A tres días del comienzo del ciclo lectivo 2014, Marcelo Sosa, el ministro de Educación, cree que cuentan con los argumentos suficientes como para mantener el crecimiento que mostraron los indicadores en los últimos años. “Hay un progresivo incremento de la matrícula escolar y buenos indicadores en aspectos clave: bajó la repitencia, también la sobreedad y hay una mayor cobertura escolar, lo que significa que los alumnos efectivamente están yendo al colegio”, contó en una charla mano a mano con El Diario.
En el periodo 2010-2013, la repitencia en la provincia descendió un 45,40%.
—¿Cuáles fueron las claves para este repunte que no se nota en otros distritos del país?
—Creo que 2011 fue el año bisagra, porque comenzaron a entregarse las computadoras y luego se sumaron las estampillas escolares de ahorro. Las netbooks agregaron motivación y su uso intensivo en el aula les dio nuevas herramientas a los chicos. Y las estampillas exigen un desempeño académico alto, lo que redunda en mejores notas y menos repitencia.
—¿Cuáles son los datos que tienen sobre repitencia escolar?
—En 2010 era 8,6%, una medición que se toma en base a los chicos que se matriculan en el mismo curso que el año anterior. En 2011 la bajamos al 6,9% y un año después ya estaba en el 5,9%. Cerramos 2013 con el 5,1%. Son 3.918 repitentes menos en tres años. Y se fue dando en todos los niveles, porque en rimaria bajó del 7,6% al 4,6% y en el Secundario superior del 4,9% al 3,8%.
—¿Qué otros elementos conducen a tener un mejor rendimiento?
—En el Nivel Inicial las ganas de llegar a primer grado para tener la compu, como el amiguito de enfrente o el hermano mayor. En la Primaria el Plan TuBi tuvo un efecto muy positivo, porque le entregamos la bicicleta a los chicos de 12 años, entonces hay que recorrer todo el camino para llegar y poder tener el rodado con su casco. Y en la secundaria hay dos, las estampillas y las becas al mérito, en ambos casos con una gran exigencia académica.
—¿Cuáles son las novedades que traerá el ciclo lectivo 2014?
—Bueno, dejame que me guarde algunas para los actos del miércoles… (risas). Lo principal ya es conocido y lo venimos cumpliendo, que son los 190 días de clases efectivos, con calidad e inclusión. Va a ser el cuarto año consecutivo que San Luis cumple con este objetivo. Además, vamos a tener los primeros egresados del Plan 20/30, por lo que deberemos seguir aceitando los vínculos de trabajo con la Universidad de La Punta. Y después la Beca Puntana, con 357 chicos que comenzarán a estudiar estimulados por el Estado, para luego volcar sus conocimientos en el mercado local.
—¿Qué objetivos le trazó a su equipo de trabajo para que bajen a directores y maestros?
—Queremos más capacitaciones que tengan que ver con las tecnologías de la información y la comunicación (TIC’s) en las aulas y darle mucha importancia al Plan de Lectura, porque es un déficit que tiene la Argentina. Y en el Nivel Terciario, implementar un plan de mejoras en el Instituto Superior de Seguridad Pública, que ya está en marcha, y algo similar en el Instituto de Formación Docente, porque de allí saldrán los maestros del futuro.
—¿Será posible en el corto y mediano plazo medir las mejoras?
—Por supuesto, queremos hacer una medición de calidad educativa al estilo de las PISA, pero local. Tiene que ser una mirada que abarque el desempeño, pero también el proceso para llegar a esos resultados, porque sin esas conclusiones no se puede mejorar.
—¿Qué expectativas tiene con las nuevas escuelas que abrirán en San Luis y Villa Mercedes?
—Las mejores, porque serán multilingües, una experiencia totalmente renovadora. Además de inglés, cuando tengamos los profesores suficientes, queremos incorporar lenguaje de señas. La del barrio Aeropuerto brindará soluciones a los vecinos del barrio 500 viviendas; la de La Ribera necesitará unos días más, pero es de vital importancia para dar respuesta a tanta gente que tiene su casa allí desde fines del año pasado.
—¿Tienen pensado abrir otra en algún momento para los nuevos barrios del sur de la capital?
—Es posible, por ahora estamos reformulando turnos y secciones en las escuelas cercanas para que nadie se quede sin vacante ni tenga que viajar mucho. Con el mapa de preinscripciones terminado vamos a tomar las decisiones finales, pero ya quedó claro por los testimonios que los chicos más grandes prefieren seguir en su colegio actual. A mí lo que me provoca orgullo es que el 90% de la matrícula elige la escuela pública.
—¿Cómo ve la situación de las escuelas técnicas?
-Estamos dándoles un impulso a las 34 que tiene la provincia. Vamos a adecuar los planes de estudio, pasarán a tener 7 años en lugar de 6 y llamaremos a concurso para los cargos directivos. Queremos que las escuelas técnicas se adecúen al mundo del trabajo.
—¿Está conforme con la educación que brindan las escuelas bilingües como la “Nelson Mandela”?
—Son la perla de la educación de San Luis. La “Mandela” tiene fama internacional porque el desempeño que tuvieron en los exámenes que tomó la Universidad de Cambridge aprobaron todos los chicos. Una referencia de su importancia la dio que viniera una profesora inglesa a tomarlos a la provincia.
—Donde me parece que hay que ajustar es en los talleres de jornada extendida en las 10 primarias que hicieron la prueba piloto…
—Seguro, hay que mejorar muchos aspectos porque es un proyecto nuevo. Pero tenemos desde donde crecer, porque en Juana Koslay, Luján y Naschel, por ejemplo, trabajaron bien.
—Pasaron tres años desde que asumió en Educación. ¿Qué le había pedido Alberto Rodríguez Saá aquel 20 de enero de 2011?
—Me dijo textualmente: ‘Pensá en una escuela para los niños, que sean felices en esas horas, que pongan creatividad, que se sientan importantes, valorados, respetados’. Después (Claudio) Poggi me pidió lo mismo. Y creo que hicimos cosas buenas porque San Luis así lo permite. Fueron 25 proyectos en total, algunos revolucionarios como el Plan TuBi, la entrega de computadoras, los talleres de Robótica, el premio al Docente del Año, el protocolo de violencia familiar, las estampillas y el bilingüismo. Este año vamos a darle una computadora a cada maestra de Nivel Inicial.
—¿Y qué falta?
—Más uso de las TIC’s en el aula y trabajar en la lectura. Y agrego algo: bajé la orden a los supervisores que deben poner a la mejor maestra en 1º grado, porque es el año básico, ¿quién no se acuerda de su primera maestra, de su cara, de su voz?
—¿Fue más difícil aquel 2011 que este 2014 que arranca?
—Mucho más complicado, había que largar con 8 escuelas nuevas y la educación digital. Hoy la meta es consolidar el Plan 1 a 1 y seguir creciendo con los Intercolegiales.
—¿Qué aprendió en su capacitación en España?
—Sobre todo la importancia del mérito en la función pública. Y trato de aplicarlo con los concursos para directivos y el contacto directo con los docentes, que están en la primera línea de la trinchera. Sin ellos, no hay educación.
—¿Cuál es la meta más importante de la educación?
—Formar buenas personas.


Más Noticias