“Jamás vimos una puerta de la Jefatura fajada como ha ocurrido ahora, da mucha pena”

Un grupo de policías que con el cambio de administración del gobierno provincial (fines del 2023) fueron separados “de manera involuntaria” de la Policía de San Luis -tal como ello lo remarcan-, se mostraron preocupados por la crisis interna que atraviesa la fuerza con escándalos, denuncias judiciales y falta de transparencia en la jefatura encabezada por Pablo Vieytes.  En el transcurso de una rueda de prensa manifestaron sentirse muy tristes por los coletazos del culebrón con repercusiones judiciales por supuestos pedidos de coimas para facilitar ascensos. “Jamás vimos una puerta de la Jefatura fajada como ha ocurrido ahora, da mucha pena”, sostuvieron.

Las comisarias generales retiradas Mónica Alfonso (exdirectora de Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia) y Lorena Martínez (exdirectora general de Lucha contra el Narcotráfico), el comisario inspector retirado Molina Roberto y el suboficial mayor retirado Fernando Agüero fueron quienes mantuvieron el diálogo con los periodistas y puntualizaron que fueron separados “de forma involuntaria, legal e ilegalmente” y abogaron para que esto no vuelva a suceder.

A la medida que ejecutaron la ministra de Seguridad Nancy Sosa y el jefe de Policía Pablo Vieytes la calificaron como “una total injusticia”, porque “no se tuvo en cuenta ni el legajo intachable y mucho menos la trayectoria. Ninguno de nosotros tiene causas penales o sumarios administrativos, por eso duele lo que hicieron”, desplazando y perjudicando a unos 50 efectivos “simplemente por formar parte de la Plana Mayor de la anterior gestión”. 

Dijeron que para desplazarlos “se buscó como excusa el otorgamiento indebido de ascensos extraordinarios”, lo que a la postre fue una contradicción, “porque quienes están al frente de la Policía no estaban en condiciones de hacerlo” y acomodaron todo para que pudieran asumir. “En nuestro caso camuflaron un retiro voluntario, que fue involuntario. Yo tengo 26 años de carrera y puedo dar más por la sociedad, yo no me quería ir de la institución, pero me obligaron”, recalcó Alfonso.

“La Policía es apolítica, cumple órdenes del gobierno en turno, esté quien esté”, subrayaron y aclararon que si son convocados “nos sentimos en condiciones de colaborar para aportar nuestra experiencia a los fines de atender a las diferentes demandas de la comunidad”. 

“Sabemos que hay muchas falencias, los propios efectivos nos comentan, consultan y piden conocer nuestro punto de vista. Los inconvenientes que hoy se dan no solo los viven los efectivos, sino que también sus familias que están detrás de ellos”.

Aclararon que se vieron en la necesidad de recordar cómo fue que quedaron afuera de la Policía, frente a la situación de crisis que se está dando con “puertas fajadas”, “falta de transparencia” y movimientos de personal que no son informados como corresponde. “No conocemos a fondo lo que está sucediendo, pero es una situación muy triste para el que viste el (uniforme) azul, ver puertas clausuradas de la Jefatura”, puntualizaron. 

Por último, señalaron que no tienen ningún tipo diálogo y relación con el actual jefe, solo en penoso recuerdo de cuando los nos notificaron del retiro. “Nos llamaron y nos tuvieron esperando dos horas en un pasillo, lo que fue un incalificable mal trato y falta de respeto; éramos la Plana Mayor de la Policía”. Ese destrato se ha instaurado, “sabemos del cansancio y manoseo que sienten y ahora es todo, sino te gusta pedís el retiro”.