Faltan boletas, sobran dudas: el nuevo sistema no está listo y el tiempo se agota
Aunque nadie lo dice en público, en los pasillos de la Justicia electoral empieza a sonar fuerte una inquietud: ¿llegan con las boletas?
La pregunta no es menor. Porque esta elección no se parece a ninguna anterior. El nuevo sistema con múltiples categorías y un diseño de boleta por distrito y por tipo de cargo, que puede cambiar entre dos, tres o hasta cuatro columnas según la ciudad o el departamento, no tiene precedentes. Y el problema más básico es que, al día de hoy, ni siquiera están hechas las boletas.
Lo que se está usando para explicar el sistema a la gente –esa boleta genérica, repleta de opciones por todos lados– no es la boleta real con la que se va a votar. Ni parecida. Es más: no existe esa boleta. La gente va a entrar al cuarto oscuro buscando algo que no va a estar.
A semanas de las elecciones, la Justicia electoral no tiene definiciones clave y crece la preocupación por los plazos. El Gobierno aún no imprimió las boletas reales, las capacitaciones se hacen con modelos falsos y la gente no sabe cómo ni con qué va a votar. El sistema es nuevo, confuso, y no está listo. Mientras tanto, el tiempo corre.
En Juana Koslay la boleta tendrá tres columnas. En Belgrano, cuatro. En San Luis, solo dos. Pero siguen enseñando con una única versión que no coincide con ninguna de las reales. No hay capacitación clara. Y los plazos apremian.
Adentro de Tribunales lo reconocen: la preocupación es muy grande. No solo porque no hay certezas sobre el diseño final, sino porque ni siquiera están las definiciones judiciales que ordenen qué listas siguen y cuáles no. La impugnación a La Libertad Avanza, por ejemplo. Y eso frena todo. Hasta que eso no esté definido, no se pueden terminar las boletas. Y si no se terminan, no se imprimen.
Todo esto sucede a menos de un mes de las elecciones. Y lo que nadie se anima a decir en voz alta es que el tiempo no alcanza. Que puede haber una catástrofe logística. Que el Gobierno improvisó un sistema nuevo, cambió las reglas de juego, y ahora no hay ni tiempo ni estructura para explicárselo a la gente. Y menos aún para garantizar que el 11 de mayo cada votante encuentre en su mesa la boleta correcta.
Mientras tanto, la prioridad institucional parece estar puesta en impugnar logotipos. No en asegurarse de que la gente sepa cómo votar.


Más Noticias