La inseguridad y los crecientes actos de vandalismo son moneda corriente en todos los rincones de la provincia. La gente está indignada con la situación, en medio de un escenario que por lo pronto no arroja acciones directas que busquen revertir el panorama. En lo reciente, Buena Esperanza y Santa Rosa del Conlara, son localidades que dijeron “basta” a los hechos de inseguridad.
Sofía Larroudé, intendenta de Buena Esperanza, le habló al pueblo. Mostró su preocupación por los destrozos y robos ocurridos en el campo de doma del pueblo. Teme más circunstancias de este tipo.
Hace unos días, el campo de doma, un espacio clave para la localidad del sur, fue blanco de la inseguridad. Un grupo de delincuentes robó puertas, candados, llaves de luz, lavatorios, portones, cables y encima destrozaron todo a su paso.
Este martes, Larroudé se dirigió a la comunidad y confirmó que hicieron la correspondiente denuncia.
“En breve comenzaremos con la reparación de todas las instalaciones. Pero tememos que estos actos de vandalismo se vuelvan a dar”, lamentó.
Por otra parte, al norte de la provincia, Santa Rosa del Conlara no tiene respiro con la inseguridad. El intendente, Miguel Postiguillo, aseguró que se reuniría con la ministra de Seguridad, Nancy Sosa, por el crecimiento de los hechos delictivos.
Contó que la gente no hace las denuncias porque no es fácil y pierden su tiempo yendo a la Justicia, donde casi nunca hay avances. “No hubo hechos graves, pero la pérdida del capital de trabajo de toda una familia también es grave, aunque no irreversible”, dijo en declaraciones a medios provinciales.
“Estamos escasos, mal y abundantes de necesidad de justicia y de seguridad”, subrayó. En la localidad piden que haya más control en la noche. Si bien hay más presencia policial, especialmente viernes, sábados y domingos, en la comisaría sigue faltando gente, al igual que patrulleros, cámaras o un centro de monitoreo.
Así es la dura realidad de distintos rincones de la provincia, con un gobierno que hace oídos sordos a los reclamos. Para las cosas que convienen, hay anuncios con bombos y platillos, pero para las urgentes necesidades de la gente solo hay vendas en los ojos. Las víctimas, son las vecinas y vecinos que salen perjudicados en cada hecho de inseguridad.


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