¿A quién le molestó que Inspirar TV ganara un Martín Fierro?

La alegría y el orgullo generalizado que puede tener un hecho tan trascendente como que un programa de San Luis gane un Martín Fierro Federal puede encontrar, también, algún lugar donde moleste. Es sabido que los egos en un medio tan expuesto como la televisión suelen tener algunas batallas que se libran en la soledad del camarín. 

La obtención, el sábado, de la estatuilla otorgada por APTRA a “Inspirar TV”, un programa que entrevistó a los emprendedores de toda la provincia, fue causal de mucha admiración en San Luis, especialmente en Villa Mercedes, cuna del producto. El hecho de que la provincia aparezca en un primer plano a nivel nacional es, siempre, motivo de orgullo. No hace falta decirlo.

Sin embargo, hubo algunos lugares donde el sábado a la noche o el domingo a la mañana, la noticia de que el ciclo había obtenido finalmente y contra algunos pronósticos el premio cayó como una bolsa de plomo. Y por eso de los egos, fue justamente en San Luis Más -el canal que emitió el ciclo cuando se llamaba Canal 13 San Luis- donde el desconcierto, la estupefacción y la carga de las pésimas decisiones de los últimos años empezaron a correr como una gota de sudor frío por las espaldas de los funcionarios. Hasta el exacto punto donde cambia de nombre. 

No debe haber registro en la historia de los Martín Fierro de un ninguneo tan grosero, innecesario y sobre todo injusto como el que San Luis Más hizo de su propio producto. Todos los canales y radios del interior del país se pasaron el domingo con felicitaciones y menciones a los programas que habían ganado. El canal provincial, bastión audiovisual de una política oficial que es unilateral, decidió, una vez más, tapar el sol con las manos. 

En sus redes subieron notas sobre la utilidad de la albahaca para evitar que haya moscas en la cocina o sobre qué significa que un conductor revise varias veces si dejó bien cerradas las puertas del auto. Y nada del logro de “Inspirar TV”.

Es probable que esta semana en la emisora, con los directivos resignados a una agenda inevitable, no tenga más opción que dar cuenta del logro, que hasta podría ser aprovechado como propio, sin serlo. La magia de la televisión puede conseguir cualquier cosa.  

La administración de San Luis Más decidió darle la espalda a “Inspirar TV” mucho antes de su solitaria cruzada hacia los Martín Fierro. Apenas la nueva gestión asentó los pies en la emisora provincial. Para tranquilidad de Julio “Manolo” Maiztegui, creador del ciclo y ahora reconvertido en Quijote de la Mancha tan solitario que ni Sancho Panza tiene, la decisión no fue solo contra él, sino contra todos los productos genuinos que había en el canal. No le importó a los responsables de decidir la programación si los envíos eran buenos, malos, lindos, feos, largos o cortos. La orden era arrasar con todo. 

Esa ola se llevó puesta a “Inspirar TV” y a otros programas que se quedaron sin aire, sin trabajo y sin explicaciones por parte de las nuevas autoridades. 

Bajo la mirada escrutadora y la supervisación de Diego Masci, secretario de comunicación del gobierno provincial, los últimos días de 2023 y los primeros del año pasado fueron suficientes para devastar de contenidos al canal provincial, que es de todos los ciudadanos, un detalle que Masci y sus segundos parecen no tener en cuenta. Todos los programas que estaban al aire en una programación despareja fueron levantados sin más.

Quedaron en el camino en esa decisión productos de tinte político que la nueva gestión decidió -con lógica- sacar de circulación, pero también programas de contenido cultural, deportivo, ecológico, social, de entretenimiento, musical que hacían a la identidad provincial. 

La decisión del gobierno por entonces fue cerrar un contrato millonario con Telefe para inundar la programación antes sostenida con ciclos locales con realitys show, novelas turcas y envíos pseudo periodísticos que siguen en vivo la usurpación de una vivienda en Del Viso o un enfrentamiento entre vecinos en Castelar, en el profundo y lejano Gran Buenos Aires. En el medio, por supuesto, irían, sí, los noticieros locales con la ametralladora de información oficial donde todo lo que hace el Gobierno es útil, preciso y necesario. 

Los conocedores de la lógica poggista -que Masci sigue con el encantamiento de una serpiente lista para escupir su veneno cuando sea necesario- sabían que detrás del desembarco de Telefe a la pantalla nacional estaba la posibilidad de concretar negocios con Alejandro Spinello, un empresario televisivo que se lleva mucho dinero de las arcas provinciales por mover dos o tres contactos en Buenos Aires. 

Allí entra en el juego sucio de la televisión Facundo Santarone, asesor polifuncional de Claudio Poggi, que suele congeniar en algunas cosas con Masci y a quien la imagen de Maiztegui con la estatuilla y la declaración de Marina Calabró de “aguanten los puntanos” le debe haber producido algún atragantamiento en la siempre glamorosa cena de los sábados.

Santarone es el responsable de que Spinello haga y deshaga con la televisión de San Luis y Masci la mano de obra no tan barata aunque siempre inoperante, a quien le gusta sentir que toma decisiones. Como sea, el secretario de comunicación fue quien anunció la llegada de Telefe, quien se encargó de defenderla y quien dijo que le saldría a la provincia más barato contratar la programación completa del canal de las pelotitas antes de seguir pagando los productos locales. Cuando le pidieron que muestre los números, nunca lo hizo. 

Hace un mes, cuando se conoció la nominación de “Inspirar TV”, Maiztegui dijo que ni de la emisora ni del gobierno le habían respondido los mensajes. Unos días antes de la ceremonia tucumana, Julio habló con El Diario de la República y a la pregunta de si por fin la gerencia del canal se había comunicado con él fue lacónico: “Me mandaron un mensaje de texto”.

No lo va decir abiertamente porque Manolo, además de periodista, es dueño de una cintura política forjada como jefe de prensa de la gestión de Mario Raúl Merlo en la intendencia villamercedina; pero el enojo, la desazón, la decepción y el dolor que carga contra los responsables de la comunicación de la provincia será difícil de superar.

Lo calma un poco la creencia que tiene de que ahora que es el responsable del mejor programa de servicios de la televisión del interior del país las sonrisas de los funcionarios serán, aunque no sinceras, por lo menos visibles. Pero ahora las condiciones para negociar cualquier cosa son otras. Y se sabe que si hay algo que al poggismo le gusta en cuestiones de negocios es tener el mando de la situación. No será el caso. Veremos qué sucede.