San Luis: un gobierno con mucho personalismo y poca personalidad
Por María Eugenia Catalfamo, senadora nacional mandato cumplido.
Érase una vez, un San Luis pujante. Que crecía y progresaba de manera sostenida, que combinada liderazgo, estrategia y plan de acción a favor de toda una ciudadanía que vivía sin mayores incertidumbres y podía planificar a futuro.
Un San Luis que con gestión acertada logró transformarse en un ejemplo nacional de lo que puede lograr una provincia cuando se planifica, se invierte con sentido de la realidad que se atraviesa y se gobierna con un rumbo claro.
Hoy, lamentablemente, esa provincia modelo se encuentra en pausa. O peor aún, en retroceso. Desde que Claudio Poggi asumió la gobernación en diciembre de 2023, y ya en su anterior gobierno había sucedido algo similar, San Luis comenzó a desandar muchos de los caminos que con tanto esfuerzo se habían construido. En nombre del “orden fiscal” y el “achicamiento del Estado”, se ha desmantelado una estructura que no solo sostenía el empleo y la obra pública, sino también el entramado social, educativo, sanitario, deportivo y cultural de la provincia.
La diferencia entre modelos es abismal. Mientras que el actual apuesta a sostener un personalismo que solo busca crecer en nombre propio y guiñarle el ojo de manera permanente al Gobierno Nacional sin ningún objetivo claro, el otro, con fuertes liderazgos hizo crecer la industria, el trabajo, avanzó en el real acceso a las nuevas tecnologías, en educación y salud de calidad, la obra pública fue su máximo estandarte, hizo las viviendas donde hoy habita la mitad de la población de San Luis, garantizó los servicios de luz, agua y gas en todo el territorio provincial, apostó por las Escuelas Generativas, le dio un espacio preponderante a la Cultura y al Deporte puntano, creó universidades provinciales fuertes, y mucho más.
La realidad es clara y los indicadores lo confirman: el desempleo crece, la pobreza se expande y la conflictividad social aumenta. La caída del empleo público y la retracción de la inversión han tenido efectos devastadores sobre el comercio, la industria, la construcción y el ánimo colectivo de una sociedad que había sido protagonista de un proceso transformador.
Entonces, me pregunto: ¿Dónde está la personalidad del actual gobierno de Claudio Poggi?. No se trata de nostalgias ni de relatos. Se trata de hechos. Pienso que, sin un objetivo claro de crecimiento y progreso, sin un plan de desarrollo provincial adecuado a la realidad que hoy vive San Luis, intentar dejar una huella en la sociedad puntana como ha sucedido en las últimas décadas, parece ser una utopía. Saber qué hacer cuando se llega al poder, resulta ser un factor clave que aún este gobierno a casi dos años de gestión no ha logrado demostrar, como tampoco lo hizo en su última gobernación entre 2011 y 2015.
Y así, los únicos perjudicados ante tan precaria formación en gestión solo resultan ser los habitantes de nuestro querido, amado y sentido San Luis. A quienes lean estas líneas los quiero invitar a recuperar el rumbo y la identidad de nuestra provincia. Salgamos del estancamiento y volvamos a creer en el San Luis próspero que supimos y sabemos tener.


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