La reubicación de los vendedores callejeros del microcentro puntano nunca llega a buen puerto. En un relevamiento que hizo El Diario de la República durante el fin de semana se registraron al menos 29 puestos colocados a unas dos cuadras a la redonda de la plaza Pringles, cerca del 60% ocupan las veredas de Junín y Pringles. Varios dijeron que incrementaron la mercadería de los carros por las festividades y el verano. El secretario de Seguridad Ciudadana y Control Comunal, Ricardo Bazla, indicó que existe una completa falta de predisposición de los manteros para salir de la calle.
La mayoría amplió la cantidad de carros con mercadería por las fiestas y el verano.
“La gente que trabaja en la guardia urbana nos dijo que no íbamos a tener problemas, al menos por el momento. Después, qué vaya a pasar el lunes (por hoy) o el martes, no sabemos. Las cosas pueden cambiar. El año pasado tuvimos inconvenientes, vinieron a sacarnos unos días antes de Navidad”, manifestó Alex, quien comercializa lentes de sol sobre la calle Junín y Peatonal Rivadavia. Los decomisos sorpresivos de mercadería fueron frecuentes en la segunda mitad de 2014, uno de los últimos terminó con heridos.
El viernes el tiempo les sonrió y el movimiento de gente en la calle trajo buenas ganancias. Marisa es una vendedora que tiene un puesto de ropa interior, pero que desde hace unas semanas ofrece pelotas de playa. Para ella, las Fiestas hacen que las ventas suban en diciembre, aunque el calor es otro factor fundamental que permite que la gente salga a comprar más.
Pese al mal clima del fin de semana, los vendedores ambulantes salieron la mañana del sábado a ofrecer los productos que traen mayormente de Buenos Aires y en menor medida de Mendoza.
El rubro más extendido es el de lentes de sol, de los 29 puestos contabilizados, unos 10 exhiben este tipo de productos, que tienen su temporada alta desde noviembre hasta marzo. Algunos incluso comercializan anteojos de lectura. Los CD´s, la ropa y el calzado le siguen en cantidad de puestos, con unos 4 cada uno. El mercado ilegal de películas y discografía usualmente proviene de Buenos Aires, muy pocos ambulantes utilizan la metodología de copiar las grabaciones con sus computadoras.
La ramificación de carros no necesariamente significa que haya más vendedores callejeros, ya que un gran porcentaje pertenece a un mismo dueño.
La proximidad de las vacaciones provocó que algunos se coloquen junto a las calles de la ciudad con pelotas de playa e inflables para la pileta, al menos entre el sábado y el domingo hubo 4 puestos de este tipo.
El gastronómico es un negocio que no interesa a los manteros. Sólo un hombre con un cesto de mimbre repleto de quesos y salamines ocupó por unas horas la esquina de San Martín y avenida Illia. Cerca del mediodía cruzó a la sombra de uno de los árboles que lindan con el Colegio Nacional. Y ocupó un sitio al lado de una mujer y su hija, quienes vendían ropa interior y ojotas.
A veces un mismo ambulante vende varios productos, por lo general quienes se dedican a la indumentaria para esta fecha agregan gorras, peluches y juguetes. En total hay unos 5 manteros ubicados en el extremo este de la avenida Illia, frente al MUHSAL y también en Pringles muy cerca de la Catedral.
En San Martín y Pringles, enfrentados a la vidriera de una zapatería, hay tres puestos de billeteras, gorros, lentes y medias. Unos treinta metros más al sur, cerca de la mitad de cuadra, 4 ambulantes aprovecharon el cierre de un comercio de marroquinería, bijouterie e indumentaria, para ocupar la vereda con pequeños juguetes (autos y pinturitas) lentes de sol, calzado y CD´s.
Tradicionalmente, las calles Colón y Pedernera alojan a alrededor de 3 puesteros, que no ocuparon sus sitios este fin de semana. De lunes a viernes al menos unos vendedores de bijouterie permanecen en el tramo entre un quiosco de revistas y los cajeros del banco Supervielle, en Pringles.
Un traslado que no fue
En mayo y en octubre la Municipalidad intentó negociar sin éxito con los vendedores callejeros el traslado a la vieja terminal de ómnibus o a un espacio que la Comuna construiría en Las Heras, entre Chacabuco y San Martín. Bazla opinó que esta propuesta no fue bien recibida por los ambulantes, porque no desean dejar la reventa y ser artesanos. "Más que tratarse de un problema de falta de trabajo, es una mafia comercial que está operando detrás de todos ellos", opinó.
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