El testamento espiritual del Papa: una sepultura sencilla, fuera de las criptas vaticanas
En su última voluntad, Francisco dejó expreso cómo debe ser su entierro. Pidió que sus restos descansen en la Basílica Papal Santa María la Mayor. "Que el Señor de una merecida recompensa a quienes me han amado", expuso en el documento.
La muerte del Papa Francisco ha conmovido al mundo y durante las últimas horas no dejaron de viralizarse diferentes vivencias y acciones de su pontificado, al igual que sus ejemplos de bondad, esperanza, empatía y humildad. Esta vez, se difundió el testamento espiritual, un documento en el que dejó expresa su última voluntad y selló con firmeza su legado de fe.
"En el nombre de la Santísima Trinidad. Amén. Sintiendo que se acerca el ocaso de mi vida terrena y con viva esperanza en la vida eterna, deseo expresar mi voluntad testamentaria solo en cuanto al lugar de mi sepultura", dicen las primeras líneas del escrito, difundido por el Obispado de San Luis.
Bergoglio remarcó que su vida y su ministerio sacerdotal y episcopal los ha confiado siempre a la "madre de nuestro Señor, María Santísima", con lo cual, requirió que sus restos mortales descansen "esperando el día de la resurrección" en la Basílica Papal Santa María la Mayor (y no en las criptas vaticanas como ocurre con la mayoría de los papas).
Así, deseó que su "último viaje terrenal" termine en el antiquísimo santuario mariano, al que acudía en oración al inicio y al final de cada viaje apostólico, para recomendar sus intenciones a la "madre inmaculada".
"Pido que se prepare mi sepulcro en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la citada Basílica Papal, como se indica en el anexo adjunto. El sepulcro debe estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus", encomendó.
En otro punto de su testamento, dejó indicado que los gastos para la preparación de su entierro serán cubiertos por la suma del "benefactor que he dispuesto", que será transferida a la Basílica Papal de Santa María la Mayor y para la cual ha encargado las instrucciones correspondientes al Arzobispo Rolandas Makrickas, Comisario Extraordinario del Capítulo Liberiano.
"Que el Señor de una merecida recompensa a quienes me han amado y seguirán rezando por mí. El sufrimiento que se hizo presente en la última parte de mi vida lo ofrecí al Señor por la paz mundial y la fraternidad entre los pueblos", concluyó la misiva, firmada el 29 de junio del 2022.


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