El Trapiche va a salir bien de esta crisis

En El Trapiche hay una situación de escándalo. Renunciaron la intendente y el suplente, con muchas deudas pendientes. Hay tres o más intimaciones realizadas por el Tribunal de Cuentas, por irregularidades en el manejo de los fondos.
Cuando se abrió de nuevo la Municipalidad, que estaba cerrada, advirtieron que hacía más de cien días que la intendente no iba, o sea que estaba en situación de abandono. Los bienes no estaban y con sólo poner la lupa en ese Municipio se logró la transparencia sobre lo que estaba pasando. Al tener una mirada objetiva, exterior, se prendió la luz en El Trapiche y se vio que la situación era de escándalo.
Y es aún de escándalo, porque un intendente que no tiene los motores para que funcionen las cloacas y tira los residuos a cielo abierto y al dique La Florida, que es el mayor de la provincia y la fuente máxima de agua potable que abastece a prácticamente el 50% de la población de San Luis, cae en una situación irregular, está mal.
Si falta la pala excavadora que limpia los caminos, si falta un camión (que parece que fue desarmado para armar otro y que ese otro camión, particular, era contratado por el municipio para realizar la recolección de residuos), no se puede administrar bien. No se puede llegar al gobierno de una Intendencia y creer que el intendente es el dueño de todo. Se llega a un cargo ejecutivo por el voto popular, con un plan para el bien común, no para el aprovechamiento personal.
Ella llegó con un grupo que tomó por asalto la Intendencia, como si tomara la institución como botín para su satisfacción personal. Así han dejado la Intendencia: llena de empleados públicos, toda desmantelada, con problemas en el alumbrado público, en la recolección de residuos, en los caminos, en las cloacas, en el transporte. El Trapiche tiene todos esos problemas.
Pero no es un pueblo cualquiera, es uno de los más importantes de la provincia de San Luis. No por el número de habitantes, que es significativo y siempre es un bien invalorable que hay que cuidar, sino porque El Trapiche es un pueblo emblemático, un lugar encantador. Un lugar de atracción turística, quizás el primero en la historia del turismo de San Luis. Para el romanticismo y la cultura local, El Trapiche ha sido el lugar donde de alguna manera se han enamorado todos los jóvenes de San Luis en algún  momento de su vida. Hasta hay una suerte de leyenda bonita que dice que el amor que se inicia en El Trapiche es un amor eterno. Y aún hoy los chicos de la ciudad de San Luis, o de poblaciones cercanas, eligen la localidad para pasar la semana y el Día del Estudiante.
El poblado se inició históricamente como un lugar de manejo de los minerales. Un trapiche es una especie de molienda, una máquina que muele los minerales, y así como nació La Carolina, El Trapiche le sirvió para el manejo de los minerales que se extraían. Es un lugar lleno de historia que ha dado personajes y personas maravillosas, además de aportes al folclore, la cultura y la lucha por la Independencia.
Entonces, cuando viene una persona, a la que vemos como si fuera de afuera, y no respeta la puntanidad, nos hace sentir muy mal. Porque la Intendente, que tuvo todo el derecho a gobernar porque se propuso en una elección, debió ser respetuosa de este alma de los puntanos.
La Legislatura tiene ahora en su poder la decisión de dictar la ley para la intervención de la localidad. Y la intervención no es igual a las que muchas veces se han hecho desde la administración federal, que son un manotazo a la Constitución y a la democracia. El Trapiche requiere una ley porque así lo establece la Constitución, que dice que cuando renuncia el intendente y no hay suplente, corresponde por vacancia dictar una ley de intervención. Una ley formal, que en realidad no es una ley material, aprobada por la Legislatura, frente a una situación objetiva.
¿Qué pasará si la Legislatura la aprueba? El Poder Ejecutivo designaría un intendente, un interventor, que tendrá las mismas facultades del intendente electo. Y ese interventor convocará a elecciones y restituirá el sistema democrático, que es esencialmente lo que busca la Constitución. Si por cualquier causa no se dicta esa ley, tampoco se produce mucho agravio al pueblo de El Trapiche, porque lo administraría la Secretaría de Asuntos Municipales mientras se dicta la ley, o bien, se convoca a elecciones.
La Secretaría no tiene las mismas atribuciones que un intendente, pero por supuesto puede remediar la situación de las cloacas, la luz, el agua, y todas aquellas que son naturales de una administración municipal. Lo que no podría es dictar actos de disposición, por ejemplo, dictar una ordenanza estableciendo impuestos, aunque sí puede cobrarlos y por supuesto, administrar sin disponer. Tampoco podría endeudar a la Municipalidad.
Hay que ser optimistas de que esta situación se va a restituir. El Trapiche va a salir bien de esta crisis, a favor del pueblo y de la gente, simplemente administrando con la prudencia que se requiere, pensando en el pueblo, en la gente y el ciudadano, en el vecino o el prójimo y no pensando en uno mismo ni violando la ley o haciendo actos ilegales.
La situación es de escándalo.