadas, patadas, a veces con piedras u otros elementos contundentes en las calles o en las explanadas de los monoblocks.
-Enfrentamientos a tiros o con armas blancas entre bandas en los playones y espacios compartidos del barrio, muchas veces con la presencia de menores de edad en los playones.
-Portación y abuso de armas de fuego. Los vecinos escuchan disparos casi todas las noches. Llaman al 911, pero nadie de la Policía acude.
-Venta de drogas al menudeo. En ambos barrios casi todos conocen qué vecinos venden marihuana o cocaína en sus casas. Para el que no esté al tanto, los vendedores dejan ver sin temor un par de zapatillas colgadas entre los cables que cruzan las calles, como sucede en la esquina de Nelson y Tucumán.
-Violencia de género. Hombres que golpean a sus parejas mujeres y tienen restricciones de acercamiento que no cumplen.
-Los vecinos llaman al 911, pero el personal de la Comisaría 10a, ubicada entre los monoblocks del barrio 960 Viviendas, usualmente no asiste por falta de efectivos.
Barrios San José y Güemes
-Robos constantes en domicilios. Algunos propietarios temen dejar solas sus viviendas, por el ingreso de delincuentes que les saquean desde los pañales de los bebés, prendas de vestir, garrafas, muebles y hasta los focos.
-Asalto a remiseros y taxistas. Durante la madrugada, los choferes de varios servicios de remises y taxis son llevados hasta cercanías del río por falsos clientes que luego les apuntan con un arma blanca o de fuego, los golpean y les roban el celular, las billeteras y las llaves del auto.
-Saqueo a la iglesia San José. En dicho barrio no se salva ni el cura. En numerosas oportunidades entraron a la parroquia del vecindario y le llevaron hasta la bicicleta al sacerdote.
Barrio Pringles
-Los vecinos sufren los constantes robos de ladrones que ingresan en sus domicilios. Sustraen lo que haya en los jardines o patios traseros, entran y les saquean el interior de las viviendas. También violentan los vehículos estacionados en la calle para sustraerles equipos de música, las herramientas o ruedas de auxilio que guardan en el baúl.
-Entraderas. Los vecinos se sienten observados por motochorros que vigilan su entrada y salida de sus casas y, cuando ponen un pie en la vereda, los atacan para robarles lo que tengan a mano, sean teléfonos o carteras.
Zona centro y alrededores
-Hurtos en locales comerciales. A veces, a plena luz del día, "mecheras" que, en compañía de sus hijos menores de edad o parejas, saquean mercadería mientras fingen estar interesados en los estantes.
-Robos con boquetes, roturas de vidrieras o violación de cerraduras de puertas o ventanas. Suelen ser durante la noche. Sustraen mercadería, pero siempre buscan una caja fuerte o lo que hay en la caja registradora.
-Asaltos a mano armada. Suceden sobre todo en los denominados "kioscos 24 horas" no solo del centro y sus inmediaciones, sino de toda la ciudad.
-Arrebatos. Delincuentes que manotean las carteras o mochilas de mujeres que caminan solas o en compañía de otra mujer por las calles. También les sustraen sus pertenencias cuando circulan en bicicleta, provocando la caída de la víctima, que resulta lesionada.
-Peleas y enfrentamientos entre jóvenes o bandas en las plazas San Martín y la Plaza del Mercado.
-Venta de droga al menudeo en la plaza San Martín.
-Falta de control vial en el tránsito luego de la medianoche en la avenida Mitre. Los vehículos aprovechan para circular a toda velocidad en esa calle, que es la más transitada de Villa Mercedes y que la atraviesa de norte a sur, pasando por su centro.
Barrio Eva Perón I, II Y III
-Enfrentamientos con armas blancas o de fuego entre vecinos o bandas.
-Usurpación de terrenos.
Barrio La Ribera
-Asaltos en comercios y domicilios particulares.
En toda la ciudad
-Delincuentes entran a viviendas que están en construcción y sustraen materiales y herramientas. Si los sanitarios están instalados también los roban. En muchos casos y sin tapujos, venden el botín a través de las redes sociales, por medio de grupos de compra venta, por ejemplo.


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