El último encuentro en la Cámara baja dejó varias comidillas, entre risas, lamentos y vergüenza ajena. A continuación, las principales anécdotas que dejó la sesión.
¿Una botella maldita?
La vuelta de las debutantes "vacaciones legislativas" llegó con algunos cambios. Entre ellos, el agua que les dan a los legisladores durante el debate. En lugar de ser la tradicional botella de plástico, esta vez, vino una tipo envase de vidrio, con tapa roja. Una de las diputadas, Silvia Sosa Araujo, advirtió que su botella estaba abierta: “Alguien me la puede cambiar, del oficialismo se puede esperar cualquier cosa”, apuntó.
Y no es para menos. Cientos de ideas se pueden pasar por la cabeza al saber que alguien manipuló el recipiente. Na die en su sano juicio se atrevería a tomar algo así. La "botella maldita" obligó a buscar vasos de vidrio y servir agua directamente del dispenser. ¿Lo habrán hecho a propósito?
Un informe que nadie conocía
A la hora de debatir sobre las Cuentas de Inversión 2023, el oficialismo se remitió constantemente a un informe que el Ejecutivo mandó a pedir a la Universidad de Buenos Aires (UBA). Todo el tiempo, como si formara parte de un libreto, apuntaban páginas del documento.
Pero la realidad es que la oposición jamás tuvo acceso, con lo cual, las referencias quedaban en el aire. “Así como gastaron dinero en un informe con la UBA, podrían haber recurrido a los profesionales que hay en la provincia, que son muy buenos, como el caso de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), dirigida por su socio político, Víctor Moriñigo”, ironizaron desde la oposición. Quedaron caras largas en los legisladores poggistas.
Alberto Leyes: decepción en lo político y como persona
En la sesión, el diputado devenido en poggista Alberto Leyes pidió bajar de la Presidencia a su banca para poder manifestar su postura frente a las Cuentas de Inversión.
Pero lejos de hablar sobre el tema, se calzó la camiseta del Gobernador y fustigó con munición vencida contra la gestión anterior. Hasta ventiló una supuesta reunión, en la que Alberto Rodríguez Saá habría hablado —según Leyes— de un paquete de medidas para asfixiar la gestión de Poggi. Nada más alejado de la realidad.
Un papelón en sí mismo. Con euforia, los legisladores oficialistas aplaudieron a Leyes y destacaron su “valentía”. Un bochorno por donde se lo mire. Ni ellos se creían semejante acto cínico.
Fue así que el diputado Walter Aguilar pidió la palabra y fustigó contra Leyes.
Le recordó todo el camino recorrido en la política y cómo defendía lo que ahora le avergüenza. Y dejó entrever que la verdad cae por su propio peso, convirtiendo a Leyes en un emisario que busca su propio beneficio.
“Me has decepcionado en lo político y como persona”, sentenció Aguilar en una acalorada intervención.


Más Noticias