"Lörihen" hace su magia dentro de un mundo caótico
La banda que celebra sus treinta años entra al tramo final de su gira anual con un show en el que prometen repasar su discografía y seguir haciendo lo que les gusta.
En treinta años de carrera Lörihen armó un público fiel y entusiasta en todo el país y San Luis no fue la excepción. En las cuatro ocasiones que el grupo llegó a la provincia –de aquella lejana primera vez en 2007 para un encuentro de motos hasta el anteaño pasado cuando tocaron en un salón de la avenida España-, el grupo reunió a una buena cantidad de gente, que esperan repetir y sumar en su show del viernes en Cede.
El grupo debe su nombre a la imaginería de J.R.R. Tolkien, quien bautizó como Lothlorien a un mundo habitado por elfos en El señor de los anillos. Sin embargo, Emiliano Obregón, el fundador del grupo metalero argentino, no se considera un fanático acérrimo del escritor, como sí es su hermano.
“Era capaz de estar horas discutiendo los episodios de la historia, y cuando salió la película fue peor, porque se la pasaba diciendo que los personajes no eran como se los había imaginado”, cuenta, risueño, el guitarrista.
Obregón describió a San Luis como una plaza que quiere mucho y que cada vez que terminó un recital en la provincia se fue con muchas muestras de cariño por parte de la gente.
Es por eso que para su primer concierto en un lugar céntrico, el grupo tiene previsto hacer un repaso de toda su discografía, con especial énfasis en La magia del caos, el disco más reciente. El show puntano es uno de los últimos de la gira, que terminará el 27 de diciembre.
“Este año fue muy productivo para nosotros, tocamos mucho y nos sentimos muy bien arriba del escenario”, dijo Obregón, quien adelantó que el verano de la banda tendrá dos meses de pausa de shows en vivo pero para dedicarlos a la grabación de un disco y a la edición de un libro sobre la vida del grupo.
Durante su carrera, Lörihen grabó muchos covers que quedaron desperdigados en la discografía hasta que Obregón los recopiló en dos álbumes que fueron muy populares entre sus seguidores. Temas como Barro tal vez, Cautivo del sistema, Volverás desertor, Highway to hell y, fundamentalmente Rapsodia bohemia tuvieron muy buena recepción.
Con el clásico de Queen Emiliano tuvo una historia especial porque se la mandó nada más y nada menos que a Brian May y obtuvo una buena devolución del guitarrista, a quien se encontró en una tanguería la última vez que el británico estuvo en Buenos Aires.
“Cuando hago el balance de todos estos años –concluye Obregón- no puedo pedir que hayan sido más positivos, de cualquier lado del que se mire. Dedicarle treinta años a un proyecto que nos permitió recorrer el país de punta a punta e ir a varias ciudades del mundo con mi música nos hace sentir privilegiados””.
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