Aseguran que adulteraron los listados de aspirantes a policía; denuncian "amiguismo"
Madres y padres de jóvenes que soñaban con ser parte de la fuerza, están indignados. Apuntan que "seleccionaron" a familiares y allegados de autoridades y referentes policiales.
El Instituto Superior de Seguridad Pública (ISSP) "Coronel Juan Pascual Pringles", de San Luis, atraviesa un verdadero escándalo en las últimas horas. Internamente, se filtró que los listados de los aspirantes a policía que arrancan con la cursada este año fueron "adulterados" y lejos del orden de mérito que se había fijado, "seleccionaron" a familiares y allegados de autoridades y referentes policiales. Dicho de otro modo, denuncian "acomodo". Madres y padres de los jóvenes que soñaban con portar el uniforme azul están indignados. Piden respuestas urgentes.
"Hay chicos que ya no quieren saber nada con todo esto y a una como madre le duele. Hay jóvenes que dejaron sus trabajos, que hicieron grandes sacrificios para afrontar los exámenes médicos y teóricos, hubo mucho esfuerzo y no dejaron a los chicos legalmente, dejaron a los suyos", lamentó la mamá de un aspirante que quedó afuera de la chance de cursar. Por temor a represalias personales y para cuidar a las fuentes que ayudaron a develar las maniobras, prefirió mantener en reserva su identidad.
Para comprender y a modo de racconto, al poco tiempo de asumir la gestión de Claudio Poggi, por una medida arbitraria, el Ministerio de Seguridad dispuso suspender el arranque del ciclo lectivo a un grupo de aspirantes que ya habían pasado por todas las instancias para poder formar parte del instituto (como las revisaciones médicas, los exámenes intelectuales, las pruebas físicas y los requerimientos psicológicos).
Desde entonces, con mucha bronca, chicas y chicos lucharon con mucho esfuerzo para ser escuchados. Pero nada fue suficiente, nada despertó empatía en las autoridades. Desde el Gobierno adujeron constantemente problemas edilicios en el predio del ISSP, que supuestamente impedían el arranque de las clases. Pero los damnificados reclamaban la falta de interés de los funcionarios, que no se habían abierto a buscar soluciones sino que aplicaron medidas absolutamente verticales.
Todo el 2024 fue un año perdido. Más allá de diferentes reclamos e instancias que llegaron hasta el ámbito judicial, la realidad es que no hubo ni un hilo de luz de esperanza, todo se centró en el impedimento de las vocaciones.
Sobre los últimos meses del 2024, Nancy Sosa, la titular de la cartera de Seguridad, adelantó que para el 2025 iban a disponer un periodo de adaptación para futuros agentes de la Policía y el Servicio Penitenciario.
La medida dejó un sabor agrio y acarreaba enojo desde agosto del 2024, cuando el Gobierno había anunciado la apertura de la convocatoria para agentes de policía y subayudantes penitenciarios: decenas de jóvenes que se habían anotado para la Tecnicatura Superior en Seguridad Pública quedaron sin la posibilidad de cursar, es decir, solo se le daba la chance a los que optaron por efectuar las carreras de un año. Y como si fuera poco, lo que más rabia generó fue que entre los seleccionados no nombraron a ninguna mujer.
Una maniobra muy cuestionada
Ahora bien, del listado que quedó para la cursada de este año calculan que desafectaron a alrededor de la mitad de los aspirantes. Entre los motivos, en algunos casos figuran los exámenes psicológicos desaprobados. Pero la maniobra despertó sospechas, porque se trata de jóvenes que habían atravesado satisfactoriamente las instancias previas. Otro dato que generó dudas, es que el llamado para efectuar las pruebas psicológicas tuvieron una dilación de un mes y catorce días.
Entre idas y vueltas en la búsqueda de respuestas por parte de diferentes madres y padres, una fuente clave les arrojó un detalle que fue revelador. Comparando los listados que habían quedado de la gestión anterior con el reciente llamado, una gran parte de los nombres que figuraban no correspondían a los chicos que tenían prioridad y mérito.
"La vicerrectora del ISSP y una subcomisaria adulteraron los listados. Nos pusimos a ver los documentos con gente que no voy a nombrar para no perjudicarlos, y vimos que hay un montón de agregados que no estaban en el listado anterior. Se trata de hijos de comisarios, parientes de autoridades, de todo. Cuando pregunté por qué mi hijo había quedado afuera me dijeron que era porque había salido mal en el psicológico ¿Después de tres psicológicos me vienen a decir eso? Esto es un manoseo para los chicos", apuntó la mamá que compartió el caso con El Diario.
Según recordó, cuando cuestionó las medidas ante referentes del ISSP, le contestaron que "esto no es el gobierno anterior". Sin embargo, lejos de la fingida "pulcritud" que se autoproclama la gestión, los hechos parecen arrojar que para acreditar mérito primero hay que tener "amiguismo", "ser pariente de", "tener influencias", "recurrir a los apellidos".
"Ya va a haber más inscripciones", fue la única respuesta de las autoridades de la casa de estudios.
El ISSP lleva el nombre del máximo héroe puntano: Pringles. El militar participó de hazañas increíbles en diferentes conflictos bélicos históricos. Dejó un legado primordial de los valores más excelsos y sobre todo, marcó el ejemplo de la vocación de servicio. Pero en vez de honrar su memoria y su paradigma, el poggismo arremetió por meros caprichos y limitó los sueños de toda una generación.
Portar el uniforme azul es un orgullo que solo pueden explicar quienes llevan en la sangre el ideario de la entrega por el prójimo. Pero aquellos que querían vivenciar estos principios, ahora quedaron en el olvido.
"Hay muchos chicos que no se animan a hablar porque se quieren volver a inscribir. Otros ya desisten. Los agregados terminaron siendo familiares de ellos. Esto es un problema de nunca acabar. Entró este gobierno e hizo desastres con los chicos. Incluyendo a todos los que dejaron afuera", concluyó.
Los damnificados esperan respuestas claras, concretas y medidas para revertir la situación.


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