Investigan si un policía le robó el arma a otro para vendérsela a un delincuente

Hacía un par de semanas que en el ambiente policial circulaba un rumor. Nadie se animaba a confirmarlo porque, en lo concreto, sobre el hecho no existía denuncia y de la boca de las autoridades de la fuerza y del Ministerio de Seguridad no salió palabra al respecto. El comentario era que un policía de la Comisaría de Justo Daract le había robado el arma reglamentaria a otro compañero de la misma seccional.

Eso ya era grave, pero lo que decían que había hecho con la pistola era todavía más grave. Contaban que el arma, que no es propiedad del efectivo sino del Estado, había sido vendida a un hombre con un vasto prontuario delictivo en Villa Mercedes. Las autoridades de la fuerza no le informaron nada a la Justicia sobre el robo en cuestión, pero decidieron iniciarle un sumario administrativo al efectivo.

Cuando la Fiscalía se enteró de causalidad, gracias a una publicación en las redes sociales sobre la venta de una pistola 9 milímetros, comenzó una investigación por su cuenta que hasta el momento confirmaría parte de lo que comentaban en secreto. 

El arma fue sustraída el 9 de julio pasado y el efectivo que la habría robado pertenece a una familia de policías, confirmaron un par de fuentes. En Justo Daract, en un principio, corrió el rumor que a un oficial le habían robado el arma reglamentaria, pero no fue hasta la última semana de agosto que el hecho trascendió de la esfera de la fuerza y llegó a oídos de la Justicia y, en particular, del fiscal instructor de turno Maximiliano Bazla. En la fiscalía se anoticiaron del hecho cuando vieron que en una red social alguien vendía una pistola nueve milímetros. Y cuando una publicación de ese calibre surge dan por sentado que se trata de un arma reglamentaria que fue robada.

Empezó así una investigación en la que salió a la luz, entre otros detalles, que la Policía no informó sobre la sustracción y decidió tomar medidas internas por su cuenta, como pasar a disponibilidad al agente que se habría apoderado del arma de su camarada e iniciarle un sumario administrativo.

No obstante, de las averiguaciones del fiscal surgió que la pistola podría estar en uno de tres domicilios de Villa Mercedes. En las tres requisas hallaron tres armas de fuego, entre las cuales había una larga y otra nueve milímetros. Si era o no la que buscaban, la que robaron de la Comisaría daractense, todavía no está confirmado del todo, puesto que el arma que incautaron tiene la numeración limada, precisó una fuente.

Pero lo que complica al efectivo que fue pasado a disponibilidad fue lo que contó el hombre que tenía en su poder esa pistola. Dijo, según trascendió, que se la había vendido un policía de Justo Daract. Lo mencionó con nombre y apellido, y dio detalles sobre la transacción. Dijo que se la compró por 500 mil pesos. 

El hombre que adquirió la pistola es del barrio Eva Perón villamercedino, pero el allanamiento en el que la encontraron no fue en ese barrio, aclaró otro informante. Tras las requisas, el sospechoso fue aprehendido y en cuestión de horas fue enviado a la Penitenciaria de San Luis. Sin embargo, el traslado al penal no tuvo que ver con la tenencia de un arma de fuego de dudosa procedencia, sino por el hecho de que, mientras estaba demorado por averiguación de antecedentes y medios de vida, saltó en los registros judiciales que tenía un pedido de captura vigente por una causa de robo.

Igualmente el sospechoso era alguien que ante los ojos de los policías no necesitaba mayor presentación: muchos ya lo conocen por el rosario de delitos "de todo tipo" a los que ha estado vinculado.

Hacía un par de semanas que en el ambiente policial circulaba un rumor. Nadie se animaba a confirmarlo porque, en lo concreto, sobre el hecho no existía denuncia y de la boca de las autoridades de la fuerza y del Ministerio de Seguridad no salió palabra al respecto. El comentario era que un policía de la Comisaría de Justo Daract le había robado el arma reglamentaria a otro compañero de la misma seccional.