Su esposa y su hija tienen discapacidad; quedaron excluidos del plan de viviendas
Diego Ortíz afronta un complejo escenario de vulnerabilidad. Pese a las incansables presentaciones que efectuó en Terrazas del Portezuelo, no puede participar del sorteo.
Diego Ortíz, de 33 años, atraviesa un complejísimo panorama de vulnerabilidad. Su esposa tiene discapacidad, su hija también. La pequeña, de 10 años, además sufre varias afecciones de salud: tuvo un ACV, le efectuaron un bypass cerebral y padece dos síndromes (aguardan el resultado de análisis genéticos y, según los parámetros, podrían derivarla al Garrahan). Ortíz es panadero, pero está desempleado luego de un pico de estrés. Alquilan y la situación habitacional se les torna insostenible. Lejos de llenarse de esperanza por la casa propia (que sería más que merecida), está hundido en la desesperación y la rabia por la indiferencia estatal.
En primera persona
Según contó Ortíz en diálogo con El Diario de la República, se anotó en el plan Tenemos Futuro. Al momento de la inscripción, desestimó la opción "autoconstrucción" porque no tiene modo de acceder a un terreno. Luego del proceso respectivo, advirtió que no quedó inscripto, razón por la cual se dirigió a Terrazas del Portezuelo. Allí, sus esperanzas se esfumaron.
"Me dicen que no puedo participar del sorteo porque no puse autoconstrucción, pero les expliqué: no puedo conseguir un terreno. Tengo a mi hija con varias enfermedades, se me hace imposible. Me confirmaron que no puedo participar de ningún sorteo hasta que no haya nuevas inscripciones", lamentó.
Ortíz aseguró que su caso es conocido en el ámbito gubernamental, ya que desde el año pasado ha efectuado diferentes presentaciones, de las que solo tuvo como respuestas expedientes que no le sirven de mucho. Nadie lo escucha.
No quiere nada regalado, no pretende privilegios, solo pide la chance de participar del sorteo, teniendo en cuenta el difícil presente que afronta. Una vivienda para su familia, sería un acto de dignidad. Incluso de justicia, ante tanta impericia dando vueltas.
Sin predisposición
Ortíz se mostró muy molesto con la falta de empatía. No solo por el hecho en sí de quedar fuera del sorteo, sino con la falta de "tacto" de quienes lo atendieron, a excepción de unos pocos empleados.
Contó que desde el Gobierno no mostraron disposición para ayudar. "Cuando fui a Vivienda me dijeron que no podía recibir ayuda. Al último ya no me recibían con agrado, yo no le he hecho mal a nadie. Héctor Lombardi, de Vivienda, directamente me saca cada vez que voy a reclamar, me trata mal. Yo no he hecho nada malo, solo busco ayuda por mi hija que está en estado de salud grave, no me alcanza para nada", concluyó.
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