Natalia Cohan, la excéntrica mendocina que inspiró el nuevo éxito del cine nacional
Fue una artista plástica y escritora a quien sus hijas internaron compulsivamente por un diagnóstico de locura mal dado. Luces y sombras de una mujer de infancia difícil, adultez esplendorosa y vejez imposible.
Tan sorprendente como difícil, la vida de Natalia Cohan reafirma una verdad que parece débil en estas épocas: los ricos también sufren. “27 noches”, la película que acaba de estrenar Netflix demuestra en solo una porción del padecimiento que vivió la millonaria artista plástica mendocina en el final de su vida.
Retocada con algunas pinceladas de ficción, la película dirigida por el uruguayo Daniel Hendler, quien se consolida como un director de interesantísimas miradas, cuenta el tramo más doloroso de la vida de Natalia, quien toma otro nombre y otro apellido para realización. La excelente Marilú Marini interpreta con solvencia a la señora que fue encerrada contra su voluntad en un instituto psiquiátrico ante la sospecha de sus hijas de que estaba malgastando su fortuna.
No cuenta la película que Natalia –además de nacer en Mendoza, estudiar Letras en Buenos Aires y ser autora de varios libros de cuentos, uno de los cuales inspiró un ballet interpretado por Julio Bocca-, se casó con el empresario farmacéutico Mauricio Cohan, quien de ser un humilde visitador médico saltó a ser el dueño de Argentia, una compañía nacional de jugosas ganancias en el campo de la medicina.
Cohan de Kohen tuvo una vida siempre cercana a las artes, aunque no hay constancias reales que haya sido parte del descontrol escandaloso que muestra la película, con orgías, consumos exagerados y amigos que dilapidaban su fortuna y hasta, dijeron sus hijas, le perdieron un Dalí original. Natalia fue amiga de China Zorrilla –quien una vez le dijo que si hacían una película sobre ella quería protagonizarla-, Jorge Luz, Juan José Sebrelli, Edgardo Jiménez y el poeta Fernando Noy, quien fue el responsable de dar a conocer la historia de la internación.
Tal como cuenta “27 noches”, Natalia fue internada impulsivamente por sus dos hijas, con quienes mantuvo una relación tirante, aflojada en los últimos años de vida. Las dos mujeres notaban que su madre dilapidaba su riqueza entre sus amigos artistas y quisieron evitar que entregue varios millones a un proyecto que encaraba en Argentina el prestigioso arquitecto Clorindo Testa.
Al ver las hijas que su herencia se achicaba, no tuvieron mejor idea que buscar un neurólogo que declarara insana a la mecenas y le entregara a la Justicia una base para ordenar la internación y la disposición de sus bienes a un curador. El médico que firmó esa resolución es nada más y nada menos que Facundo Manes, quien en las elecciones del domingo 26 buscó una banca como senador por la Ciudad de Buenos Aires y obtuvo el 2 por ciento de los votos.
El núcleo duro de lo que cuenta la película está extraído de “Veintisiete noches” (con el nombre escrito con letras, no con números como en el filme), el libro editado en 2021 que se presentó como una biografía de Natalia, aunque con algunas licencias. Al momento de la internación forzada, la protagonista tenía 88 años, una vida sexualmente activa y algunas conductas no procedentes para su edad, según creían las hijas.
Zito muestra a Manes como un psiquiatra joven y ambicioso, a las hijas como dos personas inseguras preocupadas por el dinero y a Natalia como una desprejuiciada señora de estirpe que solo quiere divertirse. Pero más allá de esas descripciones, el libro profundiza en un tema serio y preocupante: la salud mental y la vejez.
Tras la irrupción mediática de la internación que sufrió Cohan en 2005, hace ya 20 años, se empezó a discutir con algo de seriedad la conveniencia de las internaciones impulsivas en institutos de rehabilitación psiquiátrica sin consentimiento del paciente.
Otro libro que se centra en la vida de Natalia es “El color de la nostalgia: casi una autobiografía”, escrita por la propia artista, tal vez con algo de gracia y algunos aspectos intencionalmente omitidos. Allí, la mendocina cuenta que tuvo una infancia difícil, de clase media baja, y que el dolor más grande fue el suicidio de su padre en el baño de un bar de la calle Corrientes, en pleno centro de Buenos Aires.
La mujer tuvo que limpiar la camisa del hombre para esconder que se había suicidado, presuntamente en huida de un sicario o un policía que lo iba a buscar para que diera explicaciones sobre su vinculación con la Zwi Migdal, una red de trata que obligaba a jóvenes judías a prostituirse.
La película de Netflix no es el primer registro audiovisual sobre la interesante vida de la artista. En 2009 Guillermina Pico debutó como directora con el documental “Yo, Natalia”, en la que Cohan accedió a ser entrevistada en su casa sobre los hechos ocurridos cuatro años antes. Contundente, la mujer denuncia allí a Manes y a sus hijas, arremete contra la justicia y resume su situación en una frase popular, acaso distanciada de su alcurnia: “Por la plata bailar el mono”.
El documental de Pico, quien después siguió su carrera con los destacados “Pasito de onda” y “Borrá todo lo que te dije sobre el amor porque no sabía bien quién era”, ganó la sección oficial del BAFICI y muestra con gracias algunas situaciones extrañas durante la filmación, como la reacción de la mujer cuando un técnico rompe accidentalmente un vaso de su casa o cuando intentan hacer andar un reproductor de DVD. Tras un rodaje que pareció ameno, Cohan hizo ir a su casa a una escribana para que la haga firmar a los cineastas un documento por el que la artista se convertía en la dueña de la última palabra de todo lo que mostraría el trabajo.
Natalia murió el 8 de octubre de 2022, reconciliada con sus hijas, sobre todo con la menor (en “27 noches” hay una escena sensacional sobre esa situación) y en cumplimiento de una predicción que había indicado a su curador una vez que la Justicia le restituyó parte del control de sus bienes cuando todavía no había cumplido 90 años. La frase está en la película y sucede en la puerta del juzgado: “Yo pienso vivir muchos años más”, le dice el personaje de Marini al de Daniel Hendler. Cohan falleció a los 103 años.
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